Las elecciones catalanas más decisivas de la democracia

n cada contienda electoral rescatamos los eslóganes, las viejas palabras gastadas por el tiempo y la costumbre. No abandonaremos esta tradición ahora y recordaré que, más que nunca, las próximas elecciones municipales en Cataluña, el 28 de mayo, son, probablemente, las más importantes de la democracia.

Puede decirse que también lo fueron en 2017. La extrema gravedad de los hechos reunió un voto de urgencia alrededor de Ciudadanos que le dio la victoria en las elecciones autonómicas. En aquel momento, Pedro Sánchez aún no era presidente del Gobierno. Pero su plan, su maquiavélica hoja de ruta, ya estaba cociéndose a fuego lento.

Tras casi seis años, el panorama ha cambiado en el tablero político catalán.

El Ciudadanos de aquellos días está hoy sumido en una crisis profunda que le aboca, prácticamente, a su desaparición.

El PP ya no gobierna y es residual en el Parlament de Cataluña.

Vox consolidó un espacio en toda España. Pero su voz mengua tras unos meritorios resultados en las autonómicas de 2019.

Hace un año se presentó Valents, un partido nacido en Cataluña, constitucionalista, que no se conforma con el estado de las cosas y que viene a despertar de su letargo a esa parte del electorado que ya no se siente concernido por los partidos de siempre.

Todo esto, de forma esquemática, es lo que ha ocurrido en el espacio constitucionalista.

Ahora bien, ¿qué ocurre con el PSOE/PSC (indistinguibles uno del otro)? No, no les incluyo en el espacio constitucionalista. Y de ahí la enésima, y hasta desesperada, invocación del lema "estas sí son las elecciones más decisivas de la democracia".

Pedro Sánchez, aliado con aquellos que quieren destruir nuestra democracia y nuestras libertades. Pedro Sánchez con el independentismo y contra Cataluña.

"Pero estas son una elecciones municipales, no nacionales", dirán algunos.

Bien, hagamos memoria. El 13 de septiembre de 2009 se celebró en Arenys de Munt la primera consulta independentista en democracia. Aquella jornada fue el pistoletazo de salida para decenas de consultas locales. Barcelona puso la guinda el 10 de abril de 2011 con 257.000 votos en su propia consulta ilegal. Una cifra nada desdeñable.

Por cierto, el alcalde de Barcelona era entonces el socialista Jordi Hereu, que mostró un acomplejado respecte ("respeto") para luego conminar a CiU a trovar alguna viabilitat perquè sinó generaran frustració ("encontrar alguna viabilidad porque podrían generar frustración").

Muchas gracias por la idea, señor Hereu.

Esas votaciones trataron de consolidar la doctrina del derecho a decidir que se plasmó en la consulta del 9-N de 2014 (con Xavier Trias de alcalde en Barcelona) y en la del 1 de octubre, tres años después (ya con Ada Colau).

Y siempre con el apoyo, explícito e implícito, de los entes locales.

Es necesario remarcarlo porque solemos quedarnos sólo con lo reciente. O sea, con el 1 de octubre de 2017, cuando ese fue un proceso larvado mucho antes. Un proceso en el que participaron miles de ciudadanos, voluntarios y entidades vigorizadas al calor de aquella ola, como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) o la Associació de Municipis per la Independència (AMI).

Desgraciadamente, la endeble fuerza del constitucionalismo en los municipios catalanes fue incapaz de parar esta suerte de golpe por etapas. El propio Ciudadanos, flamante ganador en 2017, apenas logró poder municipal. Y hoy, el poderoso Partido Popular cuenta sólo con un puñado de concejales y apenas dos alcaldías menores que no superan entre ambas los 1.000 habitantes.

Valents está recogiendo este descontento para forjar una alternativa municipal y presentar candidaturas donde jamás ha habido una lista constitucionalista. Pretende así dar voz a todos los catalanes que han vivido arrinconados por sus ideas.

Pedimos a todas las fuerzas constitucionalistas que miren más allá de los muros del Parlament y que se concentren en forjar alianzas electorales para construir esa primera trinchera de cercanía frente a las políticas nacionalistas y de extrema izquierda.

Pedimos a las fuerzas constitucionalistas que aprendan de los errores. Que no se atrincheren en la sigla (por "las siglas de las siglas") y que se arremanguen con nosotros. Nuestra fuerza, unidos, es necesaria si de verdad no queremos dar Cataluña por perdida. Hay que ir puerta por puerta, vecino por vecino. Decirles que sí, que estamos aquí, y que otra Cataluña es y será posible.

Hemos visto cómo el nacionalismo usó sus ingentes recursos materiales y humanos poniendo sus Ayuntamientos al servicio de la peste. Y hemos visto cómo contó con el beneplácito de la extrema izquierda, unidos en el desastre.

En ocasiones anteriores, los nacionalistas y los populistas no gozaron del apoyo del presidente del Gobierno. Esta vez sí lo tendrán. Se llama Pedro Sánchez.

Sólo esas dos palabras deberían bastar para unirnos. Hablemos.

Eva Parera es la presidenta de Valents y candidata a la alcaldía de Barcelona.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *