La pobreza en el mundo, una cuestión de Estado

Por David Alvarez Rivas, profesor asociado de la Universidad Complutense y presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España (EL MUNDO, 05/04/06):

Somos la primera generación que puede erradicar la pobreza». Esta frase, acuñada en el seno de Naciones Unidas y que se ha convertido en el lema de las organizaciones internacionales de desarrollo en los últimos dos años, no es una afirmación retórica. Somos la primera generación que tiene los recursos financieros y tecnológicos para lograrlo, que ha invertido en las dos últimas aventuras espaciales la cantidad necesaria para que casi 1.100 millones de personas viesen reducida su pobreza extrema. La solución a esta situación de indignidad pasa por liderazgo político y una voluntad para cambiar de forma urgente las agendas internacionales, nacionales y locales.

En septiembre de 2000, en la Cumbre del Milenio, a propuesta del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, 189 jefes de Estado y Gobierno se comprometieron firmemente a trabajar juntos para construir un mundo más seguro, próspero y equitativo antes de 2015. Entonces, los líderes de países ricos y empobrecidos adoptaron ocho metas de Desarrollo del Milenio, donde el bienestar de las personas ocupaba el lugar capital de las agendas. Eran los deberes que la comunidad internacional se imponía para combatir la lacra del hambre, eliminar la desigualdad de género, asegurar el acceso a la educación, a la salud y al agua potable y eliminar la degradación del medio ambiente. La alianza forjada en dicha cumbre comprometió a los países ricos y pobres a cumplir un conjunto de responsabilidades específicas. Casi seis años después sabemos que los países desarrollados están lejos de cumplir con los indicadores fijados en la hoja de ruta.

De forma paralela, la sociedad civil se organizó para que sus gobiernos se responsabilizaran del cumplimiento de los compromisos adquiridos. Ya no cabía la indiferencia tras cuatro décadas de acuerdos incumplidos. Queríamos revertir esta situación y no pasar a la Historia como la generación que perdió esa oportunidad.Porque 2.800 millones de personas están viviendo con menos de dos dólares al día; 113 millones de niños -dos tercios de ellos niñas- no tienen acceso a la educación primaria; y más de 13 millones- el 95% en Africa- son huérfanos debido al Sida. Desde la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España (Congde), lanzamos, hace ahora justo un año, la campaña Pobreza Cero -www.pobrezacero.org-, la mayor movilización de la Historia de nuestro país contra el hambre y la desigualdad. En ella, más de 400 ONGD y otros actores representativos de la sociedad civil española como sindicatos, movimientos sociales, asociaciones juveniles, de mujeres... en estrecha coordinación con las organizaciones sociales de más de 100 países, organizamos conjuntamente la llamada global para actuar contra la pobreza a lo largo de todo 2005. Fue el año de la movilización de la ciudadanía, con más de 50.000 personas en las calles de Madrid y miles en otras 40 capitales de provincia alzando la voz y portando bandas blancas, símbolo mundial contra esa lacra. El año que estuvimos presentes en el Festival de Cine de Málaga, en la Feria del Libro de Madrid, en los conciertos de U2 celebrados en verano. El año que conseguimos apoyos e implicación pública de personas relevantes como Almudena Grandes, Federico Mayor Zaragoza, María Galiana, Antonio Gala, Luis Sepúlveda, Antonio Gómez Rufo, Javier Marías, Benito Zambrano, Vidal Beneyto y otros muchos referentes de la opinión pública, medios de comunicación...El año en el que las agendas políticas en las cumbres del G-8, la Asamblea General de Naciones Unidas y la Cumbre de Hong Kong sobre Comercio, estuvieron jalonadas de decepciones flagrantes en las reclamaciones de la sociedad para reformar las reglas del juego. El año en el que presentamos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, 20 medidas para que nuestro país abanderara estas posiciones en la comunidad internacional.

El año 2005 también fue en el que la ciudadanía recordó en decenas de oportunidades a sus representantes políticos que la persistencia de la desigualdad en el mundo de hoy no tiene excusas.

