El gramático Andrés Bello, que participaba de la triple nacionalidad chilena, venezolana y española, se refería a nuestra lengua como "un medio providencial de comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas sobre los dos continentes".
Hoy, casi 600 millones de personas, repartidas a ambos lados del Atlántico, hablamos español; otros veintidós millones de personas lo estudian; los hablantes de español han aumentado un 30 % en la última década.
El español, además, nos regala ocho siglos de arte, política, pensamiento, folclore y literatura hechos en español. Ninguna otra lengua viva de occidente cuenta con esos dos logros: ser universal y permitirnos la amistad con los hombres, mujeres y niños de los últimos ocho siglos, poder recibir su herencia viva.
La cultura hecha en español hace de nosotros una potencia cultural de primer orden, con lo que supone de influencia política y de riqueza, que se traduce en varios puntos del Producto Interior Bruto; más aún si se asocia al turismo que llamamos "de calidad".
Además, la música de más éxito popular en el mundo entero en los últimos años se está haciendo en español.
Pero esa música no se hace en España, sino en una industria musical que tiene su centro en lugares como Miami, en Estados Unidos; algo que también ocurre con las mayores productoras de series o películas, o con las de videojuegos. El español aún no ocupa el lugar que merece en los contenidos digitales.
Cada vez menos personas leen o estudian esos textos maravillosos de ocho siglos, y la lengua inglesa monopoliza los estudios superiores en el mundo entero.
Esto nos hace darnos cuenta de que algunas cosas fallan: no estamos aprovechando como debiéramos esta riqueza del español.
De esa constatación nace nuestro proyecto: mi Gobierno se ha propuesto hacer de Madrid la capital europea del español, un empeño personal desde que fui elegida presidenta.
Ahora este propósito se materializa en la puesta en marcha de esta Oficina del Español, y al primer Festival de la Hispanidad.
No disputamos ningún título histórico, antes al contrario, pretendemos servir de altavoz para que haya más personas que conozcan y visiten todos los centros del español de España.
¿Y qué es la propia España comparada con toda Hispanoamérica sino una pequeña parte de los hablantes del español? Nuestro proyecto no nace de la soberbia sino de sabernos una pequeña parte de algo grande, y del afán de ser útiles. Si competimos con alguien, es con las otras grandes capitales europeas.
Se trata de atraer a numerosos estudiantes de todo el mundo que busquen excelencia académica en español, de conectarlo con el turismo de calidad, y disputarle a EEUU el centro de la producción musical en español, de eventos relacionados con la industria cultural en español, y hacer también de la Comunidad de Madrid un gran estudio de producción audiovisual.
Hay quien ha temido que dupliquemos funciones con la RAE o con el Instituto Cervantes. Pero el Cervantes se ocupa de la acción exterior de la lengua; la RAE, de mantener la unidad del idioma en colaboración con las demás Academias de la lengua del mundo hispánico. Nosotros pretendemos potenciar el valor de la lengua española en el ámbito autonómico, en lo que concierne a nuestras consejerías de Educación (escolar y universitaria), Cultura, Turismo, Economía, Hacienda e Industria, en el ejercicio de nuestras competencias.
Por eso no solo no duplicamos funciones ni invadimos competencias de la RAE ni del Cervantes; sino que firmaremos convenios con ellas.
¿Y por qué Madrid? Conviene que reparemos en lo que esta Comunidad significa. Madrid es uno de los centros del Siglo de Oro, corte de la Monarquía Hispánica, cuna de la Edad de Plata, de la Escuela de Filosofía de Madrid, es El Prado, los Reales Sitios, Alcalá de Henares, El Escorial, son las vanguardias y también la admirable obra política de la Transición española; Madrid es Las Ventas y son sus equipos de fútbol.
Somos además un centro de comunicaciones y logístico, conocido por sus servicios de calidad, bajos impuestos, seguridad jurídica y ciudadana; además de ser un gran centro universitario.
La Comunidad de Madrid es el mejor ejemplo de la diversidad y riqueza de los acentos españoles, tanto de las distintas regiones de España como de toda Hispanoamérica, y así lo hemos resaltado en la presentación de nuestro plan.
Todos estos acentos, estas músicas, danzas y voces se escucharán y se verán en el Festival de la Hispanidad 2021, que tendrá lugar entre el 28 de septiembre y el 12 de octubre, y que llega llamado a convertirse en la gran fiesta anual, preludio del Día de la Hispanidad.
Como también se escuchará desde la Oficina del Español a todos los que tengan algo que aportar, hasta llegar así a ser el punto de encuentro de toda la actividad artística, docente, comercial, turística y académica en torno al español, en la Comunidad de Madrid.
Toni Cantó será su cara visible, y quien ponga en comunicación a empresas, instituciones, artistas, y al público, quien ofrezca la ayuda de la Comunidad de Madrid a través de las distintas consejerías implicadas y quien presente este proyecto en España y en otros países.
La RAE se ha pronunciado admirablemente a favor del uso razonable del idioma cuando se lo ha intentado hacer "inclusivo" de forma artificiosa y politizada. Pero hay gobiernos y movimientos populistas (nacionalistas, indigenistas, identitarios...) que niegan a sus ciudadanos su legado cultural, al tiempo que violan su derecho constitucional a conocer y usar el español.
Ante esta ofensiva, la Comunidad de Madrid apuesta por el español, construyendo Hispanidad, prosperidad y concordia, con alegría y en libertad. Para que cada vez más jóvenes mexicanos, catalanes, peruanos, andaluces, colombianos o vascos se sientan orgullos de esta lengua que une a 600 millones de almas y está tan de moda como lo estuvo en el Siglo de Oro.
El reto no puede ser más apasionante.
Isabel Díaz Ayuso es presidenta de la Comunidad de Madrid.