La próxima revolución digital empezará en África

La primera vez que puse un pie en África fue en 2017. Visité Kenia y Ruanda como asesor especial de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo y defensor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para promover el emprendimiento como camino hacia el crecimiento económico.

Había leído bastante sobre África y pensaba que tenía una buena idea de lo que me iba a encontrar. Sobre todo, esperaba salir de mi zona de confort, tener la sensación de estar en un lugar extranjero muy distinto a lo que estaba acostumbrado.

Una niña somalí asiste a una clase en una escuela improvisada en el campamento de Badbaado para desplazados internos en Mogadiscio, Somalia. Desde 2017, estudiantes universitarios se han ofrecido como voluntarios para enseñar a unas 600 niñas y niños menores de 16 años en campamentos. Credit Mohamed Abdiwahab/Agence France-Presse — Getty Images
Una niña somalí asiste a una clase en una escuela improvisada en el campamento de Badbaado para desplazados internos en Mogadiscio, Somalia. Desde 2017, estudiantes universitarios se han ofrecido como voluntarios para enseñar a unas 600 niñas y niños menores de 16 años en campamentos. Credit Mohamed Abdiwahab/Agence France-Presse — Getty Images

Para mi sorpresa, no podría haberme sentido más en casa.

En cada uno de mis viajes, conocer gente joven y emprendedores es mi prioridad. Al conversar con grupos de emprendedores africanos y escuchar sus historias y sus sueños, me vi a mí mismo hace veinte años, cuando estaba apenas iniciando Alibaba.

He descubierto que actualmente en gran parte de África el emprendimiento no es la carrera profesional exaltada que es en Estados Unidos o cada vez más en China. Lo más prudente para la mayoría de los africanos es conseguir un empleo estable y asalariado en el sector bancario, energético o minero. El emprendimiento es para los vendedores ambulantes, aquellos que no siempre pueden tener un trabajo tradicional y por eso tienen que ser creativos para ganarse la vida.

Sin embargo, creo que el futuro de África lo construirán sus emprendedores, los soñadores hambrientos que ven oportunidades en los problemas. Al ver a los ojos a los jóvenes que conocí en 2017, vi a los héroes futuros de África y me prometí que haría lo que estuviera en mi mano para ayudarlos a lograr sus objetivos.

África está lista para un cambio radical. El mundo atraviesa una revolución digital, la cual creo que tiene el potencial de ser no solo la más transformadora, sino también la revolución tecnológica más incluyente que jamás hayamos visto. Hoy en día, cualquier persona con un teléfono inteligente puede obtener un crédito y comenzar un negocio. La tecnología móvil e internet han puesto el acceso a innumerables productos y servicios en la palma de la mano de todas las personas. La revolución digital tiene la posibilidad de impulsar una tremenda —e inclusiva— prosperidad económica en África. Pero necesitamos que los emprendedores digitales creen las compañías que puedan hacer esto posible.

Los escépticos señalarán la infraestructura africana y dirán que el continente no está listo para la era digital. De hecho, África está en la posición perfecta para ello. La infraestructura sólida en realidad es perjudicial en este nuevo mundo. Cuando el sistema vigente funciona demasiado bien, hay resistencia al cambio y mucha tradición que superar.

Por fortuna, en China no tuvimos ese problema cuando fundé Alibaba en 1999. Teníamos una enorme población con bajo ingreso per cápita y mala infraestructura para ventas al menudeo, logística y servicios bancarios. Sin embargo, en tan solo dos décadas, China pasó de tener 8,8 millones de usuarios de internet a 850 millones. El ingreso per cápita ha crecido de 800 a 9000 dólares y las ventas del comercio electrónico han alcanzado un billón de dólares. El ecosistema de Alibaba por sí solo es responsable de haber creado más de 40 millones de empleos en China. El año pasado, los ingresos del comercio electrónico en las zonas rurales chinas superaron los 97.000 millones de dólares, lo que generó casi siete millones de nuevas oportunidades de empleo.

