Los pacientes deben decidir

En el año 2009, ante los constantes ataques a los que se veía sometido el sector sanitario privado, escribí un artículo bajo el título de «En defensa de la sanidad privada». En 2010, hartos de los constantes agravios e injurias a los que éramos sometidos, los principales grupos hospitalarios y aseguradores, acompañados de otros agentes representantes de la iniciativa privada en sanidad, pusimos en marcha el Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS) con la misión de poner en valor la aportación del sector sanitario privado ante la sociedad y la visión de promover un sistema sanitario integrado que pusiera a disposición de la población todos los recursos del sistema público y privado. Estamos asistiendo, nuevamente, a una campaña de desprestigio exacerbado por parte de medios de comunicación afines a sectores próximos a determinadas ideologías contra el sector sanitario privado. Entiendo y respeto que desde un punto de vista ideológico se pueda mantener el criterio que uno crea, pero no creo que la demagogia y la desinformación a la población, jugando con los miedos de todos aquellos que no pueden elegir salir del sector público, deban ser la forma de defender estas posturas. Me parece excesivo

El argumentario para justificar tales embestidas, a diferencia de hace diez años, cuando existía una sanidad privada mucho menos organizada, en la actualidad es siempre el mismo: dado que el objetivo final es tratar de desprestigiar al sector privado, no reparan en llevarse por delante, si es preciso, el prestigio del sector público. Empiezan todos los artículos y reportajes describiendo una serie de sucesos o experiencias horribles en el sector sanitario público, relacionadas con listas de espera imposibles, existencia de cualquier tipo de descuido en las instalaciones (incluidos todo tipo de insectos y animalillos) y cosas similares, mezclado con declaraciones de agentes que representan supuestamente intereses en la defensa del sector sanitario público -o mas bien la desaparición del sector privado, por eso de igualar a todos por abajo a costa de fulminar la competencia- para acabar echando la culpa a unos recortes o a una baja inversión en el sistema sanitario público para engordar, a costa de privatizaciones o incremento de las listas de espera, a las multinacionales sanitarias privadas. Simplemente patético

Afortunadamente, en esta última década y desde el IDIS se ha hecho un esfuerzo ímprobo por poner de manifiesto de forma objetiva, con datos reales, la aportación del sector sanitario privado desde todas los puntos de vista, y además la provisión sanitaria privada ha mejorado de forma notable tanto su calidad asistencial como la inversión tecnológica o el acceso a la innovación, superando en algunos aspectos al propio sector público. Por tanto, ahora el sector está mucho más preparado, y todos estos ataques quedan en entredicho con facilidad.

Los datos de la aportación sanitaria privada al sector sanitario están ahí desde hace años, y como quien no quiere verlos no lo va a hacer, por mucho que se repita, no me extenderé más que en decir tres cosas. Primero, que las multinacionales en el sector -de las cuales tampoco hay que por qué pensar que vayan a aprovecharse a costa de la salud de sus clientes, al igual que ocurre en otros muchos sectores diferentes al sanitario- son una minoría, y la gran parte son empresarios nacionales que quieren que exista un sector sanitario público lo más competitivo posible. Segundo, que, como sector empresarial, el sanitario privado emplea más de 300.000 puestos de trabajo de calidad, la mayoría indefinidos. Por último, que el sector privado no tiene la culpa de la baja inversión que los gobiernos hacen en sanidad, y que si uno piensa un poco más allá, habría que ver cómo estaría realmente si no existieran tales conciertos. En realidad, los males del sector público son única y exclusivamente responsabilidad de las administraciones públicas y del Estado, ya sea por insuficiencia de recursos o por incapacidad para gestionarlos de forma eficiente.

Más allá de intentos más o menos estériles de manipulación de la gente, en un entorno en el que el sector sanitario público forma parte de la propia administración, la sociedad civil sólo puede estar representada por la iniciativa privada y por los pacientes. La iniciativa privada trata por sus medios de poner en valor su aportación a la sociedad a través de las diferentes patronales e instituciones representativas, creadas y financiadas por nosotros mismos. Pero, realmente, los que más tendrían que decir y definir son los usuarios del sistema, representados a través de unas asociaciones de pacientes ahora ninguneadas bajo el paraguas de un paternalismo que tiene como única intención impedir que puedan obligar a implementar su voluntad. Si los pacientes pudieran decidir algo, o tuvieran alguna influencia, ¿iban a permitir las desigualdades que existen en función de dónde vivas, o las dificultades para la incorporación a la cartera de servicios de las innovaciones terapéuticas? Mejor no darles ningún protagonismo. Ni, por supuesto, ninguna ayuda para financiarlos.

Lo que no se puede soslayar es ver cómo en España eligen un seguro sanitario suplementario y voluntario más de diez millones de personas, en un entorno en el que existe una sanidad pública de alcance universal, o que más del 80 por ciento de los funcionarios, pudiendo elegir, todos los años se decantan por recibir la asistencia privada. Todo eso no es por demérito de la sanidad pública, sino por los esfuerzos que hace el sector privado para dar una asistencia de calidad a sus usuarios, para tratar de demostrar así que les puede merecer la pena hacer ese esfuerzo económico.

Flaco favor se hace a nuestra sociedad si no hay autocrítica por parte de unas Administraciones Públicas que sólo echan balones fuera, culpando de los males a quien puede ayudar a solucionarlos. Lo que está claro es que los ciudadanos eligen libremente las opciones que quieren, y a estas alturas poca gente se cree las teorías conspiratorias contra la sanidad privada.

Juan Abarca Cidón es presidente HM Hospitales.

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