Lo que pasa en España

¿Alguien es capaz de explicarse qué es lo que está pasando en España, donde vivimos una situación de golpe al Estado desde octubre del año pasado y de pregolpe desde varios meses antes? El golpe de Estado anterior se cortó radicalmente y nadie consideró que entrar en el Parlamento gritando y con una pistola en la mano fuera un hecho no punible, por ser, por ejemplo, un hecho teatral, aunque, eso sí, de muy mal gusto. Puestos a buscar excusas se pueden buscar, hasta considerar que fuera una broma pesada o una locura pasajera. Pero no. Como es lógico y natural, desde el primer segundo no cupieron interpretaciones posibles. Sin embargo, hay una gran diferencia con el actual, en el que estamos desde hace nueve meses –con interrupción provisional del 155–, viviéndolo en directo, liderado, organizado, promovido, patrocinado y ejecutado por el propio poder constituido y los partidos que le soportan, que además, gracias a la Constitución, puede presidir la Generalidad y, para más inri, representa al propio Estado y a sus leyes.

No solo esto, sino que el propio Parlamento regional, el anterior y el actual, quiebra, transgrede, incumple y desafía todos los días la ley y la constitución –«aunque no sea delito»–, pero, eso sí, un referéndum, una solemne declaración de independencia, aún en vigor y sin derogar, que yo sepa, y de proclamación de la República catalana son solo un chiste.

Más aún, el anterior presidente de la autonomía, huido de la Justicia, y el actual, con el auspicio del anterior, han retado inadmisiblemente al Jefe del Estado y al Gobierno de la nación, en su solemne discurso en el Parlamento autonómico, así como en su toma de posesión, y ahora en Tarragona y Gerona. ¿Cómo se van a restituir las ofensas, ataques, amenazas, vejaciones, «sean delito o no», al Rey, que es el Jefe del Estado que nos representa, y ofenden a todos los españoles? ¿Debemos llamar a Francia o a Alemania para que nos enseñen lo que hay que hacer ante tamaña provocación? Debe de ser que se ha vuelto «loco» unas horas solo, y casualmente cuando sale en los medios nacionales e internacionales, o actúa institucionalmente. Basta de bromas... A ningún otro español se nos pasa una, cuando nos ponen solo una multa de tráfico, lo cual me parece bien.

Solo hay una cosa buena –dentro de la enorme gravedad de la situación–, y es que todos los españoles hemos descubierto el engaño masivo en el que hemos estado viviendo: cómo se ha hecho un adoctrinamiento desde hace décadas de los más desprotegidos, cómo se ha inoculado una enseñanza perversa a los escolares, cómo se han utilizado los medios y comprado voluntades para conducir a la sociedad, cómo ha fluido el dinero para incentivar a tantas organizaciones –«embajadas» para adoctrinar internacionalmente, siempre con dinero de todos los españoles– y cómo se ha manipulado sigilosamente y con amenazas. Nada que ver con una respetable ideología que quiera convivir en un Estado de Derecho, por mucho que no se esté de acuerdo con ella.

Descubierto está el plan de rebelión, reconfirmado por los autores todos los días, jactándose de ello.

No caben más contemplaciones. Al anterior y al actual Gobierno de la nación, o al que venga, se le acabó y se le ha acabado el tiempo de la dilatación e «interpretación», puesto que no existe «interpretación» ninguna a este golpe institucional al Estado.

¿Alguien imagina hoy mismo, sin atajar, esta situación tan grave en el Algarve, en Portugal, o en Baviera, en Alemania? No hay palabras.

Amalio de Marichalar, presidente del Foro Soria 21 para el Desarollo Sostenible.

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