La sociedad de la desinformación: propaganda, «fake news» y la nueva geopolítica de la información

Tema

Nuevas condiciones en la producción, circulación y consumo de información han hecho de la desinformación una herramienta geoestratégica de primera magnitud que, conectada con las técnicas híbridas, requiere un replanteamiento de la acción de los Estados y de la UE en un tema que afecta de manera muy importante a la opinión pública europea.

Resumen

La desinformación ha emergido como un asunto de relevancia pública a través de varios escándalos que en el escenario internacional han recuperado el debate en torno a la circulación internacional de información, sus conexiones con los intereses geoestratégicos de ciertos países y los efectos que producen en los ciudadanos. Es un debate recurrente, pero en esta ocasión tiene ingredientes nuevos: la naturaleza de las redes digitales permite utilizarlas no solo para difundir información, sino también para atacar mediante técnicas informáticas servidores de datos (para modificarlos, robarlos o destruirlos); las redes sociales y la personalización de la información que se recibe a través de ellas suponen nuevas formas de ruptura de la esfera pública, y los ciudadanos han incorporado las prácticas de producción y consumo de información digital sin excesivo conocimiento de las lógicas de estos nuevos medios, trasladando las de los medios de comunicación tradicionales. Este texto analiza las transformaciones que han dado lugar al nuevo ecosistema y propone, desde el estudio de las iniciativas europeas sobre desinformación, un modelo de análisis de la situación y el refuerzo de la acción coordinada europea desde España.

Introducción

Llénalos de noticias incombustibles. Sentirán que la información los ahoga, pero se creerán inteligentes. Les parecerá que están pensando, tendrán una sensación de movimiento sin moverse. Y serán felices. (Ray Bradbury, Fahrenheit 451, 1953)

En 2016 los diccionarios Oxford eligieron el término post-truth (‘posverdad’) como palabra del año y la definieron así: “Relating to or denoting circumstances in which objective facts are less influential in shaping public opinion than appeals to emotion and personal belief” (BBC, 2016). Nuestro Diccionario de la Lengua Española incorporó su equivalente en español en la revisión de finales de 2017: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. En apenas un par de años, los “hechos alternativos”, la desinformación, las fake news y la posverdad se han convertido en el eje del debate en torno a la comunicación, especialmente en el contexto internacional. La relación entre la realidad y su discurso es un debate recurrente que encuentra nuevos términos y nuevos acontecimientos para volver a la discusión pública.

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Ángel Badillo Matos. Investigador principal de Lengua y Cultura española, Real Instituto Elcano | @angelbadillo

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