La sanidad sostenible es la que previene

El cáncer es una de las enfermedades que más nos aterra. El emperador de todos los males que es, sin embargo, y en gran medida, cada vez más prevenible y tratable. Por otro lado, continuamente se advierte sobre la insostenibilidad de la sanidad pública. El envejecimiento de la población, el déficit de la Seguridad Social o el descenso en la natalidad hacen temer la desaparición de uno de los grandes logros de la democracia española, clave de nuestro bienestar. Existe, sin embargo, una manera de que todo en la salud pública no incurra en tanto gasto. La prevención puede cambiar este futuro extendiendo el cuidado de nuestra salud a factores como la alimentación, el ejercicio físico o incluso el ocio.

Las posibilidades de prevenir el cáncer crecen a diario. Conviviendo con incógnitas, existen ya grandes certezas que permiten aumentar las defensas de las personas frente al cáncer. Pero, ¿cómo podemos escapar al cáncer? En primer lugar, es clave establecer filtros ante el alud de información que circula sobre la prevención del cáncer, y en segundo lugar, conocer qué tipo de cáncer tengo más posibilidades de desarrollar ayudará a su prevención. Y ¿Cómo puedo saber qué tipo de cánceres debo esforzarme en prevenir? La prevención del cáncer es un área en continua evolución, que se va modificando a medida avanzan la ciencia, la investigación, los tratamientos e incluso la propia humanidad, que inventa continuamente nuevos carcinógenos. Por eso, la actualización de la información válida y su vigencia son claves. Aunque los caminos preventivos iniciados han sido de una elevadísima contundencia en el diagnóstico precoz de los cánceres como el de mama, para la oncología la prevención del cáncer es un área pendiente de desarrollar. ¿Cómo puede ser?

Llamamos oncoprevención a esta rama de la oncología que estudia y elabora un método para la prevención del cáncer, y en concreto para la prevención personalizada. La oncoprevención ofrece esa guía, un asesoramiento personalizado elaborado a partir de los atributos que desvelan nuestras debilidades delante del cáncer. Y este asesoramiento personalizado debe ser realizado por oncólogos, profesionales habituados a ver los riesgos de esta enfermedad con lentes de aumento. Dicho esto, los pilares de la oncoprevención son cuatro. En primer lugar, la investigación de hábitos y antecedentes, es decir: lo que traemos en la mochila. Estos hábitos pueden concretarse a partir de un cuestionario exhaustivo que nos obligue a analizarlos indagando en enfermedades previas y actuales, en vacunas, cirugías y en tratamientos recibidos, en especial los suplementos hormonales y citostáticos. A partir de esa información, es capaz de detectar riesgo de cánceres como el de piel, pulmón, cérvix, colon y vejiga.

El segundo pilar de la prevención consiste en una exploración física, de nuevo con gafas de oncólogo, que revise la composición y el índice de masa corporal, el tipo de piel, el daño solar acumulado, los lunares, las áreas ganglionares, el tipo de glándulas mamarias, la cavidad oral, la homogeneidad de la próstata, las mucosas y los órganos inflamados. Un tercer pilar indagará en nuestra herencia: qué casos de cáncer ha habido en familiares de primer y segundo grado, de qué tipo y a qué edad han aparecido, explorando como mínimo, tres generaciones anteriores. Y el último pilar de la prevención lo establecen análisis de laboratorio y pruebas exploratorias concretas que, en lugar de aplicarse indiscriminadamente, se solicitan en base a los hallazgos del cuestionario.

Esta exhaustiva y completa recogida y análisis de datos, realizada por un oncólogo, permite determinar riesgos concretos de padecer algún tipo de cáncer en el futuro y realizar recomendaciones para reducirlos. Muchas veces la clave está en la sencillez. No tenemos aún a disposición técnica —y tardarán años en llegar— análisis genéticos exhaustivos predictores de cáncer, pero sí podemos prevenir aunando la experiencia y el conocimiento que ya hay disponible, que es mucho. Aún más, la oncoprevención, entendida como el análisis de las posibilidades de desarrollar un cáncer ya ha servido para diagnosticar tumores incipientes.

Este es el principio de la oncoprevención, la prevención del cáncer personalizada, aprovechando esta era de tratamientos a medida. En Medicina, nuestros conocimientos y experiencia nos permiten hacer trajes a medida con las telas que hay disponibles, haciendo esta seguridad social más sostenible.

Isabel Prieto es oncóloga radioterápica, en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, y violinista profesional.

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