La hábil monarquía marroquí

El discurso de Mohamed VI del 8 de marzo ha demostrado una vez más la capacidad de reacción rápida que tiene la monarquía alauí para capear situaciones políticas complejas. Ha formado la Comisión Consultiva que se ocupará de la revisión de la Constitución, la cual dará otra vuelta de tuerca hacia la democracia. Esta Comisión está dirigida por Abdelatif Menuni, de Equidad y Reconciliación (IER), organismo que se creó para esclarecer las violaciones de derechos humanos cometidas durante el reinado de Hassan II. La delegación deberá trabajar con sindicatos, partidos políticos y asociaciones civiles para formular las propuestas en junio, fecha límite para llevar a cabo las reformas constitucionales, y que después serán aprobadas en referéndum. Según declaraciones a la agencia de noticias MAP, el monarca otorga especial importancia a "la participación de los partidos políticos en la óptima configuración y aplicación de una buena gobernanza constitucional".

La comisión está formada por 19 políticos, profesores de derecho, investigadores e intelectuales, que en su mayoría no pertenecen a ningún partido. Entre ellos se encuentran el ex ministro Abdelah Saaf, el pensador Mohamed Tozy, el actual jefe del Comité de Derechos Humanos, Ahmed Hazni, y la universitaria Amina el Mesaoudi, bien conocidos en España por sus múltiples participaciones y estudios sobre sociedad civil y constitucionalismo.

En un anterior articulo en La Vanguardia recordaba cómo Mohamed V, abuelo del actual rey Mohamed VI, al regreso del exilio al que le habían enviado los franceses, consiguió con ello una mayor legitimidad. Pronto percibió la importancia de las élites locales para frenar la fuerza que estaba consiguiendo el Istiqlal, partido nacionalista y panarabista que había luchado duro para conseguir la independencia y que posiblemente se hubiera convertido en partido único, al igual que el RCD en Túnez o el FNL en Argelia. Por lo que relanzó las asambleas locales, haciendo de ellas un marco temporal en el que preservar las solidaridades étnicas sobre las cuales reposaba el régimen anterior. Por otro lado los técnicos de clase media que en otros lugares apoyaban a los partidos únicos o a los movimientos militares, aceptaron adherirse a la política regia, siguiendo el ejemplo de la burguesía entrenada desde largo tiempo en este género de compromisos con el Majzén. Esta palabra quiere decir almacén. Las tribus del bled majzen pagaban impuestos al sultán que representaba el Estado centralizado, cosa que no reconocían las tribus del bled siba.Abdel Krim, miembro de la tribu de los Beni Urriaguel, luchó contra la administración francesa y española en el Rif, consiguiendo presidir entre 1923 y 1926 la República confederada de las tribus bereberes del Rif. Mohamed V pudo heredar, todos los territorios del bled siba pacificados por los ejércitos coloniales. No obstante en 1956 el todavía príncipe Hassan II, padre de Mohamed VI, realizó contra las revueltas rifeñas una represión sangrienta , ayudado por el bereber del sur, general Uzquir.

Hassan II sufrió varios intentos de asesinato de los que salió ileso de forma casi milagrosa, esto le confirió un aura de baraka,o sea de estar protegido celestialmente. Entre los golpistas estaba su mano derecha, el general Uzquir, lo que le hizo desconfiar también del ejército. En los 90 la privatización y la regionalización permiten a las élites locales hacer prevalecer algunas de sus pretensiones en torno al liderazgo del Estado. En Casablanca y Agadir los empresarios de la zona berberófona del sur de Marruecos se van haciendo con las cámaras de comercio y con negocios que antes dominaban los fessis, dejándoles sólo las finanzas.

El discurso pronunciado por Mohamed VI en enero del 2010 sobre la descentralización tiene una base importante que va más allá del Sáhara Occidental. El mismo Hassan II, a pesar del centralismo cuando avistó el panorama de la Kabilia en Argelia, no dudó en 1996 en hacer un discurso reconociendo la diversidad marroquí, entre ella la bereber o amazig. Tema que se ha ido consolidando al punto que el último discurso de Mohamed VI da un valor constitucional a la lengua. Según el rey, la descentralización puede servir para una modernización del Estado y para conseguir un desarrollo integrado, teniendo en cuenta la diversidad y especializaciones locales y regionales. Siempre, claro, bajo la unidad del Estado del que la propia monarquía es la garante. Los marroquíes son muy nacionalistas y están contentos de haber sido un califato independiente desde el siglo VIII, de tener dinastías bereberes que han dado imperios y no haber sufrido el dominio otomano. El Magreb tiene una ventaja frente al Mashrek: el 99% son suníes por lo que no temen divisiones religiosas y además empiezan a apreciar su especificidad bereber frente al arabismo. La sociedad marroquí es una de las más activas y efectivas de los países mediterráneos.

En Argelia el 80% de los recursos están nacionalizados y los grandes negocios se hacen con los militares, y la burocracia inoperante no permite crear empleos ni riqueza a pesar del maná del gasy el petróleo. El monarca alauí ya ha oído las críticas. Pronto oiremos hablar de las comunidades locales y los recursos del Estado que hoy están en gran medida bajo compañías dominadas por el Majzen.

Maria-Àngels Roque, antropóloga IEMed.

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