La India recobra el aliento

Vuelve la economía india. Tras varios años de decepcionante desempeño, sus autoridades están adoptando políticas dirigidas a aumentar la tasa de interés para recuperar el nivel cercano al 9 % que la India alcanzó entre 2004 y 2008.

No será fácil. La India tiene muchas desventajas y carece de gran cantidad de las cosas necesarias para mantener un crecimiento rápido.

Si bien India cuenta con universidades e institutos tecnológicos excelentes, su sistema de educación primaria es desastrosamente pobre. El sistema de castas y las leyes laborales impiden que el mercado de trabajo funcione de manera eficiente. La política de cuotas para las castas inferiores y los miembros de ciertas tribus «programadas» afectan a las instituciones educativas, el empleo gubernamental e incluso a las empresas privadas. Las políticas populistas que transfieren fondos presupuestarios escasos a cientos de millones de personas en zonas rurales terminan fomentando su retiro de su fuerza de trabajo y el alza de los salarios, y socavando su competitividad internacional.

Es cierto, las normas burocráticas no son en absoluto tan restrictivas como antes de 1991, cuando funcionaba el «Raj de licencias» (una indescifrable estructura burocrática). Pero la actividad de negocios continúa aplastada por una miríada de restricciones y un sistema judicial de lentitud frustrante que, junto al complejo sistema de subsidios a los precios, fomentan la corrupción generalizada en todos los niveles de gobierno.

Además, la infraestructura en la India es inadecuada para una economía moderna. Debido a su déficit energético, los apagones son frecuentes. Los puertos son ineficientes, las rutas están congestionadas y el tráfico es sorprendentemente caótico.

Y, si bien la India necesita reformar urgentemente su sistema impositivo, sus políticas de gasto y la normativa, el cambio político es difícil en una democracia federalista multipartidaria con 1,2 miles de millones de personas en un vastísimo territorio. El gobierno actual está en manos de una frágil coalición multipartidaria. El Partido del Congreso lidera el gobierno, pero carece de mayoría en ambas cámaras legislativas. Las luchas intestinas y la perspectiva de elecciones nacionales en 2014 complican aún más los esfuerzos para implementar la legislación para reformas.

Sin embargo y a pesar de todo, la economía de la India registró un crecimiento de aproximadamente el 9 % durante varios años, e incluso ahora crece a tasas anuales cercanas al 6 %, superada solo por China e Indonesia entre las principales economías.

Una de las claves para el éxito económico de la India es su gran población de emprendedores con educación técnica, quienes están creando nuevas empresas y construyendo una clase media moderna. La alta tasa de ahorro privado y los considerables ingresos de capital extranjero han permitido inversiones en plantas y equipos. Los estados indios cuentan con un alto grado de discrecionalidad para implementar políticas y a menudo compiten para atraer empresas y lograr un rápido crecimiento económico.

El ingrediente principal necesario para alcanzar un crecimiento sostenido mayor es aumentar la inversión. Reducir el déficit presupuestario –limitando el gasto gubernamental y combatiendo la cultura de evasión fiscal– aumentará el ahorro interno total disponible para las inversiones. Convencer a los inversores directos extranjeros de que India es un destino confiable aumentará el ingreso de fondos de largo plazo.

Afortunadamente, la reciente amenaza de una reclasificación de la deuda soberana de la India –que hubiese dificultado el financiamiento de su déficit de cuenta corriente– ha llevado a una reorganización gubernamental y a un ajuste en sus políticas. El cambio político principal fue el nombramiento del nuevo ministro de economía, Palaniappan Chidambaram, cuya designación por el primer ministro Manmohan Singh y la líder del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, envió una fuerte señal positiva a la comunidad empresarial india y a los mercados financieros.

Chidambaram, un abogado educado en Harvard que ha conducido ya ese ministerio en dos oportunidades, está decidido a aumentar el crecimiento y adoptar políticas promercado. Sabe qué hace falta y está impulsando a sus colegas políticos para lograrlo.

Una señal de avance es que el nuevo comité de gabinete, presidido por Singh, revisará los grandes proyectos privados de inversión que se han visto retrasados por cuestiones regulatorias u otras barreras legales. Eliminar estos obstáculos será importante, como acción en sí misma y por el mensaje que transmitirá a los inversores locales y extranjeros.

De igual manera, la reciente decisión india para permitir que grandes vendedores minoristas como Wal-Mart ingresen al mercado refleja un esperanzador cambio de actitud, importante más allá de las especificidades de las empresas que desembarquen en la India. Y la legislación pronto creará oportunidades para una mayor tenencia extranjera del capital accionario en el sector financiero.

En el frente fiscal, la transición desde un complejo sistema de impuestos indirectos de estatales a un impuesto nacional sobre los bienes y servicios (una especie de impuesto al valor agregado) mejorará la eficiencia y aumentará la recaudación. Reducir el subsidio al diesel fue políticamente difícil, pero acotará tanto el déficit fiscal como el uso excesivo de ese combustible.

La inversión gubernamental en infraestructura, tanto unilateral como a través de asociaciones con empresas privadas, también beneficiará directamente el crecimiento y atraerá una mayor inversión extranjera.

Finalmente, un excepcional plan para inscribir a todos los adultos de la India en un programa que utiliza la identificación por huellas dactilares como sustituto para las tarjetas bancarias de débito permitirá una distribución de fondos más eficiente a los pobres en zonas urbanas y pequeños poblados. Ya se inscribieron más de trescientos millones de indios.

Todo esto implica un desafío enorme –que enfrenta innumerables impedimentos potenciales, tanto económicos como políticos. Pero creo que la India está resurgiendo: millones saldrán de la pobreza durante los próximos años y la clase media india, cada vez más próspera, se ampliará aún más.

Martin Feldstein, Professor of Economics at Harvard University and President Emeritus of the National Bureau of Economic Research, chaired President Ronald Reagan’s Council of Economic Advisers from 1982 to 1984. In 2006, he was appointed to President Bush's Foreign Intelligence Advisory Board, and, in 2009, was appointed to President Obama's Economic Recovery Advisory Board. Currently, he is on the board of directors of the Council on Foreign Relations, the Trilateral Commission, and the Group of 30, a non-profit, international body that seeks greater understanding of global economic issues. Traducción al español por Leopoldo Gurman.

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