Naciones Unidas estima que se necesitan 100.000 millones de dólares anuales hasta 2015 para cumplir los Objetivos del Milenio. Sólo el presupuesto en Defensa de EEUU en 2005 fue de 500.000 millones de dólares (un 41% más que en el año 2001). Mientras, más de 3.000 millones de personas -la mitad de la población mundial- carecen de una vida digna. Analfabetismo, discriminación de mujeres y niñas, depredación de la naturaleza, desigual acceso a la tecnología, desplazamientos masivos a causa de los conflictos y migraciones provocadas por la falta de equidad en la distribución de la riqueza siguen siendo la radiografía mundial. El fin de la pobreza es para Jeffrey Sachs, uno de los economistas más prestigiosos del mundo, el camino más seguro hacia un mundo más próspero y seguro.Invertir en desarrollo es por tanto invertir en paz y en seguridad.

Desde la Coordinadora, además de hacer un positivo balance de Pobreza Cero, aspiramos a un nuevo hito en este curso político.A subir un peldaño más en la implicación de todos los partidos del arco parlamentario español para suscribir un Pacto de Estado contra la Pobreza. Queremos conseguir que las políticas de Cooperación al Desarrollo no dependan de los cambios de signo político y que se mantengan una serie de principios fundamentales, gobierne quien gobierne.

Aunque esta iniciativa pudiera parecer un gran reto debido al grado de confrontación al que habían llegado los dos grupos mayoritarios, PSOE y PP, hay que reconocer que el trabajo realizado desde la Comisión de Cooperación del Congreso de los Diputados, donde todas las iniciativas han logrado la unanimidad de todos los grupos, nos hace ser optimistas y desde luego, crea un buen precedente.Eso y las rondas que hemos iniciado ya con los responsables de movimientos sociales de los tres partidos nacionales. La propuesta ha sido acogida de manera muy positiva. En las dos últimas semanas, tanto David Chica, de IU, como Ana Pastor, del PP, como Pedro Zerolo, del PSOE, han mostrado su predisposición a que se pueda lograr un consenso en estas materias. Antes de la Semana Santa el objetivo de la Coordinadora es celebrar sendas reuniones con el resto de fuerzas políticas que tienen representación parlamentaria, trabajar sobre un documento base y conseguir que antes del verano los partidos estén implicados con la firma al más alto nivel, de sus presidentes o secretarios generales.

Los contenidos del pacto que proponemos están fundamentados sobre los siguientes ejes: el apoyo de España al cumplimiento de los Objetivos del Milenio es un imperativo político y ético que atañe a todos los ciudadanos y ciudadanas del Estado, con independencia de su filiación política. El apoyo sustantivo a esos objetivos necesita de políticas de ayuda al desarrollo, comerciales y de deudas sostenidas en el tiempo y que abarcan necesariamente varias legislaturas, al menos hasta el año 2015. Proponemos que el marco institucional en el cual se desarrolla este esfuerzo solidario sea fruto del trabajo realizado en diferentes legislaturas y que sea un patrimonio común, fruto del acuerdo político y del control ciudadano. Que se mantenga un calendario concreto y vinculante para alcanzar el 0,7%. Que los fondos se canalicen hacia quienes más lo necesitan: las poblaciones empobrecidas, dando prioridad a la educación básica, la salud básica, salud sexual y reproductiva y el desarrollo rural. Que además de América Latina y el Magreb, los países de Africa subsahariana reciban al menos el 0,15% de la renta básica española. Que se condone el 100% de la deuda externa de los países menos adelantados (PMA) y se alivie la del resto de países para que no ahogue su desarrollo. Que se cambien las reglas del comercio internacional para que, en lugar de imponerse un modelo único que impulsa la privatización y mercantilización de todos los bienes y recursos de la vida, se garantice el derecho de los pueblos a definir su propio modelo de desarrollo...

El pacto no sólo se va a promover en el ámbito estatal, ya que las coordinadoras autonómicas de ONG para el Desarrollo están permeando las líneas básicas del consenso en lo local y en lo autonómico. No hay que olvidar la importancia que esta cooperación solidaria está adquiriendo en nuestro país.

El verdadero reto que se nos presenta como ciudadanía es asumir que la tarea de conseguir un mundo más justo es colectiva. Debemos imponer el criterio de emplear nuestra riqueza para sanar un planeta dividido, poner fin al sufrimiento de semejantes atrapados por la espiral de la pobreza y forjar un vínculo de humanidad entre comunidades y culturas. Las generaciones venideras no nos perdonarían no haberlo intentado.