La sólida recuperación del empleo

Iniciamos 2018 con 611.146 españoles más trabajando que hace un año, con la previsión de que nuestra economía continúe creciendo con intensidad, y de que España abandone el procedimiento de déficit excesivo en el que entró en 2009. No es fruto de la casualidad. Es el resultado del esfuerzo del conjunto de la sociedad española, que se ha comportado de manera ejemplar, y de una política económica y social responsable, coherente e inclusiva. Y supone también un estímulo para seguir trabajando en el compromiso que fijó el presidente Rajoy en su debate de investidura: consolidar el crecimiento y la creación de empleo sin dejar a nadie atrás. Un reto que implica alcanzar, a finales de 2019, los 20 millones de ocupados en nuestro país.

La sólida recuperación del empleoUn objetivo que es posible, como lo demuestra nuestra historia más reciente. La de un gran país que ha sabido darle la vuelta a la compleja situación en la que se encontraba hace tan sólo seis años, cuando llegamos al Gobierno. Entonces, España sufría importantes desequilibrios macroeconómicos -nueve trimestres en recesión, un déficit público del 9% del PIB y un crónico déficit exterior, entre otros- que, unidos a un marco rígido de relaciones laborales, derivaron en una auténtica crisis social. Más de cuatro millones de despidos entre 2008 y 2011, una tasa de paro que se multiplicó por tres y un nivel de desempleo juvenil que llegó a superar el 60% fueron la causa del incremento del 80% de la desigualdad.

En este contexto, el Gobierno puso en marcha una nueva política económica con tres ejes principales: la estabilidad presupuestaria, para que retornara la confianza a nuestro país y se redujeran los costes de financiación; el saneamiento de nuestro sistema financiero, para que volviera la liquidez a nuestro sistema productivo; y la mejora de la competitividad de la economía española, a través de una importante agenda de reformas, entre otras, la reforma laboral y la de las políticas activas de empleo.

Todas ellas fueron herramientas que el Gobierno puso en manos de una gran nación. Gracias a ellas, pero sobre todo gracias al compromiso de millones de españoles, España ya acumula 15 trimestres consecutivos de crecimiento del PIB, suma cinco años de superávit por cuenta corriente y ha reducido a un tercio su déficit público.

Hoy nuestro país no solo lidera la reducción del paro en la zona euro, sino que ha pasado de destruir 1.500 empleos al día a finales de 2011 a crear 1.700 empleos diarios en 2017. Las mejoras también inciden en la calidad del nuevo empleo. La realidad de los datos muestra que el empleo indefinido en 2017 se incrementó un 12,6%, mientras que la contratación temporal lo hizo al 7%. Tanto es así que la cifra de contratos indefinidos firmados fue la mayor de la última década. Todo, sin olvidar que en 2011 los indefinidos se destruían al 30% y que esta es la primera vez que una salida de la crisis va acompañada de aumentos de la contratación indefinida desde el primer momento. Una vez más, ¿significa que podemos estar ya satisfechos? Por supuesto que no. Redobla nuestro inconformismo.

Más allá de eslóganes, la realidad que nos muestra la Encuesta de Población Activa (EPA) es que tres de cada cuatro españoles cuentan con un contrato indefinido: el 74%, seis puntos más que antes de la crisis. Y que los contratos temporales más precarios, los de menos de un mes (entre los que están incluidos los contratos por semanas, por días o por horas) no llegan ni al 1% del total, representan hoy en España el 0,89%. Sigue siendo, en todo caso, una cifra importante que pretendemos bajar porque algunas personas sufren en exceso la temporalidad. Una recuperación que, debido a ese compromiso compartido y a la suma de esfuerzos, se caracteriza por la inclusión: el empleo crece en todas las comunidades autónomas, en todos los sectores, en todos los colectivos y en todos los grupos de edad. Entre los jóvenes, que han padecido la crisis de forma especialmente descarnada, aumenta al doble que la media nacional, lo que ha permitido bajar en 20 puntos la tasa de paro juvenil. También entre los mayores. Y es inclusivo porque nueve de cada diez personas que abandonaron el paro durante el último año eran parados de larga duración.

