Para cambiar cualquier comportamiento nocivo, primero se tiene que reconocer que es dañino. Por eso, para transformar los estereotipos que fomentan la violencia contra las mujeres, es indispensable que los hombres reflexionen sobre sus conductas y vean que el acoso sexual contra las mujeres no es normal. Muchos de ellos no entienden aún el problema, y eso debería de cambiar.
La violencia sexual que vivimos las mujeres diariamente en las calles, en las plazas, en los mercados y en el transporte público, por mencionar algunos espacios, es una violación a nuestros derechos humanos pues limita nuestra autonomía, libertad de tránsito y desarrollo.
En México, una de cada tres mujeres hemos experimentado algún tipo de violencia sexual en espacios públicos y siete de cada 10 agresiones contra las mujeres que ocurren en la calle son de tipo sexual: piropos groseros u ofensivos, intimidación, acecho, abuso sexual, violación e intento de violación. Los hombres también pueden ser víctimas de acoso sexual, pero en la gran mayoría de los casos son los hombres quienes acosan a las mujeres.
Para contribuir a la prevención de este problema, ONU Mujeres, junto con otros aliados, decidimos lanzar una campaña de comunicación dirigida a hombres para explicar qué es el acoso sexual en los espacios públicos y hacer un llamado a que dejen de hacerlo.
“Dejemos de hacerlo” es una propuesta enfocada en promover conversaciones entre hombres para que identifiquen y reconozcan las distintas formas de acoso sexual que se manifiestan con mucha frecuencia en los espacios públicos, y para que reconozcan que en algún punto de sus vidas pudieron haber acosado.
La campaña —creada junto con el gobierno de Nuevo León, el municipio de Guadalajara, el Instituto Nacional de las Mujeres, la agencia de publicidad J. Walter Thompson México y la compañía de investigación KANTAR— está dirigida a hombres de entre 18 a 35 años, usuarios de los espacios públicos.
Antes de diseñarla se hicieron diversos grupos focales, solo con hombres, para entender de qué forma se podían sentir más identificados con el mensaje que se quería transmitir. Los resultados nos mostraron que los entrevistados no llegaban a distinguir con claridad los conceptos de violencia sexual y de acoso sexual, ni sabían qué conductas los constituyen. También se deslindaban y rechazaban cualquier iniciativa que tenga que ver con igualdad de género o para eliminar la violencia contra las mujeres.
De igual manera, quedó claro que las formas de acoso sexual más graves (tocamientos, arrimones, enseñar los genitales, masturbarse) eran identificables, pero no aquellas de menor intensidad (chiflidos, piropos, miradas), que incluso llegaban a considerar “normales” o “inofensivas”.
Para la mayoría de entrevistados, un acosador es una persona con bajo nivel educativo, de un estrato económico bajo o una persona con alguna enfermedad mental: ninguna característica con la que se puedan identificar.
Los grupos focales también señalaron que la única manera en que los hombres escuchan los mensajes es cuando se los dan otros hombres.
“Dejemos De Hacerlo” es parte del trabajo de ONU Mujeres para prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, y de las acciones del Programa global de Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas que hemos implementado en cinco ciudades en México.
Desde ONU Mujeres sostenemos que esta tarea debe realizarse desde todos los actores de la sociedad o de otra forma no lograremos la igualdad. Así como las instituciones juegan un papel fundamental en la prevención, atención y sanción del acoso sexual, los hombres son agentes indispensables para el cambio social y deben ser involucrados en la discusión no solo para que comprendan la importancia y los beneficios de la igualdad, sino para que se vuelvan parte activa de ella.
Belén Sanz Luque es representante de ONU Mujeres en México.