La alternativa, Núñez Feijoo se retrata

Por supuesto que la semana acabada ha desolado a todos por el ataque innecesario y grotesco, con posterior deterioro gravísimo, a la Institución CNI. Nos hemos cargado una Institución clave de nuestra seguridad y de nuestra credibilidad internacional. Una más. Pero ya habrán leído Ustedes bastante sobre este tema y querríamos reflexionar sobre otro acontecimiento que nos ha dejado con los mismos escalofríos que la tropelía perpetrada por Sánchez, Bolaños (el Ministro felpudo) y sediciosos. Nos referimos al discurso de Núñez Feijoo en Barcelona.

Por lo que sabemos de él, vía extractos de prensa variada, ha pronunciado frases terribles, ¡pero terribles! para el futuro de nuestra convivencia como españoles y como demócratas. Se puede entender que diera mayor relevancia a los aspectos de gestión económica por platicar invitado por el Círculo de Economía local, pero es peligroso que cometa el enorme “error Rajoy” que consiste en considerar que ese es el mayor problema de España e Hispano-Cataluña y despreciar el gigantesco y enorme problema político, democrático, convivencial y existencial que nos asuela al amparo de la desaparición del Estado de Derecho. (Rajoy lo llamó “algarabía”,… y se lo llevó por delante junto como a la mayoría de los españoles) Su frase terrible fue “Cataluña necesita hablar menos de política y más de economía”. Cómo si el desastre económico no fuera fruto del político. Y quiere gobernar… ¡España!

Pero vino después su visión de España, y aquí empezaron las frases más terribles. Por ejemplo, se manifestó hiperautonomista sin crítica alguna, ignorando que es indispensable una revisión en profundidad del estado autonómico, incluso por motivos económicos. Sepa usted Señor Feijoo que España no arreglará sus problemas económicos diferenciales (paro, deuda, mayor inflación, desigualdad, etc…) sin recuperar la unidad de su mercado interno. Si no hace eso, no será economista, sino contable. Pero eso le venía bien para dejar claro que su visión de España es la versión conservadora de una Nación de naciones (habló de la ¿¿¿¿ nacionalidad catalana????) o de una Confederación asimétrica, que consiste en un batiburrillo de cacicatos con manos libres para extorsionar al Estado y enfrentarse entre ellos. Como hasta ahora. Eso lo podríamos llamar el error Aznar. Pero llegó a pronunciar la frase “¡¡¡sin las CCAA el Estado sería una carcasa hueca y España sería una nación ¡¡¡¡preconstitucional !!!!” Toda la Historia de España hasta 1978 es preconstitucional y el Estado en España existe desde Argantonio o desde los Visigodos, como prefiera. ¿Qué pretende decir, que las CCAA son consustanciales a la democracia? Pues acaba de quitar a la lista de democracias a Francia, Portugal y Holanda, así a bote pronto. Al convertirse en un activista del sistema autonómico alcanzado en España, sin tener la honradez intelectual de ver sus colosales defectos y la prioridad de reducirlos, está Usted, precisamente, erosionando la propia democracia.

Llegó a decir ¡en Cataluña! que las autoridades autonómicas son Estado. ¿Ha hablado Usted de ello con Aragonés, Borrás, Quim Torra, o algunos de esa calaña, les ha explicado que son Estado? Y lo mejor, ¿está Usted dispuesto a hacer cumplir la Ley para que lo sean? Porque si los delincuentes impunes son Estado, no hay Estado, justo lo que está pasando.

Pero, miren Ustedes, a pesar de todo, los que creemos que la democracia se basa en un compendio de valores básicos, pensamos que lo más terrible fue lo que no dijo. ¿Cómo puede un aspirante a gobernar para la gran mayoría de los ciudadanos mantener un discurso de presentación en plaza hispano-catalana sin hablar de la desprotección de millones de hispano catalanes ante la persecución impune por parte de la Generalitat? ¿Cómo puede ignorar la discriminación racista entre hispano-catalanes de primera y de tercera? ¿Cómo puede no hablar del atentado contra la libertad y la infancia que supone la no aplicación de sentencias sobre la orwelliana inmersión lingüista (el 25%, verbigracia?¿Cómo puede, hoy en día, no preocuparse por la intimidación, la opresión clientelar, y el amedrentamiento ejercidos por Instituciones regionales sobre ciudadanos a los que ya no protege el Estado de Derecho, por lenidad o complicidad de los Gobiernos de España? Pues dicen que es la alternativa, lo que no dicen es la alternativa a qué.

Por Enrique Calvet, ex Europarlamentario y Presidente de ULIS.

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