Otro motivo de alegría en 2017 ha sido la recuperación de todo el empleo destruido por la crisis entre las mujeres. España ha escrito 2017 en femenino: hoy trabajan más mujeres que nunca. La consolidación de la recuperación y hacer frente a los retos del futuro del trabajo requiere que contemos con todo el talento. También el de todas las mujeres que aún tenemos mucho que aportar.

Esta evolución positiva del empleo, intensa e integradora, no sólo es una gran esperanza para quienes buscan su oportunidad, sino para el pilar de nuestro marco de bienestar: el sistema de pensiones. Una Seguridad Social moderna, con un nivel de cobertura comparable a muy pocos países y que constituye un irrenunciable patrimonio social que debemos seguir garantizando entre todos.

No es casual. Y, en este sentido, una de las claves del buen año de nuestro mercado laboral ha sido avanzar pacto a pacto. Iniciamos la legislatura con un acuerdo con siete grupos parlamentarios para aprobar los Presupuestos de 2017, y con el Partido Socialista para incrementar en un 8% el salario mínimo (SMI). A este consenso le siguieron otros por los jóvenes, con el impulso de la garantía juvenil; por los desempleados de larga duración, con la mejora del Programa de Activación para el Empleo y la renovación del Plan Prepara; para la aprobación de la Estrategia Española de Activación por el Empleo 2017-2020 o para aprobar un nuevo plan de formación en competencias digitales.

Entre los acuerdos de este año, destaca el de los autónomos, protagonistas principales de nuestra recuperación y de nuestro futuro. Su nueva ley, aprobada por unanimidad en el Congreso, continúa apostando por lo que funciona, como la tarifa plana de 50 euros por un año para los nuevos emprendedores, sigue reduciendo costes de actividad, simplifica la burocracia, favorece la conciliación y mejora su protección social.

Gracias al diálogo con los interlocutores sociales hemos podido culminar el año con un gran acuerdo de legislatura para subir los salarios más bajos en España, al incrementar el SMI un 4% en 2018 y para que alcance los 850 euros mensuales en 2020. Hemos avanzado, sí. Pero queda mucho por hacer. Debemos consolidar la recuperación con un crecimiento sólido y sostenible. Para ello, debemos seguir impulsando reformas que mejoren nuestra competitividad y contribuir a la estabilidad y la confianza en nuestro país, aprobando lo antes posible los Presupuestos Generales del Estado para 2018. Todo ello permitirá que sigamos creando más y mejores empleos, que es lo que nos demandan los españoles. La política más social, la que se traduce en mejoras en los indicadores del bienestar, garantiza la verdadera igualdad de oportunidades.

Mientras consolidamos la recuperación económica, debemos ocuparnos también de acompañar a empresas y trabajadores en las transformaciones del mercado de trabajo derivadas de la globalización, la digitalización y las nuevas formas de trabajo. Sólo así convertiremos los desafíos a los que nos enfrentamos en oportunidades. Para ello estamos trabajando con los agentes sociales en lo fundamental, la formación permanente y de calidad de los trabajadores y en medidas de impulso a la estabilidad en el empleo que refuercen la seguridad de los trabajadores, al tiempo que permitan a las empresas contar con trabajadores más motivados y productivos, y ser más flexibles y competitivas.

Queremos seguir trabajando junto a la sociedad civil y encontrar consensos con los distintos grupos políticos, con las comunidades autónomas, con los agentes sociales. Para ello es necesaria la política con mayúsculas y la estabilidad, desde la que todos debemos darle continuidad a ese compromiso que ha hecho posible el cambio. Está en nuestra mano continuar por la senda del medio millón de empleos al año. La que ya nos ha hecho recuperar casi siete de cada 10 empleos destruidos por la crisis. Tenemos 3.412.781 razones para seguir sumando.

Fátima Báñez es ministra de Empleo y Seguridad Social.

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