La muerte del general iraní Soleimani es demasiado significativa

No se puede exagerar la importancia del ataque estadounidense del jueves contra Qasem Soleimani porque él dirigió las operaciones militares de Irán en todo el Medio Oriente.

La televisión estatal iraquí informó el jueves que Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), fue asesinado por cohetes que golpearon su vehículo cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad. El Pentágono confirmó que fue un ataque estadounidense ordenado por el presidente Donald Trump el que mató a Soleimani.

Así fue como el general Joseph Votel, el entonces comandante del Comando Central de Estados Unidos, que supervisaba las operaciones militares estadounidenses en el Medio Oriente, explicó el papel de Soleimani en 2018: “Donde sea que veas actividad iraní, verás a Qasem Soleimani, ya sea en Siria, ya sea en Iraq, ya sea en Yemen, él está allí y es la Fuerza Quds, la organización que lidera, la que creo que es la principal amenaza mientras miramos esto y que son los principales que están avivando esta actividad desestabilizadora”.

Durante la última década, Irán ha llevado a cabo guerras de poder en todo el Medio Oriente en Iraq, Siria y Yemen y también controla gran parte del Líbano a través de su fuerza de poder allí, Hezbollah. Soleimani estaba a cargo de todas estas operaciones.

Soleimani también supervisó las operaciones contra los militares estadounidenses en Iraq por parte de las milicias chiítas en las que cientos de militares estadounidenses fueron asesinados tras la invasión estadounidense a Iraq en 2003. Mientras estaba ansioso por acabar con las guerras estadounidenses en el Medio Oriente, el presidente Trump demostró estar dispuesto a responder militarmente cuando las vidas estadounidenses estuvieran en riesgo. Trump autorizó cinco ataques aéreos el domingo contra objetivos en Iraq y Siria que estaban asociados con una milicia respaldada por Irán a la que Estados Unidos culpó por un reciente ataque a una base militar estadounidense en Iraq que resultó en la muerte de un contratista estadounidense y en el que varios militares estadounidenses resultaron heridos.

La pregunta ahora es: ¿Cómo reaccionarán los iraníes? En los últimos meses han llevado a cabo ataques que parecían diseñados para hostigar a Estados Unidos y sus aliados, pero no para provocar una guerra sin cuartel.

En junio, los iraníes derribaron un avión no tripulado de vigilancia estadounidense. Un dron. Al principio, la acción militar parecía probable, pero Trump retiró los ataques aéreos contra objetivos iraníes diciendo que no era una respuesta “proporcional” al avión no tripulado que fue derribado.

Tres meses después, un aluvión de misiles y drones atacó a dos de las instalaciones petroleras más importantes del mundo en Arabia Saudita.

El presidente Trump luego tuiteó que Estados Unidos estaba “bloqueado y cargado dependiendo de la verificación” de quién estuviera detrás de los ataques. Sin embargo, cuando el gobierno estadounidense culpó de manera creíble a Irán por los ataques, resultó que Trump no quería verse envuelto en otra guerra en el Medio Oriente y no autorizó una operación militar en respuesta a un ataque contra un aliado cercano.

Pero al igual que lo hizo en octubre cuando autorizó una operación arriesgada en Siria para capturar o matar al líder del ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, Trump aprobó el ataque para matar a Soleimani, quien tiene la sangre de muchos estadounidenses en sus manos.

El ataque del jueves contra Soleimani sugiere que el presidente Trump confía cada vez más en su uso del poder militar estadounidense.

Peter Bergen es analista de seguridad nacional de CNN, vicepresidente de Nueva América y profesor de práctica en la Universidad Estatal de Arizona. Su nuevo libro se titula Trump y sus generales: el costo del caos. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.

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