Este 30 de mayo se conmemora el Día de las Fuerzas Armadas, y aunque la actual coyuntura sanitaria no es propicia para celebraciones, sí debemos reconocer el trabajo diario de todos los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas, su compromiso con la sociedad, su entrega, su generosidad y su profesionalidad en los momentos más difíciles, como ha quedado patente en la reciente crisis del Covid-19.
A veces se habla de las Fuerzas Armadas, de los Ejércitos, como si fueran un ente abstracto. Y no es así. Se trata de hombres y mujeres que con su esfuerzo, con su trabajo, han estado plenamente unidos con la sociedad de la que forman parte, dando lo mejor de sí mismos, sin pedir nada a cambio, arriesgando en muchas ocasiones la salud con una clara voluntad de servicio, de hacernos la vida más fácil y segura a todos nosotros.
Desde el Ministerio de Defensa concebimos la gestión de Defensa como una política de Estado que tiene como razón de ser garantizar la soberanía, la seguridad, el bienestar y la libertad de España y los españoles, sin olvidarnos de que las Fuerzas Armadas pertenecen a todos los ciudadanos de este país. Son una de las manifestaciones más evidentes del Estado, como han demostrado en el marco de la Operación Balmis y demuestran en todas y cada una de sus actuaciones y retos que se les plantean en el ámbito nacional e internacional.
Nuestros militares han escrito una página brillante de la reciente historia de España por su magnífica gestión, coordinación, planificación y despliegue frente al coronavirus. Durante algo más de dos meses, las Fuerzas Armadas han realizado casi 20.000 actuaciones en más de 2.250 poblaciones, desde grandes ciudades hasta el pueblo más pequeño. Han trabajado en tareas de desinfección, en servicios esenciales, puertos, aeropuertos, residencias de mayores y hospitales; en el traslado de enfermos entre hospitales o el de fallecidos; en la instalación y mantenimiento de hospitales de campaña; han transportado medios técnicos y personal, bienes de primera necesidad; han empleado capacidades sanitarias; han trasladado pacientes y fallecidos y; han prestado apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Todo con un único objetivo: contribuir a salvar vidas y ayudar a los españoles, volcándose especialmente con los más vulnerables.
En los peores días de esta crisis, un promedio de 8.000 militares han mostrado a la ciudadanía las razones por las que pueden confiar en las Fuerzas Armadas en tiempos de adversidad y la sociedad en su conjunto se lo ha agradecido con múltiples muestras de apoyo, cariño y admiración. Lo que refuerza la integración de las Fuerzas Armadas con la sociedad española, de la que forman parte y a la que sirven. Por ello, quiero aprovechar esta ocasión para agradecerles públicamente todo su esfuerzo y su trabajo en un día tan señalado para nuestros militares.
La Covid nos ha enseñado la realidad de que los desafíos de seguridad a los que deben enfrentarse las sociedades modernas necesitan de una respuesta multidisciplinar, cooperativa, fortaleciendo los sistemas de seguridad y defensa. Para enfrentarnos con éxito a cualquier desafío la seguridad debe ser integral y global, prestando especial atención a cuestiones como la solidaridad, la capacidad de respuesta, la preparación y la garantía de suministros críticos.
Cada día se hace más necesario trabajar conjuntamente por la paz, la libertad y la seguridad en el mundo, defendiendo los valores de la Carta de Naciones Unidas ante amenazas como el terrorismo, la fragilidad institucional, las pandemias o los ataques en el ciberespacio. Un compromiso que España asumió hace algo más de 30 años participando en misiones de paz en el exterior bajo el paraguas de Naciones Unidas, la OTAN o la Unión Europea.
Esas misiones son el mejor ejemplo del compromiso de España con las organizaciones a las que pertenecemos. A través de ellas, nuestros militares, hombres y mujeres, exportan los mejores valores de nuestra sociedad desde el respeto a la diversidad cultural y a la dignidad de todos los pueblos. Protegen a las poblaciones más vulnerables, favorecen la creación de entornos seguros que permiten abrir un espacio para la política, aseguran la distribución de ayuda humanitaria y garantizan el ejercicio de derechos universales. Y lo hacen con generosidad, dando sus vidas cuando es preciso, demostrando siempre su altísima cualificación profesional y humana.
Asimismo, en nuestra actuación exterior ponemos un especial énfasis en la aplicación de la Resolución 1325 de Naciones Unidas sobre «Mujer, Paz y Seguridad», que este año cumple 20 años, conscientes de que resolución de los conflictos depende en gran medida de la plena incorporación de la mujer a los procesos de mediación y de paz.
Todos debemos trabajar juntos para conseguir un futuro mejor. Para ello, es imprescindible fortalecer la posición de España en el sistema de seguridad internacional, porque no podemos ser ajenos a lo que pasa a pocos miles de kilómetros de nuestras fronteras. En la actualidad existen 25 conflictos armados en el mundo y como consecuencia de esas guerras, de las violencias y del hambre hay más de 71.000.000 de refugiados, según Acnur.
Nuestro objetivo es conseguir tener unas Fuerzas Armadas que miren hacia un futuro mejor, adaptadas a los nuevos tiempos de transformación y modernización. Unas Fuerzas Armadas que velen por la defensa de nuestros valores constitucionales, que son patrimonio de todos y de los que tan orgullosos nos sentimos.
La eficacia de las acciones de las Fuerzas Armadas está fuera de toda duda como se ha puesto de manifiesto en la actual crisis sanitaria. Hoy, desde el cariño y la solidaridad con los fallecidos y sus familias, con los enfermos, con las personas que se han quedado solas a consecuencia de la pandemia, España entera sabe que en primera línea, donde sea necesario, con la entrega y generosidad de siempre, estarán los hombres y mujeres de nuestros Ejércitos, trabajando todos por un futuro mejor.
Margarita Robles es ministra de Defensa.