La franja y la ruta: nuevas fuerzas en la relación china-UE

China y la UE, importantes miembros de la comunidad internacional, se comprometen a mantener la paz y la estabilidad mundiales y mejorar la gobernanza global, y, sobre todo, asumen la misma posición en la preservación del multilateralismo y el libre comercio. Ambas partes tienen amplios intereses comunes. La UE ya es, por décimo quinto año consecutivo, el primer socio comercial y la mayor fuente de importaciones para China, y esta, a su vez, es en los últimos 14 años el segundo socio comercial de la UE y la mayor fuente de importaciones para esta. Como ambas partes se complementan mutuamente en economía y cadena sectorial, fortalecer la cooperación económica y comercial, en el contexto de la ralentización del crecimiento económico global, contribuirá a asegurar la confianza en el desarrollo económico mundial en el futuro. China siempre asume un talante sincero respecto a la profundización de la asociación estratégica integral con Europa y a la ampliación de la cooperación pragmática con ella.

De acuerdo con la declaración conjunta publicada por la XXI cumbre China-UE, el 9 de abril en Bruselas, ambas partes han reafirmado los principios del respeto mutuo, la confianza, la igualdad y el beneficio mutuo, y han reiterado la voluntad de seguir desarrollando una amplia cooperación e intensificarla en economía, comercio e inversión, y proporcionarse mutuamente un acceso al mercado más amplio, más fácil y no discriminatorio.

China celebrará, a finales del mes de abril, el II Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional. Desea trabajar junto con los miembros de la UE para construir la Franja y la Ruta, abriendo espacios más amplios para la cooperación, en beneficio de los pueblos de Asia y Europa. Es cierto que en el seno de la UE existen preocupaciones por que el crecimiento de China provoque «desequilibrio» entre las relaciones China-UE, y por que se vea «destruida la unidad de la UE» si ciertos miembros firman con China el memorando sobre la construcción conjunta de la Franja y la Ruta. Creemos innecesarias estas preocupaciones.

En primer lugar, las relaciones China-UE se basan principalmente en el consenso y la cooperación, los cuales superan las discrepancias. Ambas partes se comprometen a defender la Carta de la ONU, el derecho internacional y las tres pilares de esta organización -paz y seguridad, desarrollo y derechos humanos-. Persisten en efectuar una buena cooperación en la implementación del Acuerdo de París sobre el cambio climático, en la promoción del desarrollo sostenible, en la ejecución del Plan de Acción Integral Conjunto relativo al programa nuclear de Irán, en la lucha antiterrorista, etc.

China sigue siendo un país en vías de desarrollo, y en 2018 su PIB per cápita sólo es una cuarta parte del de la UE. Existen entre ambas partes obvias diferencias en situación real e ideología, y también en política, lo que es algo normal. Si surge algún problema, recurrimos a las consultas, y nos oponemos a que una parte imponga su voluntad a otra.

En segundo lugar, la iniciativa de la Franja y la Ruta destaca el consenso y la cooperación; no es exclusiva ni menos aún es un instrumento de la «política geográfica». El principio de deliberación en común, construcción conjunta y codisfrute apunta a coordinar las políticas, conectar las infraestructuras, dar fluidez al comercio, integrar las finanzas y lograr la comprensión mutua entre los pueblos. El II Foro sobre la Franja y la Ruta será una buena plataforma en la que la UE y la comunidad internacional aumentan el intercambio y aglutinan consensos. En ocasiones, la UE ha manifestado la voluntad de vincular la estrategia de conectar Europa y Asia y la red de transportes paneuropea con la iniciativa de la Franja y la Ruta, y se muestra dispuesta a cooperar en proyectos en el marco de esta iniciativa. Esto demuestra que ambas partes desean realizar una construcción conjunta. Al firmar con los países interesados el memorándum de entendimiento sobre esa iniciativa, China destaca precisamente el consenso y la cooperación.

En tercer lugar, la UE no necesita mantener su unidad a costa del consenso y la cooperación con China. Consideramos a Europa un importante polo del mundo y siempre apoya con firmeza el proceso de su integración, con la esperanza de ver una Europa unida y próspera. Dada la diversidad de los miembros de la UE, son diversas sus demandas para cooperar con China. Entre ambas partes no existen conflictos de intereses fundamentales, y un intercambio y cooperación basada en el beneficio mutuo en el marco de la Franja y la Ruta sólo concuerda con los intereses de la UE y no perjudica en absoluto su unidad.

Como uno de los primeros países de la UE en establecer la asociación estratégica integral con China, España siempre asume una actitud positiva respecto a la iniciativa de la Franja y la Ruta. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, como representante del presidente de España, estará presente en el Foro y en los importantes eventos relacionados. Acogemos esta actitud activa del Gobierno español y confiamos en que España tomará esa iniciativa como energía positiva para la asociación estratégica integral, y hará mayores contribuciones al consenso y la cooperación China-UE.

Lyu Fan es embajador de la República Popular de China en España.

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