La inserción exterior de España requiere una redefinición estratégica

Tema: El Índice Elcano de Presencia Global permite analizar las características de la proyección exterior de los países. Este ARI estudia las fortalezas y las debilidades de la internacionalización de España.

Resumen: La apertura y, por tanto, el aumento de la presencia global de España de las últimas dos décadas han sido rápidos, superior incluso a los de otros países con marcados procesos de internacionalización como Estados Unidos y Portugal. Este crecimiento acelerado de la presencia global puede ser interpretado como un éxito en el sentido de que el principal objetivo, tras la transición a la democracia, era el de reinsertar a España en la comunidad internacional. No obstante, en un orden mundial muy diferente al del final de la Guerra Fría, la naturaleza de las presencias global y europea de España muestran signos de debilidad que requieren de una redefinición estratégica de su posicionamiento exterior: un alto peso de las variables de bienes primarios y servicios frente a las manufacturas en lo que se refiere a la presencia económica y del turismo o los deportes frente a la tecnología o la educación en la dimensión blanda de presencia.

Análisis: En las últimas décadas se ha producido un incremento generalizado de presencia internacional de todos los países, en un período de rápida globalización. Sin embargo, no todos los países lo han hecho en la misma cuantía, ni por los mismos motivos, ni con las mismas consecuencias. Por ejemplo, la presencia global puede verse incrementada como consecuencia de la participación en un conflicto militar que no cuenta con el respaldo de la comunidad internacional, algo que podría mermar su imagen internacional y/o su influencia. Además, aunque puedan estar relacionadas, más presencia global no significa automáticamente más influencia o poder. Un país puede ser líder en atracción de turistas y, a la vez, tener una muy baja capacidad de voto en organismos internacionales o regionales.

El Índice Elcano de Presencia Global (IEPG) y el Índice Elcano de Presencia Europea (IEPE) muestran el volumen y la naturaleza –los puntos fuertes y débiles– de las presencias global y europea y de los países para los que se calcula. Siendo así, el IEPG puede estar mostrando una inserción exterior poco estratégica o sostenible en el caso de España.

La política exterior española de las últimas décadas ha sido muy activa en su objetivo de reinsertar el país en la comunidad internacional, desde la transición a la democracia en los 70. Se trata, además, de un período, de aceleración del actual proceso de globalización y, por tanto, de incremento del grado de apertura externa e interdependencia entre las distintas economías mundiales que se insertan en dicho proceso. Todo ello ha resultado en un aumento espectacular del IEPG de España en el período 1990-2012. Éste prácticamente se ha cuadriplicado durante este período –pasando de 41,8 a 162,8– mientras las presencias globales de Estados Unidos y Portugal aumentaron en un 112% y un 232%, respectivamente, durante el mismo período. Así, la política exterior de España en los últimos decenios ha tenido un claro éxito en el sentido de que ha alcanzado su meta principal: devolver el país al escenario internacional (Gráfico 1).

Gráfico 1.Tasa de variación simple del IEPG entre 1990 y 2012
Gráfico 1.Tasa de variación simple del IEPG entre 1990 y 2012

El crecimiento de la presencia a escala global también se ha dado, evidentemente, en el espacio europeo. Si comparamos su evolución con otros países del entorno y con lo ocurrido en las principales potencias europeas el IEPE de España revela un aumento de presencia mayor que el de otros Estados miembros (Gráfico 2). Téngase en cuenta que Irlanda y Portugal –así como los países del Este europeo– aumentan a tasas mayores pero partían de valores de IEPE muy inferiores al de España.

