Los ingredientes del éxito

Hace pocos días Víctor Morlán, secretario de Estado de Infraestructuras, rubricaba el trazado definitivo del túnel urbano del AVE entre Sants y la Sagrera, una vez superada la preceptiva declaración de impacto ambiental. El próximo mes de julio, el Consejo de Ministros debe ratificar el trámite encargando al gestor de infraestructuras Adif su licitación. Una vez aclaradas las dudas sobre el paso del AVE por el centro de Barcelona y confirmado el trazado, cabe preguntarse entonces si es viable y prudente el paso del AVE rozando metafóricamente los cimientos de la Sagrada Familia.

La respuesta es rotundamente afirmativa en cuanto a la viabilidad. Sí, se puede, siempre que puedan asegurarse tres ingredientes fundamentales: un conocimiento exhaustivo del terreno, una correcta solución constructiva y una perfecta ejecución de la obra que no comprometa la seguridad. En este sentido existen innumerables avales.

Centenares de kilómetros de túneles urbanos han sido perforados con éxito por debajo de calles, edificios, cursos fluviales y, como en el caso del túnel del Canal de la Mancha, incluso mares, atravesando terrenos de las características más variadas. Hasta el propio entorno de la Sagrada Familia puede servir como ejemplo de ello. El trazado de las líneas del metro 2 y 5 no parece haber afectado negativamente al templo; sin embargo, hay que matizar que el terreno que les sirve de soporte difiere del que habrá de perforar el trazado del AVE, a mayor profundidad, con diferentes características geológicas y geotécnicas y por debajo del nivel freático.

En cuanto a si es prudente el paso del AVE por el monumento de Antoni Gaudí, hay opiniones encontradas. Una sola grieta, aunque no comprometiera la estructura ni la seguridad del edificio, sería vista como un rotundo fracaso por unos o como una simple contingencia por otros. Actualmente se estudia la realización de una pantalla que proteja la Sagrada Famí- lia de la subsidencia que provocará la construcción del túnel. Esa es la solución que se piensa adoptar para minimizar el riesgo de que el templo expiatorio resulte afectado. Una solución conocida, válida y probada en otros lugares. A pesar de ello, y como reconoce cualquier técnico en la materia, el riesgo cero no existe.

En las quinielas, uno puede anular el riesgo gastando un dinero extra en un triple para asegurar el acierto. Pero una quiniela repleta de triples no es viable, ya que el coste será superior al premio. En el caso de la Sagrada Família, y por extensión de todo el trazado urbano, son imprescindibles al menos tres triples para asegurar el éxito. Tal y como comentaba más arriba, el primero debe venir avalado por un conocimiento exhaustivo del terreno; el segundo, por una correcta solución constructiva, y el tercero, por una perfecta ejecución de la obra. Los geólogos tenemos que definirnos sobre el primer triple exigiendo el máximo nivel de compromiso.

Los estudios geológicos realizados debidamente otorgan un cuerpo de conocimiento suficiente para predecir y prevenir las características del terreno y su comportamiento. Sin embargo, parece que algunas veces solo seamos capaces de aplicar el remedio a posteriori, cuando ya nos encontramos delante del problema. Curiosamente, el gasto en estudios geológicos se incrementa sistemáticamente cuando el problema es ya una realidad. ¿No sería mejor invertir antes de que apareciera el problema? De todos modos, es de justicia reconocer que la Administración ha aprendido de los errores y se está dotando de las herramientas adecuadas para subsanar deficiencias en este sentido. La creación y asignación de recursos del Institut Geològic de Catalunya y el incremento sustancial de las partidas destinadas a estudios, sondeos y ensayos por parte de empresas públicas así lo demostrarían.

El conocimiento geológico del entorno de la Sagrada Familia es claramente mejorable a partir del estudio informativo, y el Adif se está ocupando de ello en la fase de proyecto, asesorado por prestigiosos profesionales y académicos. Esto de por sí indica que se está en el camino correcto. La contrapartida, quizá, es el precio que debe pagarse por ello en forma de retrasos. No es baladí que el propio Víctor Morlán reconociera que el reciente aplazamiento pretende garantizar la seguridad en la construcción del trazado, especialmente en los túneles que atravesarán los centros de Barcelona y Girona.

EL Collegi de Geòlegs de Catalunya ha adquirido un compromiso público en la valoración y evaluación técnica de aquellos aspectos del proyecto en los que los geólogos son competentes, colaborando con las partes implicadas, en el bien entendido de que lo que se pretende es arrimar el hombro ante del reto que supone la llegada de la Alta Velocidad a Barcelona y su enlace con la frontera francesa. El éxito es posible con exigencia, rigor, conocimiento y... paciencia.

Joan Escuer, presidente del Col.legi Oficial de Geòlegs de Catalunya.