Las mujeres, el trabajo y la revolución de los tuk-tuks de la India

Las mujeres, el trabajo y la revolución de los tuk-tuks de la India

Cuando los recursos son limitados, es el capital humano el que define el desarrollo sostenible de una comunidad, especialmente en el caso de una costosísima mala asignación y subutilización de recursos, como suele frecuentemente ocurrir en los países en desarrollo. En ningún lugar esto es más cierto que en la India, donde el valor del dividendo demográfico actual depende de un grupo de recursos sumamente subutilizados – la fuerza laboral femenina.

A pesar de que los niveles educativos están en crecimiento y se tiene en la actualidad una tasa de alfabetización femenina del 65%, sólo una cuarta parte de las mujeres de la India participan en la fuerza laboral. Aumentar la participación femenina en dicha fuerza laboral, por apenas diez puntos porcentuales, podría agregar $700 mil millones al PIB de la India hasta el año 2025. Y, para ello se requiere eliminar uno de los principales obstáculos al logro de este objetivo: los servicios de transporte defectuosos.

Astha (nombre cambiado), una maestra de 35 años que trabaja en la capital del distrito de Jhunjhunu, en el Estado de Rajasthan, es una de las maestras más jóvenes en ser nominada para ascender al cargo de directora de escuela. Sin embargo, aceptar la promoción significaba trabajar más lejos de su hogar. Ella sí aceptó y tomó el nuevo puesto de trabajo, pero se dio cuenta que el viaje al nuevo lugar de trabajo era difícil e inseguro, ya que tenía que partir muy temprano en las mañanas, y debía caminar 1,5 a 2 kilómetros todos los días. A los dos meses de asumir su nuevo cargo, debido a que no podía depender de ser acompañada por miembros de la familia a la estación de autobuses todos los días, dejó el trabajo y regresó a un puesto de menor categoría en una escuela cercana a su hogar. La falta de transporte confiable la llevó a renunciar a esa oportunidad.

Según la Oficina Nacional de Encuestas por Muestreo, más del 60% de los hogares rurales y urbanos utilizan los autobuses como su principal medio de transporte público, seguidos de los rickshaws – una especie de moto taxis que también denominados tuk tuks – los ferrocarriles y los bicitaxis. Si bien hemos progresado mucho en cuanto al alcance y cobertura en lo que respecta a las redes de autobuses y trenes, la red de transporte puerta a puerta de la India aún es dispersa y poco confiable. Desafortunadamente, las mujeres que trabajan son las más afectadas por el servicio inadecuado.

Cuando no se dispone de un transporte público seguro y eficiente, las mujeres normalmente se conforman con trabajos peor pagados cerca de casa. Esto se refleja en la distancia que las mujeres viajan por trabajo en áreas urbanas. En Bangalore, por ejemplo, la distancia promedio de viaje diario al trabajo para las mujeres es de poco más de una milla, mientras que los hombres viajan el doble de distancia para llegar a sus trabajos. En Delhi, el 75% de las mujeres trabajan dentro de un radio de tres millas de su hogar, mientras que el 75% de los hombres trabajan dentro del radio de las ocho millas.

El mayor obstáculo para el transporte de mujeres en la India radica en lo que los planificadores denominan el problema de la primera y última milla: llegar y salir de la estación, una preocupación que Astha conoce bien. Si bien este problema es una característica de cualquier red de transporte, en los países en desarrollo este problema agrega más restricciones de tiempo, costo y seguridad a cada viaje. En Delhi, por ejemplo, la primera y la última milla constituyen el 41% del tiempo total y el 47% del costo total del viaje.

Claramente, las consecuencias del desafío primera última milla son profundas – no sólo para las mujeres, sino también para la economía de la India. Entonces, ¿cómo pueden los planificadores mejorar el transporte para conseguir que más mujeres trabajen?