Gráfico 2. Tasa de variación simple del IEPE entre 2005 y 2012
Gráfico 2. Tasa de variación simple del IEPE entre 2005 y 2012

Con todo, al igual que otros países europeos, España se enfrenta a una reciente pérdida relativa de presencia global en la medida en la que cede cuotas de presencia a favor de otros países emergentes (Gráfico 3). Si bien la cuota española de presencia global crece del 2,1% en 1990 al 2,9% en 2010, se da un descenso al 2,7% en 2012. Es el crecimiento mayor de la cuota de presencia de China en los 90 y los 2000 el que explica que España baje de la 10ª a la 11ª posición en el ranking de presencia global, como ya se ha señalado anteriormente (Cuadro 1). Este dato es de importante porque, a pesar de perder un puesto relativo, aumenta su cuota de presencia, hasta el estallido de la crisis, en un contexto de descenso generalizado de las principales potencias y auge de un gran número de países emergentes. Sirva de comparación lo ocurrido en otros países europeos como Alemania, Austria, Francia e Italia que pierden cuota en el mismo período, mientras Grecia y Portugal se mantienen constantes por debajo del 0,5% de cuota de presencia.

Gráfico 3. Evolución de las cuotas de IEPG, varios países
Gráfico 3. Evolución de las cuotas de IEPG, varios países

De forma similar a lo que ocurre a escala mundial, España gana cuota de presencia intra-europea hasta 2010 –año en el que alcanza una cuota del 7,0%–, momento a partir del cual se produce un descenso –al 6,8% en 2012–. A pesar del fenómeno generalizado de divergencia en materia de presencia europea en el interior de la Unión, España gana, levemente, cuota de presencia en el ámbito comunitario, como muestra el Gráfico 4.

Gráfico 4. Evolución de las cuotas de IEPE, varios países
Gráfico 4. Evolución de las cuotas de IEPE, varios países

Tanto a escala global como a nivel europeo, la presencia española descansa en su dimensión blanda (Gráficos 5 y 6). Si bien su peso ha descendido tanto en el IEPG como en el IEPE –hecho normal en un contexto de mayor dinamismo de las variables económicas–, su peso sigue siendo mayoritario con un 50,4% y un 55%, respectivamente, sobre el valor de presencia total.

Gráfico 5 Contribución por dimensiones al IEPG de España
Gráfico 5 Contribución por dimensiones al IEPG de España
Gráfico 6. Modalidades de presencia de España en el IEPE
Gráfico 6. Modalidades de presencia de España en el IEPE

Por otra parte, la naturaleza de esta presencia revela una inserción poco estratégica, con signos de insostenibilidad y desequilibrio. El mayor peso de la dimensión blanda podría ser un activo, pero en el caso español las variables que tienen un mejor desempeño dentro de la dimensión blanda son sintomáticas de un modelo productivo y de una inserción exterior de bajo valor añadido. Las principales contribuciones al valor total del IEPG dentro de la dimensión económica son los servicios (con la 7ª posición mundial) y bienes primarios, seguidos de las inversiones. Esta última variable es la que mayor incremento registra, y por tanto en la que más se ha apoyado el proceso de internacionalización, seguido de las exportaciones de bienes primarios. En 2012 las principales aportaciones de presencia económica fueron servicios (15,2% del valor total del IEPG) y bienes primarios (11,6%), seguido de inversiones (9,2%) y manufacturas (8,8%). En 1990 las principales aportaciones de presencia económica fueron servicios (11,7%), manufacturas (6,7%), seguido de bienes primarios (5,7%) y energía (2,6%). Aunque todas las variables económicas aumentan, se habría producido un fortalecimiento de las exportaciones de bienes primarios y del stock de inversión en el exterior.

En lo que respecta a la presencia blanda, destaca el peso de la variable turismo, principal contribución a la presencia española con un 18,4% en 2012. No obstante, la dependencia del turismo de la presencia exterior se ha reducido notablemente desde 1990, cuando su peso era del 47,5% del total del IEPG. Este descenso se debe a un menor dinamismo de esta variable –España pasa del 2º puesto en 1990 al 4º en 2012– aunque fundamentalmente al auge de las variables económicas pero también al aumento de presencia en algunas variables blandas. Es el caso de deportes, migraciones e información, de la mano del desarrollo durante estas últimas décadas de las tecnologías de la información y la comunicación. Distinto es el caso de la variable de cooperación al desarrollo, donde se apoyó buena parte de la internacionalización española hasta el estallido de la crisis. En 2010 alcanzó un peso del 7,3% sobre el IEPG total, descendiendo en dos años casi a la mitad (Cuadros 1 y 2, y Gráfico 7).

