La hora de rearmar los valores

Ya sabemos que el 2012 va a ser un año muy duro en lo económico. Asumido que hemos caído por el abismo y que todavía pueden pasarnos cosas más graves debemos intentar que esta crisis, profunda, larga y dolorosa, sirva para algo. Es hora de rearmar los valores que deben cimentar nuestra convivencia.

El dinero es el principal referente del éxito social, nos guste o no. Pero de igual modo que hemos aprendido a repudiar el dinero del narcotráfico o de las mafias deberíamos proceder igual con el dinero fácil de la especulación. No tiene el mismo valor el yate de Bill Gates, creador de un imperio con sus innovaciones y su visión empresarial, que el de un especulador, trabaje con derivados en Wall Street o recalificando terrenos en la costa. El trabajo, el esfuerzo y las ideas deben prevalecer sobre el dinero fácil.

De igual modo hemos de profundizar en la equidad en los esfuerzos. Colectivamente queremos y deseamos un Estado del bienestar. Los europeos no estamos preparados genéticamente para ver sufrir en exceso a nuestros semejantes. En EEUU, a quien no tiene seguro médico no se le trata en urgencias. ¿Estamos dispuestos a ver morir emigrantes sin papeles o parados de larga duración en la puerta de un hospital por no tener dinero para pagarlo? Yo no.

Asumidas y conscientemente aceptadas las líneas rojas de nuestra sociedad, hay mucho camino por andar. Las medidas tomadas por el Consejo de Ministros del 30 de diciembre del 2011 consagran que algunos ciudadanos españoles tributarán por más de la mitad de sus ingresos (51%) y si además residen en Catalunya legarán al 55%. ¡Por fin semos europeos! Tenemos impuestos suecos. En marzo, con los nuevos presupuestos, veremos cómo el IVA sube al 22% o más y el tabaco y el alcohol alcanzan la estratosfera impositiva. ¡Fantástico! Pero si pagamos como europeos deberíamos tener servicios equivalentes y, también, equidad fiscal.

Lo de los servicios está por ver, tenemos una sanidad pública excepcional pero una justicia sin medios. Pero donde no hay discusión es en que la equidad es manifiestamente mejorable. Si las clases medias asalariadas están acorraladas por un impuesto que raya lo abusivo este solo se puede aceptar si el esfuerzo fiscal es equitativo. Convivimos con situaciones simplemente amorales, que no ilegales, que se pueden / deben atajar con firmeza:

Elusión fiscal. Las rentas realmente altas tienen muchos caminos para escapar de la presión impositiva, pero ¿no es amoral que una empresa que opera en España tribute en Holanda o en cualquier otro país con fiscalidad blanda? ¿Cómo se puede calificar a quien tiene un barco de recreo matriculado en Luxemburgo (país sin mar, por cierto)? ¿O qué sentido tiene la proliferación de petroleros en Liberia?¿Somos conscientes del tratamiento fiscal de las sicavs?

Confusión empresa-particular. Muchas, que no todas, pequeñas empresas, profesionales y autónomos confunden su vida con su empresa. Desgravan comidas, viajes particulares y pequeñas compras. Todo el mundo lo sabe, tanto que hasta hay ofertas de telefonía para mezclar domicilio y negocio. ¿Por qué no ponerle freno?

Abusos. ¿Cuántas personas se han empadronado en España para usar nuestra sanidad gratuita? ¿Qué derechos se usan de manera abusiva?

Salarios públicos. En 1984, Felipe González limitó la retribución de los directivos de las empresas públicas a lo que ganaba el presidente del Gobierno. El entonces presidente de SEAT, Juan Miguel Antoñanzas, su auténtico salvador, dimitió. No aceptaba la limitación salarial que se le imponía por ser el INI su accionista. Ambos fueron coherentes.

Pero acabamos de ver, sin sonrojarnos cómo las cajas de ahorros nacionalizadas o con préstamos de salvación del FROB, reparten salarios estratosféricos a sus directivos. Es verdad que son de mercado, pero de empresa privada, no intervenida. Los bancos y cajas sin ayudas pueden pagar a sus directivos lo que los consejos, respaldados por sus asambleas y juntas de accionistas, tengan a bien. Pero quien debe un euro al FROB no puede compararse. La retribución de los presidentes de estas entidades debería ser, por ejemplo, similar a la de los presidentes de Navantia o de Loterías y Apuestas del Estado, ni un euro más.

Quien apuesta por la función pública sabe que estará mal retribuido y sometido a críticas. El presidente del Gobierno es registrador y su vicepresidenta, abogada del Estado. El titular de Economía es reconocido en el sector financiero y se podría colocar por, al menos, 10 veces lo que gana como ministro. Quien quiera dirigir un banco público, y las sociedades con ayudas del FROB lo son, debería pensar de manera semejante. Es verdad que a algunos gestores se les llamó para reestructurar, pero debemos recordar lo que ganaban hace cuatro años y no olvidar los ejemplos de Antoñanzas o del mismo Luis de Guindos. En lo público se está por vocación, no por retribución.

Vivimos tiempos excepcionales. Ojalá nos sirvan para poner en su sitio el esfuerzo, los méritos y la excelencia. Si no, será sufrimiento baldío y eso duele aún más.

Por José Antonio Bueno, socio de Europraxis.

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