La rebelión de los agricultores indios

Cuando el primer ministro Narendra Modi llevó a su partido hindú y nacionalista Bharatiya Janata (BJP) a una victoria arrolladora en la elección general de 2014, les prometió de todo a todos los votantes y elocuentemente auguró “acche din” (buenos tiempos) para la India. Una de las audiencias a la que le hablaba eran los agricultores; el sector agrícola sigue representando el 67% del empleo, y les prometió grandiosamente a los agricultores que su gobierno duplicaría sus ingresos en 2020. Arrasó con sus votos.

Hoy, en tanto Modi busca otro mandato en una elección general que debe llevarse a cabo antes de mayo de este año, esas promesas lo están atormentando. La agricultura india está en crisis. Los agricultores están en ebullición. Durante el mandato de Modi, los costos de los insumos, y por lo tanto del cultivo, han aumentado de manera alarmante, mientras que los precios de los productos agrícolas, y por lo tanto los ingresos del sector, se han estancado o han caído. Y como no se han pagado los Precios Mínimos de Apoyo (MSP por su sigla en inglés) garantizados por el gobierno, los agricultores de todo el país se están yendo a la quiebra.

Se pone peor. Cuando se pierden las cosechas, muchos agricultores y trabajadores agrícolas abatidos por la carga devastadora de la deuda (muchas veces tomada de prestamistas rurales a tasas usureras) se suicidan –como lo hicieron más de 11.400 en 2016-. Ése es el último año del cual existen datos oficiales sobre los suicidios de agricultores, pero los informes de los medios sugieren que los números han aumentado desde entonces.

Las mayores víctimas de la desatención de la agricultura por parte del gobierno del BJP han sido los pequeños y medianos agricultores del país, así como la mano de obra agrícola que no es propietaria de tierras. Esos grupos recibieron un duro golpe hace dos años gracias al plan de desmonetización irresponsable y desatinado de Modi, que abruptamente retiró el 86% de la moneda en circulación de la India de la noche a la mañana. Los trabajadores jornaleros, que tradicionalmente cobraban en efectivo, perdieron sus empleos de a millones, porque la moneda de reemplazo no se había imprimido en cantidades adecuadas. Las pequeñas empresas y las microempresas en los pueblos agrícolas y de mercado colapsaron.

Modi parece desdeñar el Plan Nacional de Garantía de Empleo Rural Mahatma Gandhi (MGNREGS) del gobierno anterior, que aseguraba a cada hogar rural pobre un empleo pago durante cien días por año. El plan aumentó el poder adquisitivo de los pobres rurales y redujo la migración forzada del campo, y el gobierno de Modi descubrió que era el único sustento disponible para apoyar a la India rural en medio de los estragos generados por sus políticas. Sin embargo, el incumplimiento del pago a términos de sus facturas del MGNREGS por parte del gobierno significó que muchos trabajadores rurales no han recibido sus beneficios desde hace meses.

El impacto acumulado de los fracasos del gobierno de Modi han sido altos niveles de dificultades y malestar agrario, y agricultores cada vez más desesperados que organizan protestas para influir en la población y obligar a las autoridades a prestar atención.

En 2017, agricultores desesperados del estado de Tamil Nadu, al sur de la India, manifestaron en la capital nacional, Nueva Delhi, en reclamo de más de cien días, y algunos se despojaron de su ropa en público para mostrar que no les quedaba nada. En marzo de 2018, unos 25.000 agricultores marcharon en el estado de Maharashtra controlado por el BJP en reclamo de una condonación de la deuda, precios mínimos de apoyo y derechos de tierra. Coparon los titulares pero no mucho más; a fines de noviembre, otros 20.000 agricultores marcharon en Maharashtra para exigir una compensación por la seguía que había destruido sus cultivos.

En los dos últimos días de noviembre de 2018, decenas de miles de agricultores marcharon en Nueva Delhi hasta las puertas del parlamento en una Marcha Kisan Mukti (Liberación de los Agricultores). Reunidos por una red de más de 200 organizaciones de toda la India, los agricultores, en su mayoría campesinos de modestos recursos, reclamaron un conjunto familiar de demandas: condonación de la deuda y pago de MSP por sus productos.

Los agricultores en protesta también exigieron una sesión parlamentaria de emergencia para discutir la crisis agraria. Esta demanda resultó superflua, porque el Parlamento fue convocado dos semanas después de todos modos. Lamentablemente, las cuestiones de los agricultores recibieron una atención mínima en la sesión reciente, y el gobierno no presentó ninguna propuesta para aliviar la crisis agraria.

Pero el campo sigue enfurecido, y el nivel de desesperación de parte de los agricultores está en aumento. Durante el verano de 2017, una protesta en Mandsaur en el estado de Madhya Pradesh (entonces gobernado por el BJP) se tornó violenta y seis agricultores murieron como consecuencia de disparos de la policía.

Mientras que el gobierno de Modi al parecer está completamente desorientado frente a estas protestas, los partidos de la oposición de la India han adoptado la causa de los agricultores. Existen pocas dudas de que será un tema importante de campaña para la coalición anti-BJP que espera arrebatarle el poder a Modi este año. A pocos días de haber jurado, los gobiernos del partido del Congreso que ganaron el poder en tres estados en diciembre anunciaron la derogación de los préstamos pendientes a los agricultores en sus respectivas jurisdicciones. Mientras que el BJP se queja de que esto es mala economía, la oposición no tiene ninguna duda de que es buena política.

Pero las condonaciones de los préstamos no son más que una enmienda temporaria. Deben abordarse las causas de raíz de las dificultades agrarias de la India. Estas incluyen una cantidad probablemente excesiva de personas que dependen de la agricultura (dos tercios de la población produce el 12% del PIB), latifundios pequeños poco económicos (gracias a un crecimiento de la población y a la reforma agraria), un sistema de crédito agrícola quebrado, políticas de contratación pública del gobierno que causan distorsiones en el mercado y la imposibilidad de garantizar los MSP. Muchos de los problemas, irónicamente, son el resultado de enmiendas anteriores que salieron mal.

Sea quien fuere la persona que encabece el gobierno después de la próxima elección, tendrá que llevar a cabo una reparación integral de la agricultura india. Es probable que la incapacidad del gobierno actual de enfrentar el desafío garantice que esa persona no será Modi.

Shashi Tharoor, a former UN under-secretary-general and former Indian Minister of State for Human Resource Development and Minister of State for External Affairs, is currently an MP for the Indian National Congress and Chairman of the Parliamentary Standing Committee on External Affairs. He is the author of Pax Indica: India and the World of the 21st Century.

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