Irlanda del Norte: el difícil camino hacia la paz

Ya han transcurrido casi 15 años desde el inicio del proceso de paz en Irlanda del Norte. Son muchas las cosas que han pasado desde entonces: rupturas de treguas, escisiones en grupos terroristas, atentados brutales o el paso al crimen organizado de antiguas bandas terroristas. El 3 de septiembre de 2008 la Comisión de Supervisión Independiente (IMC), organización creada en 2004 por los gobiernos británico e irlandés para supervisar el desarme de los grupos paramilitares norirlandeses, emitió su decimonoveno informe. En él afirmó que el IRA Provisional había dejado de ser una amenaza para la seguridad ya que su mando, aunque siguiera existiendo, no era ni operativo ni funcional.

Era sin duda una buena noticia que fue recibida con enorme alegría, pero que no ocultaba que el conflicto estaba aún lejos de la solución final. Se ha podido comprobar el pasado sábado, cuando dos soldados británicos murieron tiroteados por disidentes republicanos. Y es que el IRA Provisional es la organización armada más importante de Irlanda del Norte, pero no la única. Hay otros grupos tanto católicos como protestantes que aún no han dejado las armas. De hecho ni siquiera es el único IRA, ya que hay otras organizaciones terroristas que reclaman para sí esas siglas. Por partes.

Tras la creación del Estado Libre de Irlanda y la partición de la isla en los años 20, el IRA inició una deriva hacia la progresiva marginalidad. El fracaso de sus cada vez menos populares campañas le sumió en una crisis de identidad que le llevó a abrazar el marxismo y a una mayor preocupación sobre cuestiones económicas y sociales, por lo que fue dando a la lucha armada un papel cada vez más pequeño. Así, para finales de los 60 la dirección del IRA tenía pensado el abandono de la violencia. Sin embargo, los disturbios que comenzaron en 1969 truncaron esta evolución. Para los líderes del IRA (la mayoría gente que vivía en la República, poco conocedora de la situación a pie de calle en el Norte) la cuestión de los ataques no era materia de su incumbencia, ya que suponía convertir el enfrentamiento entre Irlanda y Reino Unido en una lucha sectaria entre católicos y protestantes. A los católicos de Irlanda del Norte no les gustó la pasividad del IRA. Algunos de sus militantes eran increpados en las calles por personas que se sentían abandonadas y desprotegidas, por lo que miembros del grupo en Ulster sintieron la inevitabilidad de recurrir a las armas para proteger a su población ante un posible exterminio. En ese contexto, unos cuantos militantes contrarios a la dirección decidieron escindirse y fundar el IRA Provisional (PIRA).

Inicialmente minoritario, el PIRA enseguida se convertiría en el mayor grupo terrorista de Irlanda del Norte, ya que consiguió atraer a sus filas a mucha gente, sobre todo jóvenes, descontentos con el giro del sector oficial. Éste, por su parte, constituyó el IRA Oficial (OIRA) con la vista puesta en el abandono de la lucha armada a corto plazo, aunque siguió empleando la violencia durante el inicio del conflicto. El OIRA iría poco a poco dejando la violencia hasta abandonarla completamente, actitud que no gustó a muchos de sus miembros, que a mediados de los 70 fundaron el INLA (Ejército Irlandés de Liberación Nacional), que aún continúa activo y es considerado una amenaza por la IMC.

En 1986 se dio una nueva escisión en el movimiento republicano, cuando el Sinn Fein decidió participar en las elecciones al Parlamento de Dublín. Los contrarios formaron el Sinn Fein Republicano (RSF) y el IRA Continuidad (CIRA). Sin embargo, el CIRA no adquiriría notoriedad hasta 1994, cuando comenzó a realizar atentados para oponerse al alto el fuego declarado por el IRA Provisional en 1994. Por otro lado, en 1997, un grupo de militantes contrarios a la implicación del PIRA en el proceso de paz formaron el IRA Auténtico (RIRA), que se haría tristemente famoso en agosto de 1998 por la colocación de una bomba en Omagh, causando 29 muertos (dos de ellos españoles) y más de 200 heridos. A día de hoy, tanto el CIRA como el RIRA siguen activos y continúan atentando. Pero ni siquiera los escindidos se han librado de las escisiones. Así, en 2005, de las filas del CIRA surgió Guerreros de Irlanda (ONH) y ese mismo año apareció otro pequeño grupo: Libertad de Irlanda (SnaÉ). Recientemente, la IMC ha detectado el surgimiento de otro nuevo: IRLA (Ejercito Republicano de Liberación Nacional).

Y esto sólo en el lado republicano. Porque al peligro que representan INLA, CIRA, RIRA, ONH, SnaÉ e IRLA hay que añadir, en el bando protestante, a los grupos paramilitares lealistas. Durante el conflicto que estalló a finales de los 60 hubo dos grandes grupos terroristas favorables a la unión con Gran Bretaña: UDA (Asociación de Defensa de Ulster), que reivindicaba sus crímenes con las siglas UFF (Luchadores por la Libertad de Ulster), y UVF (Fuerza Voluntaria de Ulster), estrechamente unido al minoritario Comando de la Mano Roja (RHC). Estos grupos aceptaron el Acuerdo de Viernes Santo pero no han iniciado el desarme y continúan con la violencia. De la UVF surgió en 1996, por ser contraria al proceso de paz, la LVF (Fuerza Voluntaria Lealista). Ésta última anunció que dejaba la violencia en 2005, pero continúa activa. Y la IMC ha detectado que podrían estar formándose, aunque aún con muy poca militancia, dos grupos disidentes de las principales organizaciones: RUVF (UVF Auténtico) y RUFF (UFF Auténtico). Por otro lado, los grupos paramilitares lealistas han ido cayendo en el crimen organizado, siendo protagonistas de tráfico de drogas, contrabando, extorsiones o robos (crímenes protagonizados también por los republicanos, aunque en menor cuantía), hasta hacer del crimen mucha gente su particular modus vivendi. Esta circunstancia, unida a la autoproclamada tarea de proteger a su comunidad de los también activos grupos republicanos, hace muy difícil a corto plazo la entrega de armas y el consiguiente abandono de la violencia.

Con tantos grupos paramilitares activos, Irlanda del Norte está sin duda lejos de ser una sociedad normalizada. Los dos soldados muertos el pasado sábado no han sido desgraciadamente una excepción. Y es que, a pesar de no copar portadas en los periódicos, la violencia ha estado muy presente a lo largo de los últimos años. Entre marzo de 2003 y agosto de 2008 (según datos de la propia IMC) ha habido en Irlanda del Norte 23 asesinatos cometidos por paramilitares (5 por los republicanos y 14 por los lealistas, además de tres de los que se desconoce la autoría), 374 heridos en tiroteos (270 por grupos lealistas, 104 por republicanos) y 454 en ataques de diverso tipo (313 y 141 respectivamente). Todo eso en una población relativamente pequeña: menos de dos millones de habitantes. Por tanto, podemos concluir que la buena noticia de que el IRA Provisional no sea ni operativo ni funcional no debe ocultar que aún queda un largo camino hacia la paz completa y que pasará tiempo hasta que la norirlandesa sea comparable a la mayoría de sociedades europeas.

El atentado del pasado sábado muestra una compleja realidad en Ulster, con numerosos grupos violentos y paramilitares activos, que, según el autor, anuncia «que aún queda un largo camino hacia la paz completa y que pasará tiempo hasta que la norirlandesa sea comparable a la mayoría de sociedades europeas»

Rafael Leonisio, investigador del departamento de Ciencia Política de la UPV-EHU.