La presencia global de España

Los países se proyectan fuera de sus fronteras de forma dura (a través de la economía o lo militar) o, cada vez más, en formas blandas de presencia (la ciencia, la tecnología, los deportes, el turismo o la cooperación al desarrollo, entre otros) y esto es lo que trata de capturar el Índice Elcano de Presencia Global. Desde 2011, el Real Instituto Elcano viene publicando este índice que sería una forma de saber cuánto están ‘ahí fuera’ los países o, también, como se señala en el Informe Elcano de Presencia Global 2015, de descodificar el proceso de globalización.

Este informe 2015, que se publica en estos días, no muestra grandes cambios en lo que se refiere al orden en el que se posicionan los países, lo cual tiene su lógica puesto que un índice de estas características captura en mayor medida las tendencias estructurales de las relaciones internacionales que movimientos coyunturales. Así, el índice sigue mostrando ‘el auge del resto’, con el imparable ascenso de China –que sube de la 13ª posición en 1990 a la 4ª en 2014– y de otros emergentes (sobre todo asiáticos), cuya forma de insertarse en el escenario mundial va girando de lo económico hacia lo blando (la ciencia o la tecnología) y hacia lo militar (la renovación de los equipamientos militares).

De los ya 80 países para los que calculamos el índice, Estados Unidos encabeza el ranking –como viene haciendo desde 1990; primer año para el que tenemos datos–, le siguen Reino Unido en la 2ª posición, Alemania, China y Francia. España se coloca, como en años anteriores, en 11º lugar. Se observa un solo cambio en las 10 primeras posiciones del ranking respecto de la edición del año anterior y éste es el ascenso del Reino Unido a la 2ª posición, desbancando a Alemania a la 3ª. Esta subida responde en buena medida a una venta masiva de oro a Suiza en 2013; un hecho aislado que posiblemente no le permitirá mantener su nueva posición en futuras ediciones del índice. No obstante, otros elementos que explican esta subida, además del papel de la City en el sistema financiero mundial, son el creciente perfil de la cooperación al desarrollo británica en el conjunto de su acción exterior y, quizás también y en relación con lo anterior, el fortalecimiento, en los últimos años, de sus relaciones extra-europeas.

También simulamos un índice de presencia global de la Unión Europea, como si se tratara de un único actor global –agregando la presencia global de sus 28 estados miembros y restando sus proyecciones intra-europeas–. Este hipotético país lideraría el ranking de presencia global, colocándose por delante de Estados Unidos. Con un valor índice de 1.214,9 puntos, este dato es el resultado de las contribuciones relativas de todos los estados miembros a la presencia global agregada. El Reino Unido es el primer contribuyente (con 19,8%), seguido de Alemania (16,9%) y Francia (14,7%), lo que significa que estos tres países explican más de la mitad de la presencia global de la Unión Europea y tienen la llave para la proyección exterior de la Unión. Por su parte, en España se origina el 6,6% de la presencia global europea.

Del mismo modo que podemos calcular en qué medida (y a través de qué variables económicas, militares o blandas) los Estados miembros contribuyen a la presencia de la Unión, se pueden estimar las contribuciones de las distintas comunidades autónomas a la presencia global de España. Como hemos mostrado en análisis previos –véase el Índice Elcano de Presencia Global 2012– desde 1990 la presencia global de España ha registrado un crecimiento rápido en términos relativos; por encima del de otros países como Estados Unidos y Portugal. Sin embargo, un análisis más detallado pone de manifiesto las debilidades y los desequilibrios en dicha proyección –la concentración en el turismo, las exportaciones de bienes primarios o los deportes y las menores contribuciones de la tecnología y la educación a la presencia global agregada–.

La comunidad autónoma que más contribuye a la presencia global de España es Cataluña, con una contribución de casi el 22% a la presencia global española. Le siguen Madrid, Andalucía, la Comunidad Valenciana y el País Vasco. Estas 5 comunidades explican el 70% de la presencia total de España.

De la misma manera que ocurre con la presencia global de los países, hay una importante correlación entre el tamaño del territorio –comunidad autónoma, país, grupo de países– en términos geográficos, demográficos o económicos y su capacidad para proyectarse fuera de sus fronteras. En términos generales, la contribución de cada comunidad autónoma a la presencia global de España está alineada con su contribución al PIB total. No obstante, algunas comunidades están más orientadas al exterior puesto que su contribución a la presencia global nacional es superior a la del PIB nacional. Éste es el caso de Cataluña, Madrid, Canarias, Baleares, Murcia y Cantabria. En algunos casos, como el de Murcia, la cuota de presencia global es sólo ligeramente superior a la del PIB. Pero en otros, la participación en la presencia global del país casi duplica la contribución al tamaño de la economía. Éste es el caso para Canarias y Baleares; dos importantes destinos de turismo internacional.

Si el análisis por dimensiones y variables de proyección exterior muestra que las fortalezas de la presencia global de España son sus exportaciones de bienes primarios y su capacidad para atraer turistas internacionales, cabe esperar que las comunidades autónomas que más contribuyan a la proyección internacional sean precisamente aquellas capaces de generar estas dos modalidades de presencia global. Cierto, las contribuciones de Cataluña y Madrid a la presencia global de España son importantes, y algo más diversificadas que las de otras comunidades autónomas pero, con todo, las exportaciones manufactureras catalanas explican solo el 2,2% de la presencia global española (frente al 4,93% del turismo o el 2,97% de los servicios desde la misma comunidad). En cuanto a Madrid, el peso de las inversiones internacionales en su contribución a la proyección exterior del país es alto, de algo más del 5%. Sin embargo, esto se explica sobre todo con un efecto sede por el que compañías que desempeñan el grueso de su actividad económica en otras comunidades domicilian fiscalmente en esta comunidad su actividad internacional. A las inversiones madrileñas siguen sus exportaciones de servicios (3,35% de la presencia global española) mientras que ninguna otra de las formas de proyección exterior desde Madrid contribuye individualmente en más del 2% a la proyección exterior del conjunto del país.

El grueso de las principales contribuciones por variable y comunidad son las de bajo valor añadido desde el punto de vista productivo. El turismo catalán, balear, canario y andaluz explica el 14% de la presencia global. Las exportaciones de bienes primarios desde Andalucía y Cataluña representan el 4,6% de la proyección exterior de España. En cuanto a las exportaciones de servicios –con diferentes niveles de complejidad tecnológica– desde Madrid y Cataluña, ascienden al 6,1% de la presencia global total.

Cabe entonces preguntarse si son estas modalidades de proyección exterior las que permitirán a España reconfigurar su papel en el escenario internacional y en el proceso de construcción europea.

Iliana Olivié es investigadora principal de Cooperación Internacional y Desarrollo y coordinadora del Índice Elcano de Presencia Global en el Real Instituto Elcano. También es profesora en el Departamento de Economía Aplicada 1 de la Universidad Complutense de Madrid.

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