La Unión Europea y Hezbolá

Si una organización habla como un grupo terrorista, anda como un grupo terrorista y se comporta como un grupo terrorista, ¿qué es?

Si se hace esta pregunta, por ejemplo, a Estados Unidos, Canadá y Holanda, la respuesta está clara. Para estos países, Hezbolá es un grupo terrorista, y lo califican como tal.

Sin embargo, en el caso de la Unión Europea, la respuesta es otra. Varios países de la UE llevan años presionando a otros Estados miembros para tomar la decisión conjunta de añadir Hezbolá a la lista de organizaciones terroristas, junto a Hamás, pero sin resultado.

Como consecuencia, Hezbolá tiene libertad para reclutar y recaudar fondos en gran parte del territorio europeo.

¿Cómo es posible algo así en un continente que tan bien conoce los costes del terrorismo en general y los antecedentes de Hezbolá en particular?

Al fin y al cabo, no estamos hablando de un rostro nuevo en el mapa del terrorismo.

En 1983, los atentados letales de Hezbolá contra objetivos franceses y estadounidenses en Líbano mataron a cientos de personas. Como ha subrayado Matthew Levitt, experto en terrorismo, con posterioridad se implicó a la organización en atentados por toda Europa, en Francia, Italia, Alemania, Grecia, Dinamarca, España.

También se le atribuye el atentado terrorista que en 1994 mató a 85 personas e hirió a 300 en Buenos Aires.

El Tribunal Especial para el Líbano, con sede en La Haya, ha acusado a cuatro agentes de Hezbolá, a los que se busca por el asesinato en 2005 del ex primer ministro libanés Rafic Hariri y otras 22 personas en Beirut.

El mes pasado, el Gobierno búlgaro culminó su investigación sobre el asesinato de seis personas en Burgas en el mes de julio, y acusó a dos agentes de la organización de cometer este atentado mortal en territorio de la UE.

En Chipre acaba de terminar el juicio de un sospechoso de pertenecer a Hezbolá que entró en el país con pasaporte sueco. Se espera que el tribunal dicte sentencia en breve. Mientras tanto, el acusado ha reconocido haber vigilado vuelos de Israel a Chipre, así como autocares de alquiler y hoteles, y muchos sospechan que estaba tramando un plan similar al de Burgas.

Mientras la UE se atormenta por la violencia en Siria, que ha causado 70.000 muertos hasta el momento, existen pruebas abrumadoras de que Hezbolá ha ayudado al régimen de El Asad en su intento desesperado de aferrarse al poder, que está literalmente destruyendo el país.

¿Por qué es tan difícil, en el caso de Hezbolá, que la UE tilde de terroristas a unos terroristas? En las cancillerías europeas suelen ofrecerse sobre todo tres respuestas.

Para algunos, se trata de una cuestión legal. Si la UE incluyera a Hezbolá entre los grupos terroristas, sería posible presentar un recurso contra esa designación en los tribunales europeos.

Pero Europa lleva años investigando a Hezbolá y tiene ya un dossier considerable, que incluye los resultados de la reciente investigación en Bulgaria. Si todo eso no basta para resistir en los tribunales, es que el sistema judicial está muy mal.

A otros les preocupa la seguridad de las tropas destacadas con la FPNUL en Líbano. Temen que una medida de la UE pudiera poner a todos esos soldados en peligro.

Pero decir eso es reconocer que Hezbolá lleva las riendas de la situación y que ha conseguido intimidar a los países europeos hasta obligarlos a no actuar. Además, aunque las tropas de la FPNUL han prestado un servicio encomiable, no han impedido que Hezbolá haya incrementado su arsenal de misiles de forma importante desde 2006. Eso indica que el grupo terrorista puede estar interesado en que las tropas se queden donde están por ahora. En caso contrario, sin ese parachoques, tendrían que enfrentarse directamente a Israel.

Y aún hay otros que creen que calificar a Hezbolá de organización terrorista podría “desestabilizar” Líbano.

Pero eso es darle la vuelta al argumento. En realidad, es Hezbolá la que desestabiliza Líbano desde hace años.

¿Qué fue el asesinato del primer ministro Hariri, más que un intento de desestabilizar el país? ¿Qué fue la creación de un Estado dentro del Estado llevada a cabo por Hezbolá, con su propio ejército, más que un acto desestabilizador? ¿Qué fueron los ataques a través de la frontera contra Israel en 2006, más que un acto desestabilizador que arrastró a Líbano a una costosa guerra que no deseaba? ¿Y qué pasará si las armas sirias, sobre todo misiles de largo alcance y armas biológicas y químicas, terminan en manos de la organización? ¿No serán un factor desestabilizador?

Ha llegado la hora de que la UE escuche los ruegos de los holandeses, respalde a los búlgaros y haga caso a la petición constante del Gobierno de Obama de actuar como es debido.

Bruselas debe mostrar al mundo que cuando un grupo tiene palabras de terrorista, andares de terrorista y comportamiento de terrorista, merece que se le califique de terrorista.

David Harris es director ejecutivo del Comité Judío Americano (AJC).

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