Los orígenes de la Academia de Televisión

En el número de ABC correspondiente al domingo 29 de enero he leído con interés la información que firma H. Cortés sobre los veinte años de la Academia de Televisión, bajo el título «Me encantaría que en dos años tuviéramos un Consejo Audiovisual». Con la maestría que le caracteriza, Campo Vidal cuenta una fundación de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España que no es exacta, pero que da a entender sus méritos y trabajos para el nacimiento de la misma.

Pues bien, siendo muchos y muy importantes los méritos de Campo Vidal en su trayectoria profesional (nadie le podrá quitar el acierto de haber sido el primero en moderar –y bien– un debate en directo en televisión entre un presidente de Gobierno y el candidato con más posibilidades de derrotarlo: el célebre cara a cara entre Felipe González y José María Aznar, logrado para Antena 3 TV por el tesón y buen hacer de Antonio Asensio, en aquel entonces presidente de la cadena), en esto de la fundación de la Academia de Televisión no tuvo nada que ver. La idea de fundarla fue de quien firma estas líneas, en aquel entonces secretario general de Antena 3 TV. La Cadena Ser, propietaria y organizadora de los premios Ondas, nos había prometido un Ondas a un programa de Antena 3, que sin duda se lo merecía. Días antes de anunciarse el fallo, se me comunicó que no nos lo darían porque las relaciones entre A3 y el grupo Prisa habían vuelto a ser tirantes. Eran tiempos en los que el trato entre Asensio y Jesús de Polanco pasaba del rosa al negro por culpa de los legítimos intereses empresariales entre ambos que no viene al caso recordar, pero que cualquier interesado podrá encontrar en las hemerotecas.

Cuando me comunicaron la negativa a darnos el premio estaba reunido en mi despacho con Rafael Anson, en su calidad de asesor de comunicación de A3TV, y con mi hermano Ramón (Moncho) del Corral, director de Comunicación del Banco CentralHispano, accionista de la cadena. Di un puñetazo en la mesa, solté un taco y dije: «Se acabó. Vamos a crear la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España para que otorgue los premios anuales del medio, y no una empresa privada de radio». Dicho y hecho: pedí al corresponsal de A3TV en Estados Unidos que me enviase los estatutos de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, de Hollywood; Moncho encargó los Estatutos a Fernando Peña, primer secretario de la institución durante varios presidentes, y Anson se ocupó de toda la intendencia y estrategia para que echase a andar el nasciturus. A partir de ahí ofrecimos a Jesús Hermida, miembro de la plantilla de A3TV, que aceptase la presidencia en funciones, cosa que hizo encantado; convocamos a destacadas y veteranas figuras de la televisión a una reunión en un restaurante de la calle Serrano, a quienes les explicamos los planes, les dimos los Estatutos ya registrados y cuya firma de constitución lleva la firma de Ramón del Corral; les invitamos a entrar como miembros fundadores, se nombró una gestora y se fijó una fecha para celebrar elecciones de la que saliese una junta elegida por procedimientos democráticos. Hermida encabezó una primera lista de la que yo no quise formar parte porque consideré que mi idea estaba en marcha y mi trabajo terminado. Cuando todo parecía abocarse a una sola candidatura, Antonio Mercero apareció con otra. Hermida pactó una lista única, con Antonio como presidente, como así fue. Luego vinieron Ignacio Salas y Campo Vidal. Todos engrandecieron la criatura, pero no lograron nuestra idea fundacional, que era y es incorporar plenamente las televisiones privadas al quehacer de la institución, siguiendo el modelo de éxito de la academia norteamericana de cine. La Academia de Televisión sigue siendo un lugar de buenos profesionales, pero que vive de espaldas a la industria e ignorada por esta, a pesar de que contribuyó a su financiación.

De todo esto que escribo con el único fin de que resplandezca la verdad pueden dar fe muchas personas que aún viven, entre ellas Rafael Anson y Fernando Peña, porque, desgraciadamente, Moncho del Corral y Jesús Hermida ya no están entre nosotros.

Jorge del Corral y Díez, periodista. Fue impulsor de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España.

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