Sólo hay una respuesta convincente: mejores auto-rickshaws. India tiene más vehículos de tres ruedas que cualquier otro país, y cada día, millones de personas son llevadas por calles estrechas y tráfico congestionado en estos carros fáciles de maniobrar. Sin embargo, los rickshaws de la India no han evolucionado en los últimos 50 años para satisfacer las necesidades de los pasajeros o de los conductores. Están mal distribuidos, son inseguros y no están preparados para el futuro. Para resolver los desafíos de movilidad urbana de las mujeres, necesitamos un vehículo completamente renovado que sea eléctrico, compartido, seguro e “inteligente”.

El transporte de las mujeres de la India se caracteriza por el “encadenamiento de viajes”. Hacen viajes más cortos y más frecuentes que los hombres, y sus viajes a menudo implican más paradas, para hacer recados, comprar, recoger a los niños de la escuela, etc. Esto aumenta su dependencia en el transporte de primera y última milla. Sin embargo, la mayoría de los rickshaws que operan en la India hoy en día son desorganizados y recorren sólo las rutas más concurridas y lucrativas.

Con las innovaciones correctas en tecnología y políticas, podemos poner orden en la naturaleza dispersa de la flota de auto-rickshaws de la India y cerrar la brecha entre la oferta y la demanda. Por ejemplo, mediante aplicaciones para celulares para llamar a servicios de transporte y plataformas de reserva se podría lograr que se equipare de manera eficiente la demanda de pasajeros con el suministro de rickshaws, al igual que con servicios bien orquestados de provisión de pasajeros a las redes de autobuses y ferrocarriles. Las políticas que fomentan que se compartan viajes podrían también multiplicar la capacidad de la flota.

En términos de seguridad, es necesario considerar tanto los accidentes como el crimen o el acoso. Para empezar, casi el 40% de todos los accidentes que involucran a estos vehículos hacen que se vuelquen. Y, un estudio en Delhi mostró que el 51% de las mujeres habían sufrido algún tipo de acoso mientras usaban el transporte público y el 42% mientras lo esperaban.

Necesitamos innovaciones en los sistemas de prevención de accidentes y otras tecnologías que harían de esas tecnologías una característica de los vehículos de tres ruedas de bajo costo. La tecnología también puede ayudar a conectar los nodos de transporte y los vehículos a los sistemas policiales y médicos, reduciendo sustancialmente los tiempos de respuesta para los servicios de emergencia.

La seguridad contra el crimen, por otro lado, necesita un ecosistema conectado e inteligente con auto-rickshaws en su núcleo. Los rickshaws equipados con sistemas GPS podrían permitir a los pasajeros compartir datos de ubicación en tiempo real con familiares o amigos. Un sistema de alerta SOS obligatorio daría a los pasajeros y conductores un medio para pedir ayuda, independientemente de si llevaban un teléfono móvil. Por regulaciones gubernamentales ya se requiere botones de pánico en taxis, autobuses públicos y otros transportes públicos; requerir la instalación de estos botones en los rickshaws es el siguiente paso lógico.

Por último, pero no menos importante, necesitamos que estos vehículos rediseñados estén listos para el futuro. La contaminación del aire es una bomba de tiempo: 14 de las 15 ciudades con la mayor concentración de partículas finas en el mundo se encuentran en India, lo que subraya la urgencia de cambiar a vehículos de baja emisión de carbono que funcionan con baterías.

Cuando las mujeres puedan transportarse al trabajo de manera conveniente, eligiendo un medio de transporte asequible, sin temor a acoso o abuso, la India habrá llegado a su destino. Las mujeres con talento como Astha nunca tendrán que elegir entre un trabajo que aman y un viaje hacia el trabajo que detestan. Las mujeres de la India necesitan opciones asequibles, seguras y confiables para ayudarlas a superar el problema de la última milla. Un rickshaw reimaginado pudiese ser el ticket para ello.

Kasturi GVL, a One Young World Ambassador from India, is Associate Director at Ola Cabs, a mobility company based in Bengaluru. Traducción del inglés: Rocío L. Barrientos.

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