El crecimiento de las plataformas digitales en África podría ofrecer nuevas oportunidades para cerrar la actual brecha entre un trabajo informal a menudo sin seguridades y el empleo formal. Los beneficios portátiles, que pasan con el trabajador independiente de proyecto en proyecto, podrían impulsar esta transición.
Ya existen cerca de 300 plataformas digitales en África que dan empleo a cinco millones de trabajadores. Entre ellas está Jumia, una compañía de e-comercio nacida en Nigeria y que hoy funciona en 14 países del continente.
El ascenso de estas plataformas ha intensificado el debate sobre el declive del contrato de empleo tradicional y la persistencia del empleo informal generalizado en África, con su consiguiente riesgo de menores salarios y trabajos de menor calidad. También restringe el acceso de los trabajadores a beneficios cruciales, como la licencia por enfermedad, los seguros de salud, la indemnización por accidente laboral y los planes de ahorro para la jubilación financiados por el empleador.
Si bien a veces el trabajo informal ofrece ingresos adecuados, a menudo atrapa a los trabajadores en un ciclo de baja productividad e incluso de pobreza. En la mayoría de los países, las políticas estatales no apoyan ni protegen a la creciente cantidad de trabajadores autónomos o por proyectos, obligándoles a dar palos de ciego en una zona de normativas inciertas.
Es más, el empleo informal priva a los gobiernos de ingresos tributarios sustanciales. Según la Organización Internacional del Trabajo, un 85% de los trabajadores africanos pertenecen a este sector, por lo que no declaran sus ingresos ni registran sus negocios. Esta pérdida de ingresos potenciales afecta la capacidad de los países de invertir en educación, salud y obras públicas básicas, todas las cuales son vitales para impulsar la productividad de la fuerza de trabajo y sostener un mayor crecimiento económico.
Los trabajadores independientes están presionando de manera creciente a los empleadores para que rediseñen los modelos obsoletos de indemnizaciones y beneficios. Por ejemplo, en el Reino Unido Uber perdió una serie de demandas entabladas por conductores que buscan acceso a beneficios básicos como un salario mínimo y vacaciones pagadas. Las plataformas están experimentando con incentivos adicionales para contratar empleados, en un esfuerzo por apaciguar a los trabajadores. Por ejemplo, los conductores que trabajan para Lyft, una compañía estadounidense de viajes compartidos, reciben un cupón de descuentos para cuando vayan al médico, mientras que los de TaskRabbit cuentan con una protección contra responsabilidad civil de hasta $1 millón de dólares. Pero son asignaciones todavía muy alejadas de los beneficios de salud y jubilación que las compañías ofrecen tradicionalmente a sus empleados.
En consecuencia, cada vez más expertos y autoridades están profundizando en la factibilidad de hacer portátiles los beneficios, sin estar vinculados a un trabajo o compañía en particular. Los empleadores pagarían un cierto porcentaje para la financiación de beneficios universales en todos los trabajos que encarguen, sin importar la naturaleza de su contrato con el trabajador. Por ejemplo, si un trabajador independiente conduce una hora para Uber y saca a caminar a un perro otra hora para Rover, cada una de estas plataformas aportaría el mismo importe para sus beneficios. Esto permitiría a los trabajadores independientes acumular y manejar sus beneficios y acabar logrando una red de seguridad como la de un empleado contratado a tiempo completo.
Se estima que al menos 80 millones de jóvenes africanos se beneficiarán del comercio digital para 2030, por lo que aumentarán las oportunidades para los trabajadores independientes por proyectos. Y si el acceso a una serie de beneficios valorados, desde el seguro de salud a las pensiones, se logra a condición de que registren sus negocios y paguen impuestos, tendrán una potente razón para formalizar su trabajo.
La digitalización podría habilitar al sector formal a ofrecer toda una gama de beneficios para los trabajadores, y responsabilidades para los empleadores. Las entidades reguladoras del trabajo y las autoridades tributarias de África pueden desempeñar un importante papel en el reconocimiento e incentivo de los avances en ello. Esto significa detectar los beneficios que más valoran los trabajadores y, luego, diseñar políticas eficaces que estimulen a las plataformas digitales a ofrecerlos. Más aún, estas medidas deberían asegurarse de que los beneficios sean portátiles y estén vinculados al trabajador más que a la plataforma, de manera que la gente pueda escoger los que más les convengan.
Las plataformas digitales deberían considerar además la manera de incluir los beneficios portátiles en sus ofertas a potenciales empleados, como reservar parte de sus ingresos para financiarlos. Los beneficios podrían convertirse en una herramienta de reclutamiento cada vez más importante, a medida que las plataformas crecen y compiten por la fuerza de trabajo. Y, a menos que las firmas digitales tomen la iniciativa al respecto, se arriesgan a que los gobiernos los obliguen más adelante a adaptar sus negocios, lo que probablemente les sea mucho más difícil.
Con la introducción de beneficios portátiles para trabajadores informales, los gobiernos africanos y las plataformas digitales pueden ayudar a impulsar el crecimiento futuro del continente. De lo contrario, las plataformas perderán talentos, los países no recibirán impuestos potenciales y África no podrá disfrutar de los beneficios plenos de la revolución digital.
Olga Morawczynski is Senior Program Manager at the Mastercard Foundation. David Porteous is Founder and Chair of the consulting firm BFA and Co-founder and Chair of the Digital Frontiers Institute. Traducido del inglés por David Meléndez Tormen.