La desigualdad de género en ciencia no se corrige sola: ¡es hora de actuar!

Acosada en salidas y trabajos de campo. Excluida de proyectos. Sin modelos femeninos que seguir. Receptora de microagresiones. Estas son solo algunas de las experiencias vividas por nuestro colectivo, como mujeres que trabajamos en el campo de la ciencia y la ingeniería.

Estas experiencias minan las oportunidades de progresar en la carrera científica, lo que conduce a la pérdida de muchas mujeres brillantes. Por desgracia, son ejemplos que se repiten en otros ámbitos, según resultados recientes sobre la desigualdad de género en Europa.

Este mes hemos publicado en la revista Palgrave Communications un estudio que analiza el estado de la mujer en las ciencias y la ingeniería de costas. Los resultados muestran que la falta de equidad de género en el trabajo todavía es un problema de gran calado en el día a día de las mujeres en todo el mundo.

Trabajar en la orilla del mar

Nuestro campo de trabajo son las geociencias y la ingeniería costera, un área que estudia los procesos físicos que tienen lugar en la interfaz entre la tierra y el mar. Tradicionalmente ha sido un campo dominado por hombres, lo que explica algunas de las experiencias vividas por nosotras:

Durante 20 años la gente me ha recordado lo afortunada que era por poder investigar en este campo, porque las “cosas” estaban cambiando para las mujeres jóvenes. Este argumento no concuerda con mi experiencia. 20 años más tarde, las “cosas” siguen sin cambiar y yo ya no soy tan joven. Tras hablar con otras compañeras me di cuenta de que ellas habían tenido una experiencia similar y también querían ver un cambio - Ana Vila-Concejo

Para impulsar ese cambio, fundamos en 2016 la Red de Mujeres en Geociencia Costera e Ingeniería (WICGE, por sus siglas en inglés). El primer proyecto fue un estudio para entender los desafíos más importantes a los que tienen que enfrentarse las mujeres de nuestro campo de investigación.

A través de una encuesta a 314 miembros de la comunidad de ciencias costeras e ingeniería, analizamos la representación de género en 9 sociedades, 25 revistas científicas y 10 conferencias de nuestro campo.

Nuestros resultados muestran que, mientras las mujeres representan un 30% de la comunidad internacional de ciencias costeras, están infrarrepresentadas en posiciones de prestigio y liderazgo. Por ejemplo, en los comités editoriales de revistas y los comités organizadores de congresos.

Este hecho fue reconocido por la comunidad. Un 82% de las mujeres y un 79% de los hombres encuestados respondieron que no existían suficientes modelos femeninos a seguir.

Uno de los resultados destacables es que la representación femenina en puestos de prestigio alcanza su máximo (el esperado 30%) cuando existe un claro proceso de selección que da a las mujeres la oportunidad de presentarse voluntariamente. Lo contrario ocurre en aquellos casos en que el acceso al puesto de prestigio se consigue a través del clásico mecanismo “solo bajo invitación”. Este resulta en una representación femenina mínima.

Una proporción grande de mujeres (47%) se siente estancada en su carrera debido a su género. Un porcentaje que, en comparación, es mínimo entre los hombres (9%). Las razones son diversas e incluyen:

  • Un techo de cristal: vinculado a las costumbres y la cultura en el lugar de trabajo, reduce las posibilidades de promoción de las mujeres.
  • Los estereotipos de género: tachan a la mujer en las disciplinas conocidas como STEM (acrónimo que, en inglés, aglutina ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) de incompetente.
  • El llamado Club de los chicos: la tendencia a favorecer a un hombre para colaborar o formar parte de un proyecto.
  • La extendida creencia de que el desempeño de una mujer se ve afectado por el hecho de tener hijos. Esto es conocido como muro maternal.

Las campañas de campo, fundamentales en nuestra disciplina, son una de las actividades donde se manifiesta la falta de equidad. Las mujeres encuestadas declaraban haber sido excluidas o apartadas de las mediciones realizadas con embarcaciones menores. Muchas de las que sí participaban manifestaban haber experimentado prejuicios de género y acoso sexual.

Además, la encuesta tenía una serie de preguntas abiertas en las que se les pedía a los participantes que contaran sus experiencias acerca de la equidad de género.

Como coautora del estudio, nunca podré olvidar el día que analizamos las respuestas. Los testimonios de ‘bullying’, abortos y acoso sexual eran sobrecogedores. La falta de equidad era constante, generalizada y en muchos casos, traumática -Sarah Hamylton.

La pregunta llegados a este punto es: ¿qué se puede hacer?

Siete pasos para mejorar la igualdad de género

El desequilibrio de género que existe en los campos STEM no es un fenómeno que se corrija solo. Por esta razón, nosotras proponemos siete medidas diversas para que la ciencia sea más inclusiva para las mujeres, basadas en nuestros hallazgos.

1. Apostar por más mujeres en puestos de prestigio. Garantizar la representación justa de mujeres como ponentes invitadas en conferencias, consejos y comités editoriales de revistas científicas. Tener unas vías de acceso claras a puestos de prestigio, ofreciendo a las mujeres la oportunidad de postularse si así lo desean.

2. Promover a las mujeres en roles visibles. Reconocer los logros de las mujeres y seleccionarlas para puestos que incrementen su visibilidad como modelos a seguir.

3. Crear conciencia de los prejuicios de género y el sesgo. Reflexionar y ser consciente de los sesgos y prejuicios personales al contratar, promocionar y mentorizar.

4. Hacerse oír. Trasladar el mensaje a organizadores de conferencias formadas solo por miembros masculinos y a todos aquellos ámbitos donde las mujeres estén mal representadas. Contactar con los editores principales de revistas y sugerir mujeres capacitadas para los comités editoriales.

5. Mejores apoyos en la vuelta al trabajo tras la maternidad. Unas condiciones más flexibles motivan a las mujeres a conservar su empleo después de tener hijos. Por tanto, incrementan sus opciones de alcanzar puestos de rango superior.

6. Redefinir el término “éxito”. Reconocer la diversa gama de definiciones de lo que significa ser una investigadora costera exitosa.

7. Animar a las mujeres jóvenes a involucrarse. A muchas niñas en edad escolar se les quita la idea de poder acceder a las disciplinas STEM, ya que se consideran actividades “masculinas” por motivos culturales.

La Red de Mujeres en Geociencia Costera e Ingeniería ya está implementando algunos de estos pasos de manera satisfactoria.

Durante los últimos dos años hemos trabajado con organizadores de conferencias internacionales para incluir ponentes invitadas. También hemos mejorado el equilibro de género en uno de los comités de las sociedades costeras más relevantes. Además, hemos creado premios para ponentes en congresos destinados a dar a conocer el trabajo realizado por mujeres investigadoras en una fase temprana de su carrera.

Quien decida ignorar el problema será parte responsable de permitir que continúe. Hable alto, hágase oír, fomente y promueva el trabajo de sus colegas femeninas y deles la voz y la visibilidad que merecen.

Es determinante que toda la comunidad sea consciente del alcance de la desigualdad. Que todos actuemos para eliminar las desigualdades de género en las ciencias costeras y, de forma general, en los campos STEM).

Emilia Guisado-Pintado, Profesora Contratada Doctora de Geografía Física, Universidad de Sevilla; Amaia Ruiz De Alegría Arzaburu, Researcher, Universidad Autónoma de Baja California; Ana Vila Concejo, Associate professor, University of Sydney; Irene Delgado-Fernández, Reader, Edge Hill University y Sarah Hamylton, Senior Lecturer, School of Earth and Environmental Sciences, University of Wollongong

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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