Creo que a África puede irle mucho mejor. Su carencia de infraestructura es una ventaja, así como lo fue en China. Pero el continente cuenta con otros ingredientes para el éxito. Tiene 1300 millones de personas, de las cuales el 40 por ciento tienen menos de 16 años. Seis de las diez economías de más rápido crecimiento en el mundo están en África y las tasas de adopción de teléfonos inteligentes crecen a gran velocidad.

Para que África prospere, creo que debe adoptar lo que yo llamo las cuatro E. La primera E es de emprendedores. Debemos apoyar a los dueños de las empresas africanas ya existentes e inspirar a la siguiente generación. Mostrémosles a los jóvenes africanos lo que pueden hacer los emprendedores para transformar a la sociedad. No me refiero a celebrar a los grandes multimillonarios ni las ofertas públicas iniciales más grandes. Me refiero a las empresas emergentes que impulsan el crecimiento inclusivo y solucionan problemas sociales.

Es por eso que mi fundación lanzó en 2019 el Premio Africa Netpreneur. Para la competencia inaugural realizamos una búsqueda a lo largo de todo el continente con el apoyo de nuestros socios regionales para encontrar a los emprendedores más impresionantes de África. Recibimos más de 10.000 solicitudes y diez finalistas tuvieron la oportunidad de realizar una presentación frente a mí y un grupo de jueces durante un evento televisado para competir por un premio monetario, además de oportunidades de mentoría y capacitación.

Los finalistas que quedaron en los tres primeros lugares, Temie Giwa-Tubosun, Christelle Kwizera y Omar Sakr, están entre los innovadores más prometedores del mundo. Sí, queremos recompensar y apoyar a los fantásticos emprendedores de África. Pero, sobre todo, queremos que sean una inspiración para los demás.

Las dos E siguientes —gobiernos “electrónicos” (e-governments) y educación—, son necesarias para apoyar a los emprendedores en esta misión. África requiere gobiernos hábiles con la tecnología para poder crear las condiciones necesarias a fin de que crezca una economía digital, y los emprendedores africanos necesitan tener acceso a capacitación y a un sistema educativo diseñado para la era digital.

También quiero contribuir con la parte que me toca. Por eso es que, en conjunto con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, la Escuela de Negocios de Alibaba creó un programa de capacitación en comercio electrónico —la beca eFounders— para proporcionar a los jóvenes emprendedores africanos las habilidades necesarias para desarrollar negocios electrónicos prósperos. Alibaba lanzó un programa similar para funcionarios de gobierno y encargados de políticas públicas con el fin de ayudarlos a sortear el panorama tecnológico cambiante. La Escuela de Negocios de Alibaba también llevó su programa Train the Trainers a Ruanda el año pasado, en colaboración con el gobierno, para preparar a los educadores que enseñarán a la siguiente generación de emprendedores ruandeses. Hay planes para llevar en el futuro ese programa a otros países africanos.

La última E, de infraestructura “electrónica” (e-infrastructure), es la base para todas las anteriores. África requiere servicios de internet de clase mundial para poder construir una nueva economía digital (análisis de datos, logística y pagos).

Desde mi primera visita a África hace dos años, he aprovechado cuanta oportunidad he tenido de explorar más a fondo ese continente asombroso y conocer a más de sus emprendedores. Mi objetivo es visitar todos sus países. Cada vez que viajo a alguno de ellos, regreso más convencido de que los emprendedores de África escribirán el futuro del continente.

La mejor manera de ayudarlos es apoyar su crecimiento y ofrecerles las herramientas que desearía haber tenido cuando comencé mi propia aventura de emprendimiento. Como aprendí de mi experiencia en China, no hay emprendedor que pueda hacer las cosas solo: el gobierno, los profesores, los capitalistas de riesgo, las asociaciones industriales y las incubadoras de empresas emergentes tienen papeles importantes que desempeñar. Si todos trabajamos juntos para apoyar a los emprendedores, entonces África se convertirá en un núcleo de innovación y crecimiento, en el líder global que sabemos que puede ser.

Jack Ma es cofundador y expresidente ejecutivo de Alibaba Group. También es fundador de la Fundación Jack Ma.

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