La televisión Digital Terrestre en España. Por un sistema televisivo de futuro

La televisión digital terrestre (TDT) adquiere en el panorama actual de desarrollo de las redes digitales una significación especial. Como televisión representa la única tecnología capaz de llevar gratuitamente a todos los espectadores una oferta multicanal hoy irrenunciable para cualquier espectador, con complementos de televisión enriquecida; en tanto red digital, representa, además, una promesa de acceso universal de la sociedad de la información frente a la grave fractura digital dibujada en muchos países por la vía del equipamiento individualista y de mercado, marcada por la dinámica del todo pago. Desde ambos puntos de vista, es la democracia la que está en juego. Este informe pretende poner de relieve esa trascendencia profunda, y no se ocupa de las vicisitudes de la implantación de la TDT más que en la medida en que afectan a este resultado final. El contexto internacional analizado de forma sintética da cuenta de la magnitud y complejidad del desafío planteado. Tras el aspecto inicial de lucha mundial de estándares tecnológicos aparece la verdadera naturaleza del reto de la TDT: su inevitable puesta en cuestión de las arquitecturas y equilibrios de la televisión analógica apela al diseño y construcción del sistema televisivo del futuro y, por tanto, también en buena medida, del modelo de sociedad y de democracia que cada país decida para su futuro. Pese a la presión global, el repaso de los modelos adoptados en cada país para la TDT –gratuito o de pago, público/privado, centralista/descentralizado...– revela así su concepción nacional, tributaria de las tradiciones históricas de cada país, pero también de la correlación de fuerzas y lobbies actuales en presencia; unas determinaciones que aparecen asimismo en los plazos y dispositivos ideados nacionalmente para la transición digital.

El caso español, analizado con detalle en los apartados siguientes, es una ilustradora aplicación práctica de estos enrevesados caminos de la digitalización televisiva. El lanzamiento pionero de la TDT en 1998 por el Gobierno de Aznar, claramente intervencionista desde el punto de vista partidista y pretendidamente movido por la televisión codificada y de pago, condujo al fracaso y al retraso absoluto español en este terreno. El relanzamiento de la TDT y la hiperactividad del ejecutivo de Rodríguez Zapatero en el impulso a la transición digital, fundamentado en el acceso abierto y gratuito, ha conseguido logros indudables de despegue y desarrollo de la TDT. Pero el análisis de sus medidas muestra también debilidades notables: tentaciones intervencionistas de orden político, temores paralizantes ante los grupos mediáticos, escasos matices sociales y objetivos industriales prioritarios. Los termómetros de la transición digital no sólo abren numerosos interrogantes sobre la fecha prevista para el apagón analógico, sino que sirven de testigo de los contradictorios intereses y fuerzas que gobiernan ese interregno y de las serias dificultades encontradas por la Administración pública para orientar y liderar este proceso. En último término, plantean amplias dudas sobre la adecuación entre el modelo televisivo que se está construyendo por esta vía y la democracia profundizada y de calidad que el PSOE proclamaba perseguir en su programa de gobierno. Se apuntan propuestas concretas posibilistas que permitirían al mismo tiempo garantizar el éxito de la transición digital y la construcción de un sistema televisivo más armónico, que conciliara pluralismo y democracia comunicativa con crecimiento económico, liderazgo público con economía de mercado, sistema televisivo sostenible con su inserción profunda en una sociedad de la información para todos.

Propuestas estructurales: conformar un sistema televisivo digital y democrático

  • Una urgente Ley General Audiovisual que armonice y dé sentido unitario al marasmo de leyes que hoy siguen rigiendo penosamente el audiovisual español, basada en el anteproyecto elaborado por el Gobierno en 2005, con elementos vitales: la extensión de la reforma democrática de RTVE a todas las radiotelevisiones públicas; la aplicación del derecho de acceso constitucional a los canales públicos; el reconocimiento legal y un plan de frecuencias digitales para la televisión comunitaria; el régimen de obligaciones de contenidos y servicios interactivos, especialmente para la población con minusvalías; una regulación anticoncentración coherente, incluyendo exigencias fehacientes a los operadores para garantizar el pluralismo de contenidos.
  • Un imprescindible Consejo Audiovisual, responsable del dictamen de las misiones de servicio público de RTVE y del control de su cumplimiento, de la adjudicación de las licencias privadas de radiodifusión digital y de su prórroga, mediante informes públicos y vinculantes; del seguimiento y control de cumplimiento por las empresas concesionarias de la regulación legal; y de sus compromisos, incluyendo el reparto definitivo de licencias digitales para el día después del apagón analógico.

Propuestas para la transición digital: coordinar a los agentes sociales con el liderazgo público

  • Participación social intensiva.
  • Integración plena de la TDT en los planes de la sociedad de la información.
  • Comercialización transparente de equipos.
  • Promoción más activa.
  • Misión esencial de servicio público en la transición.
  • Autonomía pública de indicadores de la transición.
  • Programa sistemático de apoyo a los servicios de administración electrónica.
  • Apoyo a los sectores sociales desfavorecidos.
  • Apoyo especial a las personas con minusvalías.
  • Articulación especial con la producción independiente

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Enrique Bustamante Ramírez, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Complutense de Madrid.