La pandemia de COVID-19 es una situación sin precedentes para para todos los ciudadanos y territorio de Europa, así como para la propia Unión. A día de hoy, el número de infectados asciende a más de 3,6 millones y más de 257.000 personas han muerto a causa de esta enfermedad. Y por desgracia, estas cifras siguen aumentando semana tras semana.
Todas nuestras vidas se han visto afectadas de una u otra forma. Como presidente de la Región italiana de Emilia-Romaña y del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE), he sido testigo de los esfuerzos y sacrificios hechos por nuestros médicos, enfermeras, policías, los trabajadores de los servicios de limpieza, funcionarios y voluntarios para proteger a nuestros ciudadanos y continuar sirviendo a nuestras comunidades.
Como suele ser el caso durante una crisis, los municipios y las regiones se encuentran en primera línea. Dia tras día han asegurado la prestación de servicios esenciales haciendo todo lo posible para frenar la cadena de contagio. Y todo ello lo han hecho en un contexto de gran dificultad: déficits en los ingresos debido al colapso de la actividad empresarial, desaceleración económica, o el cierre de teatros, museos e instalaciones deportivas.
En Italia, las ciudades deberán hacer frente a un déficit de ingresos que ronda los 3.000 millones de euros. Y en un momento en el que lo que más necesitábamos era solidaridad, la respuesta inicial de los Estados europeos fue desalentadora. En muchos países resurgieron sentimientos nacionalistas, poniendo embargos a la exportación de ciertos productos médicos o permitiendo expresiones de xenofobia.
Si queremos restaurar el bienestar de nuestro continente, todos los gobiernes, nacionales y subnacionales debemos trabajar mano con mano para combatir este virus, que no entiende de fronteras ni nacionalidades. La rápida movilización de recursos por parte de las instituciones europeas fue un paso alentador. Sin embargo, necesitamos ir más lejos para superar esta crisis y prepararnos para la próxima.
El Consejo de Municipios y Regiones de Europa y sus miembros apoyan una Europa fuerte y unida, basada en la acción conjunta, los valores compartidos y la solidaridad. Si bien no fue diseñada para responder a situaciones de emergencia, la política europea de cohesión ha demostrado con creces su utilidad como vía hacia la solidaridad europea. La nueva Iniciativa de Inversión en Respuesta al Coronavirus (IIRC; CRII en sus siglas en inglés) de la Comisión Europea, que facilita que los fondos estructurales no utilizados en 2019 sirvan para ayudar a los municipios y las regiones enfrentarse a la crisis, proporciona un apoyo más que necesario.
Es cierto que la nueva asistencia financiera no será suficiente e incluso será marginal en comparación con los planes de apoyo nacional a gran escala que se están preparando en los Estados miembros. Por ello, más allá de la respuesta de emergencia, el CMRE insta a la Comisión a considerar medidas extraordinarias para 2021 que garanticen la continuidad de la respuesta a los desafíos económicos y sociales que empiezan a surgir. En términos más generales, pedimos a la Comisión Europea que trabaje con nosotros y los Estados miembros para incluir a las asociaciones nacionales de gobiernos locales y regionales en sus grupos de trabajo inmediatos y a largo plazo encargados de actuar frente al coronavirus. ¿Por qué? Por nuestra experiencia, por nuestro conocimiento de la realidad en el terreno y por el contacto continuo con funcionarios locales y regionales. Por todo ello, podemos ser de gran ayuda.
En todos los países afectados, y en particular entre los más afectados como en el caso de Italia, hemos visto que una respuesta coordinada y el diálogo entre ciudades, regiones y gobiernos nacionales han sido cruciales. A medida que entramos en una nueva fase de levantamiento gradual de las medidas de restricción, los municipios y las regiones seguirán desempeñando un papel crucial. Como observó la Comisión Europea en su reciente hoja de ruta de estrategia de salida del coronavirus: "El levantamiento de las medidas debe comenzar allá donde haya un impacto local y extenderse gradualmente a medidas con una cobertura geográfica más amplia".
Una estrecha colaboración con los gobiernos locales y regionales será esencial para llevar a cabo y de manera segura esta gran tarea. La terrible experiencia de la covid-19 debe llevarnos a reflexionar sobre nuestras políticas y a prepararnos para el futuro. La respuesta inmediata a la crisis no debería hacernos pasar por alto la necesidad de invertir en los sectores orientados a la construcción de un futuro próspero y sostenible. El Acuerdo Verde Europeo y la Estrategia Digital Europea son pasos en la dirección correcta y otros deben seguir.
Esta crisis muestra, una vez más, la necesidad de una fuerte coordinación internacional y territorios resilientes. Como tal, Europa debe continuar promoviendo a nivel mundial la cooperación vertical y horizontal entre todos los niveles de gobierno, así como el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A menudo se dice que la Unión Europea toma las medidas necesarias en periodos de crisis. Si esto es cierto, no debemos permanecer pasivos en esta tragedia. Debemos aprovechar al máximo este aviso para prepararnos para un mañana más saludable y seguro. No es demasiado tarde para unirnos y construir un futuro sostenible basado en la solidaridad. Los municipios y regiones de Europa están listos para desempeñar su papel.
Stefano Bonaccini es Presidente de la región Emilia Romaña (Italia) y del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE).