La hora del compromiso

Los resultados de las últimas elecciones europeas han venido a confirmar una vez más la clara situación de rechazo y distanciamiento de los ciudadanos españoles respecto a una buena parte de la clase política, y especialmente a los dos grandes partidos, así como la consecuente frustración social al no verles intención de responder de una forma colectiva y contundente a sus principales preocupaciones, entre las que destaca el problema de la corrupción. El hecho mismo de que no se hiciese referencia alguna a la corrupción en el debate electoral entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios es una buena muestra de que estos partidos siguen desoyendo a la ciudadanía, que en esta ocasión sí les ha hecho ver claramente en las urnas el evidente rechazo a su actitud.

Entre otros estudios y sondeos, en una reciente encuesta en el ámbito nacional encargada por Transparencia Internacional España sobre catorce medidas básicas contra la corrupción (publicados sus resultados en este periódico el pasado 1 de abril), se ha puesto de manifiesto la masiva voluntad de los ciudadanos de que se apliquen de forma urgente medidas de esta naturaleza (puntuaciones entre 8,6 y 9,6 sobre 10).

Creemos que ha llegado el momento de que los partidos respeten de verdad la voluntad de los ciudadanos y asuman un claro e inequívoco compromiso contra la corrupción, y consideren como una de sus más urgentes prioridades políticas la consecución de un amplio, claro y contundente pacto integral que permita combatir eficazmente esta extendida lacra social; ello es perfectamente plausible si hay una clara voluntad política al respecto, sobre todo de los dos partidos mayoritarios (que cada vez lo serán menos, si no cambian diametralmente su actitud en este terreno).

En este contexto, y tal como anticipábamos en el artículo publicado en este medio el pasado 7 de febrero, Transparencia Internacional España ha realizado recientemente una valoración del posicionamiento y nivel de compromiso de los principales partidos políticos españoles en relación con la corrupción, y también sobre el propio nivel de transparencia de estas organizaciones. A tal efecto se ha evaluado a las diez principales formaciones políticas: PP, PSOE, Izquierda Unida, UPD, PNV, Coalición Canaria, Esquerra Republicana, Convergència i Unió, Ciutadans y Equo. Esta valoración se ha basado en tres aspectos fundamentales:

1. Petición de la firma de un Compromiso por la transparencia y contra la corrupción, que finalmente han firmado individualmente y enviado a TI-España la generalidad de los Partidos. El hecho de que hayan coincidido los partidos en firmar un texto común por la transparencia y contra la corrupción, aunque sea puntualmente con vistas a las recientes elecciones europeas, es un hecho significativo y que quizá no tenga precedentes en este país; y en este sentido hay que entender que si los partidos han llegado a firmar individualmente y por separado un compromiso de este tipo, tienen ahora una obligación social de alcanzar un pacto o compromiso colectivo que sea amplio y con medidas concretas y contundentes como las que demandan los ciudadanos, y ello sin que se lo tenga que pedir la sociedad civil.

2. Una evaluación básica del nivel de transparencia de los partidos, en función de los diez indicadores propuestos por TI-España. El nivel de transparencia de los partidos ha sido en general bastante bajo (en su mayoría, inferior a 5 sobre 10), aunque al menos han mostrado una cierta mejora a partir del momento en que TI-España les envió una evaluación provisional. En todo caso no es muy edificante que la mayor parte de los partidos no publiquen informaciones tan básicas como sus presupuestos, los informes de fiscalización del Tribunal de Cuentas, el desglose de sus gastos e ingresos y sus bienes, o el detalle de sus gastos electorales.

3. Una consulta individualizada a los propios partidos sobre su posición electoral respecto a doce medidas contra la corrupción propuestas por TI-España, y si están en disposición de incluirlas en el programa de las próximas elecciones generales de 2015. El nivel general de acuerdo o aceptación de estas propuestas ha sido bastante alto por la generalidad de los partidos, lo cual introduce un elemento de esperanza, y, desde luego, de compromiso, de que los partidos opten finalmente por combatir de forma efectiva y con una serie de medidas contundentes la corrupción. Evidentemente, TI-España va a comprobar y propiciar en estos próximos meses que se puedan ir cumpliendo esos compromisos iniciales por parte de los partidos (información detallada sobre los resultados de esta triple valoración: http://www.transparencia.org.es).

Además de una verdadera metamorfosis o regeneración política de los partidos, resulta necesario en todo caso que se intensifique el incipiente frente social contra la corrupción, en el que ya participan activamente: la sociedad civil; los medios de comunicación; las fuerzas de seguridad; los jueces; puede unirse incluso la Jefatura del Estado (integridad, honestidad y transparencia son valores resaltados por el Rey), y, sobre todo, los ciudadanos, que cada vez son menos tolerantes con la corrupción y que van a tener ocasión de volver a demostrarlo en las próximas elecciones generales.

Jesús Lizcano Álvarez es presidente de Transparencia Internacional España y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.

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