La tabla de Sijena que alguien quiso ocultarnos

Detalle de la tabla del Maestro de Sijena que subasta Balclis. Balclis
Detalle de la tabla del Maestro de Sijena que subasta Balclis. Balclis

Nadie pudo siquiera imaginar que el expolio del Monasterio de Sijena fuese de tamaña entidad; pero lo peor del caso no es eso, sino que participaron en él reputados prohombres y, en teoría, protectores del arte, que realmente eran los primeros en lucrarse con el tesoro de obras de arte del Monasterio. Es triste comprobar que quienes deberían haberlo salvado fueron, en realidad, sus máximos expoliadores. Uno de ellos fue José Gudiol. Cuesta creerlo. Tanto, que un reciente libro publicado en Aragón no se percata de la obra aniquiladora de Gudiol en el cenobio: arrancarle su bien más preciado –las pinturas murales–, condenando así al monumento a su ruina perpetua.

Pero centrémonos en la tabla atribuida al Maestro de Sijena que la Sala Balclis de Barcelona iba a subastar este 31 de mayo y que ha retirado del catálogo después de una denuncia presentada por este abogado ante los Juzgados.

Antes que nada, debo decir, con gran gozo, que he descubierto que en esa tabla aparece quién era el anónimo Maestro de Sijena, pintor de dos retablos para el Real Monasterio de Santa María: el mayor y el de la capilla de San Pedro. Fue el pintor portugués afincado en Barcelona Pere Núñez. Según Gudiol –quien es seguro que vio la tabla–, representa "una adaptación discreta del flamenquismo tardío, cuajado de reflejos germánicos, que caracteriza a la escuela portuguesa del 1500". Por lo tanto, el Maestro de Sijena no es el centroeuropeo Michael Pacher, como sugería la profesora aragonesa Carmen Morte.

La obra estaba en el monasterio en 1936 y de allí salió ilegalmente, por lo que la prevista venta por el subastador barcelonés sería sin duda nula de pleno derecho. La tabla debe ser reintegrada al Monasterio de Sijena. Por consejo de la Policía, se ha retirado de la subasta hasta que el Juzgado de Instrucción nº 4 de Huesca disponga lo procedente.

Gracias al consumado experto y profesor Antonio Naval Mas, supimos que la obra estaba falsificada. La catedrática emérita Belén Boloqui, lo confirmó. Un certero juicio crítico sin el cual el Gobierno de Aragón hubiera ido a su puja con los ojos cerrados. La pieza es una falsificación en gran parte, pues, por encima del cuadro original de Pere Núñez (el Maestro de Sijena), pintado hacia 1515, alguien, después de la Guerra Civil española (1936-1939), ordenó borrar ciertos elementos característicos, repintando prácticamente dos terceras partes del cuadro; pero no por una cuestión de modas, no, sino para que la tabla no fuese identificada como de Sijena y se borrase así toda huella del delito. Es la tesis que hace encajar todas las piezas.

Pero lo más grave es que el subastador, ante un cuadro tan sospechoso de falsificación, en lugar de someterlo (antes de sacarlo a la venta) a una prueba de rayos X o a un análisis de pigmentos, confió en la poco rigurosa literatura publicada sobre esta pintura, arriesgándose a venderlo por un precio de salida de 85.000 euros, cuando, a causa de los falsos repintes, no valdría mucho más de una duodécima parte. A esto habría que añadir un 33 por ciento más por el IVA y por el pago de los derechos a la casa de subastas: un total mínimo en torno a los 115.000 euros.

Otro capítulo pueden ser los costes de quitar los repintes para dejar a la vista el original del gran pincel del Maestro de Sijena de 1515, oculto bajo ellos, una laboriosa tarea que podría costar unos 30.000 euros.

La investigación judicial en curso me veda dar más detalles, pero puedo asegurar que habrá sorpresas en este caso, en el que queda no poco por investigar. Confiemos en el Poder Judicial y en su capacidad de llegar hasta las últimas consecuencias. Mi esperanza es que el Juzgado, como ocurrió con la cuna de Sijena, devuelva pronto la tabla al Monasterio, que se le quiten los repintes del siglo XX y que pueda volver a lucir en el ábside central del monumento, como testimonio permanente del compromiso del pueblo aragonés con su arte y con su historia.

Jorge Español Fumanal, abogado.

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