Los civiles en el conflicto de Gaza de 2014

El pasado mes de mayo, once antiguos jefes de Estado Mayor, generales, oficiales y funcionarios de alto rango de siete países visitamos Israel para llevar a cabo una misión de investigación sobre el conflicto de Gaza que tuvo lugar en el verano de 2014. Fuimos el primer grupo de oficiales de alto nivel en visitar el país tras la Operación Margen Protector y obtuvimos un nivel de acceso en el Gobierno y en el Ejército de Israel nunca antes otorgado a un grupo similar.

Éramos conscientes de las denuncias formuladas por algunos gobiernos, por la ONU, por algunas organizaciones de derechos humanos y por diversos medios de comunicación, de que la actuación de Israel en Gaza estuvo fuera de la ley que regula los conflictos armados. Tras un examen detallado, nuestros hallazgos nos llevan a la conclusión opuesta. Israel trató de evitar el conflicto. La guerra que finalmente se vio obligado a luchar contra Hamas fue legítima y necesaria para defender a sus ciudadanos y para proteger su territorio.

Los ataques con cohetes por parte de Hamas iban dirigidos deliberada e indiscriminadamente contra centros de población civil israelíes, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén. Hamas también construyó un considerable número de túneles que penetraban más allá de la frontera entre Gaza e Israel, y en muchos casos emergían cerca de comunidades civiles israelíes. Estos túneles fueron diseñados, al menos en parte, para atacar, matar y secuestrar a civiles israelíes. Tanto los ataques con cohetes como los túneles constituyen crímenes de guerra. Además, Hamas situó a sus fuerzas militares, y almacenó su armamento, dentro de las comunidades civiles de Gaza –incluyendo escuelas, hospitales, mezquitas e instalaciones de la ONU, desde las que llevaron a cabo ataques.

Las leyes que regulan los conflictos armados no sólo prohíben el uso de escudos humanos, también exigen que las fuerzas contendientes aseguren que sus civiles son evacuados físicamente de las zonas de combate. Sin embargo, hay casos documentados en los que Hamas forzó a civiles a permanecer o regresar a los lugares donde las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iban a atacar.

Los esfuerzos humanitarios de Israel para reducir el sufrimiento de la población civil en Gaza estuvieron a menudo muy por encima de las exigencias de los Convenios de Ginebra. Estas medidas también socavaron, hasta cierto punto, la eficacia de las operaciones de la FDI, interrumpiendo la acción militar y, por lo tanto, permitiendo a Hamas reagruparse y reponerse. Pero a pesar de todas las precauciones llevadas a cabo por las FDI, se estima que más de 2.000 personas murieron en Gaza durante el conflicto. Sobre la base de un análisis exhaustivo de las informaciones vertidas por fuentes de libre acceso, así como por fuentes de la inteligencia secreta, el Ejército israelí nos informó de que más de la mitad de los declarados muertos eran combatientes de Hamas y de otros grupos armados –una cifra mucho más alta que la comúnmente afirmada por la ONU, que ha elaborado su propia evaluación utilizando fuentes de Hamas.

En la guerra, como en todas las facetas de la vida, se cometen errores, incluyendo errores de juicio, confusión y fallos técnicos. A veces los soldados actúan individualmente y de forma ilegal contra las directrices militares, violando las normas que rigen el enfrentamiento armado y demás leyes militares. Estos hechos ocurrieron también entre las filas de las FDI durante el conflicto de Gaza, como sucede en todas las fuerzas militares. Hemos sido informados por el Fiscal General de las FDI que, cuando existen indicios de transgresiones y errores, estos casos están sujetos a una rigurosa y transparente investigación, y si es necesario, son objeto de procesos penales.

Nuestras conclusiones generales nos llevan a afirmar que, durante el trágico conflicto en Gaza, Israel cumplió con un nivel de observancia razonable de las leyes que regulan los conflictos armados, y en muchos casos, superó significativamente ese nivel. Cada uno de nuestros propios ejércitos está comprometido, por supuesto, a proteger vidas civiles durante el combate. Pero ninguno de nosotros conoce a ningún ejército que tome tan exhaustivas medidas, como las que tomaron las FDI el pasado verano, para proteger las vidas de la población civil en tales circunstancias.

Klaus Naumann, general alemán y expresidente del Comité Militar de la OTAN.


TAMBIÉN FIRMAN ESTE ARTÍCULO G. TERZI, EXMINISTRO DE EXTERIORES DE ITALIA; GENERAL V. CAMPORINI, EXJEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA DE ITALIA; ALMIRANTE J. M. TERÁN, EXJEFE DEL ESTADO MAYOR CONJUNTO DE ESPAÑA; P.-R. PROSPER, EXEMBAJADOR DE LOS EE.UU. PARA CRÍMENES DE GUERRA; R. BARDAJÍ, EXASESOR DE SEGURIDAD NACIONAL DEL GOBIERNO DE ESPAÑA; TENIENTE GENERAL D. DEPTULA , EXCOMANDANTE DE LA FUERZA AÉREA CONJUNTA PERMANENTE ESTADOUNIDENSE EN EL COMANDO DEL PACÍFICO; GENERAL DE DIVISIÓN J.MOLAN, EXJEFE DE OPERACIONES EN EL CUARTEL GENERAL DE LAS FUERZAS MULTINACIONALES EN IRAK; CORONEL E. RAMÍREZ, EXJEFE DE SEGURIDAD DE COLOMBIA; CORONEL V. ALCÁZAR, EXOFICIAL DE ALTO RANGO EN LA FUERZA AÉREA DE EE.UU. EN IRAK Y AFGANISTÁN, Y EL CORONEL R. KEMP, EXCOMANDANTE DE LAS FUERZAS BRITÁNICAS EN AFGANISTÁN.

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