Cuadro 1. IEPG de España
Cuadro 1. IEPG de España
Gráfico 7. Variación entre 1990 y 2012 de la contribución de cada variable al IEPG
Gráfico 7. Variación entre 1990 y 2012 de la contribución de cada variable al IEPG
Cuadro 2. Contribución de cada variable al IPEG total
Cuadro 2. Contribución de cada variable al IPEG total

En el espacio intra-europeo, la evolución de las grandes dimensiones que componen el IEPE es similar a la que se da en términos globales: hay un mayor crecimiento de la dimensión económica aunque el protagonismo permanece en la presencia blanda. Dentro de las variables económicas vuelven a destacar los servicios, los bienes primarios y las inversiones. Ésta última variable tiene mayor peso en el IEPE que en el IEPG: el 12,4% frente al 9,3%. El turismo es también la principal aportación a la presencia española en términos europeos –con una tendencia similar a la detectada en el IEPG–. Tienen mayor protagonismo las migraciones en el espacio europeo que a escala global: en el IEPG representan el 3,7% en 2012, mientras en el IEPE un 12,4%, lo que seguramente es consecuencia de la importancia de los flujos migratorios europeos en un espacio de libre movilidad. También es mayor en la Unión el peso de la ciencia española –dado el peso de Japón y Estados Unidos en la esfera mundial– y de los deportes, mientras que es menor la presencia cultural. Hay que tener en consideración que dentro del IEPE se excluye la presencia militar y la cooperación al desarrollo, por lo que es de esperar aumentos generales en el peso del resto de variables en comparación con el IEPG, siendo más llamativos los descensos.

Cuadro 3. IEPE de España
Cuadro 3. IEPE de España
Cuadro 4. Contribución de cada variable al IEPE
Cuadro 4. Contribución de cada variable al IEPE
Gráfico 8. Variación entre 2005 y 2012 de la contribución de cada variable al IEPE
Gráfico 8. Variación entre 2005 y 2012 de la contribución de cada variable al IEPE
Gráfico 9. Fortalezas y debilidades de la presencia global de España
Gráfico 9. Fortalezas y debilidades de la presencia global de España

La actual crisis también se manifiesta en las variables de presencia global: el IEPG de España, que creció a una media anual del 11% entre 2000 y 2010, se ha ralentizado a un crecimiento anual del 6,7% en 2010-2012. Obviamente, algunas variables se han visto más afectadas que otras. En un primer momento, entre 2010 y 2011, el impacto de la crisis se centra en las variables económicas ralentizándose el crecimiento de presencia en esta dimensión y especialmente en servicios e inversiones. Entre 2011 y 2012, la presencia económica mejora ligeramente –con el repunte de las variables de bienes primarios, manufacturas y servicios y a pesar del descenso de la inversión en el exterior– y se ralentiza el crecimiento de la presencia blanda, especialmente tras la caída de los flujos de cooperación al desarrollo. En términos intra-europeos, el impacto de la crisis también se nota primero en la dimensión económica, principalmente en el descenso de las exportaciones de manufacturas que vuelven a crecer desde 2010. La ralentización del crecimiento de presencia en variables blandas, junto con un repunte de la actividad económica exterior, provoca el aumento de la contribución de la dimensión económica tanto en el IEPG como en el IEPE, en contra de la blanda.

Conclusión: La actual crisis económica ha puesto de manifiesto, por una parte, los estrechos vínculos entre la política y presencia exterior de los países y sus condiciones económicas, políticas y sociales internas y, por otro, la importancia de las bases sobre las que se producen los procesos de internacionalización, más allá del nivel de apertura de los países. En el caso de España, el bajo valor añadido de su sistema productivo –y por lo tanto de su patrón exportador– se relaciona con los pilares de su presencia blanda, en la que destacan el turismo, las migraciones y el deporte, pero muestran un bajo peso la tecnología y la educación.

Iliana Olivié, investigadora principal de Cooperación Internacional y Desarrollo, Real Instituto Elcano. Manuel Gracia, ayudante de investigación, Real Instituto Elcano.

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