'Il Cavaliere' vincera ancora?

Por Casilda Güell, doctora en Historia Internacional por la London School of Economics y profesora de Políticas Públicas en la UPF (LA VANGUARDIA, 21/03/06):

"There is just one thing worse than being talked about and that is not being talked about". Esta cita es del genial Oscar Wilde en su obra de teatro The importance of being Earnest. Con esa frase debe irse a dormir cada noche Silvio Berlusconi para poder conciliar el sueño, ya que las críticas en su contra son incesantes. Italia se prepara para las elecciones generales convocadas el 9 de abril. Estas elecciones enfrentan a la coalición de derechas liderada por Silvio y a la coalición de izquierdas dirigida por Romano Prodi. Las últimas encuestas que leí daban un 3% de ventaja a Prodi, pero aún hay tiempo de que il Cavaliere remonte.

Italia sigue siendo una pieza clave en el mapa internacional: es miembro fundador de la EEC, miembro del G-7 y G-8, Italia exporta a todo el mundo, participa en misiones militares al exterior desde la guerra de Líbano, cuenta con las enormes riquezas culturales de Roma, el Vaticano y tantas otras. La pregunta que debiéramos hacernos es si Silvio ha contribuido a la grandeza de Italia, si esa grandeza sigue existiendo a pesar de Silvio o independientemente de Silvio.

En contra de Silvio se puede decir que, a pesar de haber tenido una mayoría durante todo el mandato, ha sido incapaz de llevar adelante las reformas que se había propuesto y que había prometido. Además, Silvio no ha sabido llevar a cabo la reforma del sistema político. No ha querido ni sabido preparar a un sucesor ni consolidar sus alianzas políticas. Por lo tanto, Silvio no deja ningún legado relevante. Su mandato le ha servido sobre todo para solucionar temas privados en una batalla dialéctica falsa con la oposición. Es más, sobre todo en política internacional, Silvio se ha convertido en el laughing stock de la política del mundo occidental.

Aunque no esté a la moda, hay que recordar los puntos a favor del mandato de Berlusconi. Primero, il Cavaliere fue elegido democrática y sólidamente por los italianos. Ha sabido unificar la derecha italiana aunque haya sido a costa del monopolio del poder en sus manos. Silvio ha sido el único que ha conseguido mantener un periodo de mayoría estable en el Gobierno durante todo el mandato (cosa que no pasaba en Italia desde el final de la Segunda Guerra Mundial). También la estabilidad en el poder de Silvio ha significado el fin (al menos oficialmente) de la lottizzazione (parcelamiento), que era un sistema por el cual las fuentes y los recursos se repartían entre los cargos públicos según la proporción del poder político. Una cosa más a favor de Silvio, nadie puede negarle que hace que la política sea entretenida para todos. De alguna forma, estamos siempre pendientes de él y su historia es una historia de éxito.

Por último, sus alternativas (una izquierda que hace frente común con Prodi pero de facto muy débil e inestable) no eran mejor que él. Durante el mandato de Silvio, la oposición no ha hecho ni propuesto nada. Así pues, parece ser que el famoso pacto de la omertà (pacto de silencio) entre poderes en Italia se mantiene. Aún iría más lejos. No hay razón para pensar que si gana Prodi las cosas cambien.

La economía italiana ha crecido. Siempre se ha dicho que la economía italiana funciona independientemente al Gobierno. Por ello, quizá Italia siga siendo relevante independientemente de Silvio. Bajo la aparente inestabilidad italiana se esconde una enorme estabilidad. Las cartas están echadas. El duelo servido. Hagan sus apuestas: Vincera ´il Cavaliere´ ancora?