Las once lecciones de Cabinda

El ataque al autobús que transportaba al equipo de Togo que se dirigía al enclave de Cabinda para disputar la Copa de África de naciones por parte del Frente de Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC) suscita varias reflexiones.

1. La primera se refiere al impacto mediático, y por tanto político, del fútbol. Si el FLEC hubiera atacado al ejército angoleño y hubiera matado a diez soldados, nadie habría hablado del tema. El hecho de que fuera atacado un autobús de jugadores togoleses le permitió tener un impacto incomparable. Ahora todo el mundo conoce el enclave de Cabinda, desconocido por casi todos hasta entonces. La visibilidad del deporte lo hace muy atractivo para todos quienes quieren que se hable de ellos, para bien o para mal.

2. Algunos sacarán la conclusión de la incapacidad de África para organizar una competición deportiva de primer orden. ¿Era necesario mantener la celebración de la Copa de África?Anularla habría supuesto una victoria para el FLEC. No hay que recompensar a los asesinos.

3. ¿Hay que mantener la celebración de la Copa del Mundo en Sudáfrica? La comparación entre Angola y Sudáfrica no sirve. No hay movimientos armados que luchen contra el poder en Sudáfrica y, si existe un problema de violencia, se trata de delincuencia urbana y no de violencia política.

4. Por el contrario, vista la importancia mediática del deporte, sean unos JJ. OO. o un Mundial, en la actualidad cualquier competición deportiva de primer orden se convierte en objeto del deseo de los terroristas. Y eso no es prerrogativa de África.Lo vimos en el asalto armado contra el equipo de cricket de Sri Lanka en Pakistán en marzo del 2009. Los Juegos de la Commonwealth en India en otoño se celebrarán bajo extraordinarias medidas de seguridad. ¿Hay que recordar que en el 2004, en los JJ. OO. de Atenas, la delegación más importante fue la de la OTAN porque se temía una amenaza terrorista?

5. Ha habido un debate en Togo entre los jugadores, en estado de shock y que inicialmente querían volver a casa y que luego tomaron la decisión de jugar para honrar así la memoria de los asesinados, y el Gobierno, que les ordenó volver. Todo en el marco de las elecciones presidenciales que celebrar en febrero. El presidente Faure Gnassingbé, que llegó al poder tras un golpe de Estado constitucional después de la muerte de su padre, el dictador Eyadema, se enfrenta a un auténtico desafío. El francotogolés Kofi Yamgnane, ex ministro de Mitterrand, es su opositor. Existe un intento de utilización política de estos sucesos trágicos por un gobierno en problemas. Y esta utilización no ha funcionado.

6. ¿El FLEC es un movimiento de liberación nacional? No hay que hacer mucho caso a los nombres. El enclave de Cabinda, separado del resto de Angola por una franja de territorio de la República Democrática de Congo, era gestionado por los portugueses de modo unificado con el resto del territorio angoleño. Tras la independencia, los dos territorios se unieron. Después de 1975, la guerra civil opuso el MPLA marxista al FNLA de Roberto Holden, vinculado a Zaire y a la Unita de Jonas Sabimbi, con conexiones con la Sudáfrica del apartheid. La paz no llegó a Angola hasta el 2002. La guerra civil fue financiada en gran parte por el petróleo y los diamantes. En el 2006 se firmó un acuerdo con el FLEC.

7. Cabinda produce el 60% del petróleo angoleño, por tanto se trata de un movimiento secesionista destinado más a apoderarse de las rentas del petróleo que a esgrimir los derechos nacionales. Estamos ante el típico caso en que la voluntad de hacer nacer un país independiente no está vinculada al reconocimiento de los derechos nacionales sino al deseo de aprovecharse de las materias primas. Secesión y descolonización no son la misma cosa.

8. Es cierto que las autoridades angoleñas han querido hacer disputar partidos en Cabinda para mostrar que la situación estaba normalizada y que controlaban el conjunto del territorio nacional. Y con el atentado se ha producido un efecto bumerán terrible.

9. El portavoz del FLEC ha hablado de estado de guerra y ha dicho que en la guerra todo vale. Estaba en Luxemburgo en el momento del atentado y, al parecer, vive en Francia. Pero atacar un autocar de jugadores de fútbol que no tienen nada que ver con el conflicto es simplemente terrorismo y por tanto ese portavoz efectúa apología del terrorismo. ¿Se le dejaría hablar así si dijera ser de la yihad? ¿Es menos grave el terrorismo si afecta a África?

10. La época en que el FLEC podía tener apoyos extranjeros ha pasado. La guerra fría ha acabado, el apartheid está desmantelado, las grandes potencias y las grandes compañías petroleras no tienen ningún interés en jugar la carta separatista, ya que mantienen excelentes relaciones con Angola y quieren conservarlas.

11. En Cabinda, la población local apenas se aprovecha de los beneficios del petróleo. No es una situación única, pero tampoco es satisfactoria. Angola debe reprimir al FLEC, pero también atacar las raíces sociales que lo legitiman a los ojos de parte de la población de Cabinda.

Pascal Boniface, director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París .