La Universidad del español

En el año 1929, mientras el mundo temblaba ante el crac de la bolsa y la inminente crisis que acechaba a los países desarrollados, la Universidad de Salamanca aplicaba toda su audacia y experiencia curtida desde Nebrija para convertirse en la primera universidad en ofrecer cursos de español como lengua extranjera. Ochenta y tres años después, con otra profunda crisis en marcha, sigue demostrando un profundo compromiso con la investigación y la enseñanza del español, tanto a estudiantes nativos a través de sus titulaciones en Filología, como a los que no son hispanohablantes. En la enseñanza del español como segunda lengua hemos sabido siempre apostar por un mercado que, desde entonces, no ha hecho más que crecer e internacionalizarse.

Como idioma común de más de cuatrocientos millones de personas en el mundo, el español está enriquecido por múltiples variantes e incorpora influencias de otros muchos. Es nuestro idioma y el de tantos otros, con tantos acentos y sin embargo con tanta unidad, gracias en parte a los trabajos ortográficos, gramaticales y lexicográficos de la Real Academia Española y de las veintiuna Academias americanas. Y es el vehículo de difusión de nuestra cultura, por cuanto condiciona nuestra concepción del mundo; quizá por eso nos pasa tantas veces que creyendo decir lo mismo en diferentes idiomas, acabamos diciendo cosas diferentes.

La Universidad de Salamanca ha sentido siempre la preocupación de enseñar y difundir la lengua española; desde la gramática de Nebrija, primera que se escribió en una lengua vernácula, hasta la reciente presentación de la nueva gramática académica, las históricas paredes de las Escuelas Mayores salmantinas han contribuido a expandir su presencia, con acciones que han sido siempre novedosas en ese campo. En 1992 aparece el curso multimedia «Viaje al español», que logró que el trabajo de un grupo de profesores de la Universidad de Salamanca fuese vendido en los quioscos brasileños o alcanzara una enorme difusión en Japón. En aquel momento, fue determinante el empuje presentado por un miembro excepcional de nuestra Universidad, Víctor García de la Concha, cuya figura también está vinculada a la dirección de la RAE —nunca la Academia había sido tan universal— y al Instituto Cervantes, al que, puedo asegurarlo, también universalizará. Suyos son, por cierto, dos de los adjetivos que creo que explican la expansión experimentada por el aprendizaje del español en los últimos tiempos, «fácil y práctico». También dirigió la sociedad anónima «Cursos Internacionales de la Universidad de Salamanca», que enseña español a casi 10.000 estudiantes cada año, lidera la acreditación y certificación lingüística del español, mediante la creación y corrección de los DELE —en colaboración con el Instituto Cervantes—, y de los BULATS —en colaboración con la Universidad de Cambridge, Goethe Institut y Alliance Française—. Este sistema flexible de certificación de niveles de lenguas en español, inglés, alemán y francés ha sido elegido por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para certificar las competencias de idiomas de los estudiantes universitarios españoles a través de la plataforma CERTIUNI.

La Universidad de Salamanca pondrá en funcionamiento el próximo año un sistema de franquicias de sus métodos de enseñanza de español. Será el primer sistema de franquicias de nuestro idioma auspiciado por una universidad española. Esta iniciativa tiene un evidente aspecto económico, porque hablar del español no es hablar solo de un patrimonio cultural; es además un vehículo para los negocios y, en definitiva, un vehículo que nos ayudará a salir de esta crisis, ya que ha demostrado ser un motor económico que contribuirá a la necesaria internacionalización de nuestro tejido productivo. Sin tener el carácter de «lingua franca» del inglés, el español es la segunda lengua de comunicación del mundo por número de hablantes y supone en términos absolutos cerca del 15 por ciento del PIB del país. El futuro habla español y una parte importante de nuestra recuperación económica dependerá de que acertemos a promoverlo e impulsarlo, ya que aumentará el ámbito de acción de nuestras empresas y el número de personas con quienes será más fácil que nuestros emprendedores hagan negocios.

En estos días hemos celebrado en Salamanca la reunión anual de directores de Institutos Cervantes de todo el mundo, un acontecimiento enmarcado en el programa de acciones destinadas a la celebración del VIII Centenario del Estudio Salmantino. Esperamos que esa conmemoración de extraordinaria importancia, no solo para la Universidad de Salamanca sino para toda la universidad que habla español, nos permita dar el espaldarazo definitivo a la creación del Espacio Iberoamericano de Educación Superior, que ampliará los horizontes económicos y sociales de las nuevas generaciones, que dispondrán de unas facilidades para la movilidad académica internacional similares a las que ya se disfrutan en territorio europeo. Porque la dedicación al español es parte de nuestro compromiso con Iberoamérica y con su sistema universitario, que cumplirá con nosotros ochocientos años en 2018.

Daniel Hernández Rupérez, rector de la Universidad de Salamanca.

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