La reversión del Brexit

Ahora que es probable que los parlamentarios británicos rechacen el acuerdo sobre el Brexit de Theresa May, así como cualquier forma alternativa de Brexit, seguramente se preguntará a los ciudadanos si siguen queriendo abandonar la Unión Europea, y entonces dirán que no. De modo que adelantémonos hasta ese momento e imaginemos el intercambio de cartas entre la primera ministra británica y Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo.

Estimado Donald:

Hace tres años, los ciudadanos británicos creyeron en la fantasía del Brexit y decidieron que querían abandonar la Unión Europea (UE). Ahora han visto la realidad y desean permanecer en ella.

Hemos aprendido mucho sobre el valor de nuestra pertenencia a la UE. Vemos que no es posible tener un mercado único sin normas comunes, y preferimos mucho más ayudar a elaborar esas normas que seguir ciegamente unas normas hechas por otros.

Vemos las ventajas de estar en el bloque económico más grande del mundo cuando otras grandes potencias como Estados Unidos y China hacen alarde de su fuerza. Y, una vez más, preferimos ayudar a elaborar las políticas comerciales de la UE que seguirlas pasivamente.

Quedan más cosas por hacer para mejorar nuestra economía a fin de que las generaciones más jóvenes tengan un futuro próspero. Queda más por hacer para garantizar que los frutos de la globalización se repartan de una manera justa y que comunidades enteras no se queden atrás. Queremos desempeñar nuestro papel en la construcción de ese futuro.

Pero Reino Unido nunca ha sido solo un país de tenderos, a pesar de lo que dijera Napoleón.

Tenemos una historia orgullosa, y tenemos muchas cosas que aportar a la política exterior y la defensa.

Somos una potencia europea importante. Pero no tendremos influencia en Washington si no estamos presentes en la mesa en Bruselas. Y no tendremos influencia en Europa si Estados Unidos ya no cree que somos importantes.

Es más, hace tres años, Donald Trump no estaba en la Casa Blanca y Vladímir Putin no estaba envenenando a la gente en Reino Unido. El mundo es más peligroso y, aunque la UE tiene sus problemas, es un relativo remanso de paz en un mar de desdichas.

Hasta Boris Johnson, nuestro exministro de Asuntos Exteriores, se ha dado cuenta de que tenemos más en común con nuestros aliados de la UE que con los Estados Unidos de Trump. Ya sea en lo referente al cambio climático, o al pacto nuclear con Irán o al traslado de la Embajada a Jerusalén, estamos en el mismo bando que Europa.

Esto no es una casualidad. Compartimos unos valores y unos intereses comunes porque estamos en la misma parte del mundo.

Por último, vemos que, sin la UE, habríamos tenido problemas para llevar la paz a Irlanda del Norte. Por tanto, ahora que volvemos a la UE, estamos decididos a trabajar conjuntamente con nuestros amigos europeos para enfrentarnos a los desafíos y aprovechar las oportunidades de las próximas décadas. ¡Hagamos que Europa sea grande otra vez!

Estimada Theresa:

Toda la UE está encantada de que Reino Unido haya decidido quedarse. Europa no sería Europa sin vosotros. Habéis contribuido mucho a la cultura europea a lo largo de los siglos. También sois más influyentes de lo que pensáis, ya que tomásteis la iniciativa en la creación del mercado único y en la ampliación de Europa hacia el Este después del final del imperio soviético.

Todos seremos más fuertes con vosotros como miembros de la UE. Compartís el segundo puesto como economía más grande después de Alemania. Vosotros y Francia tenéis las fuerzas militares más poderosas.

También tenéis un tremendo poder blando. Puede que mucha gente en Reino Unido no se haya dado cuenta de que muchos de nosotros a este lado del Canal ahora hablamos inglés, ¡incluso yo!

El populismo es un virus que ha contaminado a muchos de nuestros países. El referéndum del Brexit original con sus fantasías fue especialmente perjudicial. A Platón y a Aristóteles les preocupaba, con razón, que la democracia pueda convertirse fácilmente en demagogia. Pero vuestro Voto del Pueblo, basado en una reflexión madura sobre la realidad de la pertenencia a la UE, es un poderoso antídoto contra el populismo en toda Europa.

Esta noche vamos a celebrarlo. La bandera británica y la europea se proyectarán con luces sobre los monumentos de toda Europa, desde el Big Ben hasta la Acrópolis, pasando por la Puerta de Alcalá, el Coliseo y la Torre Eiffel. Mañana volveremos a ponernos manos a la obra, y apreciaremos el pragmatismo británico a la hora de terminar el trabajo.

Hugo Dixon es vicepresidente de la campaña Voto del Pueblo.

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