Los sanitarios estamos al límite tras seis olas de Covid-19

La atención primaria siempre ha sido un actor secundario de nuestra Sanidad. Los déficits que sufría eran subsanados por el esfuerzo de los profesionales. Pero la pandemia de coronavirus está dejando en evidencia las carencias del sistema y demostrando lo importante que es el buen funcionamiento de los centros de salud.

La falta de inversión en atención primaria ha hecho que su estructura se deteriore. Los centros de salud se han quedado pequeños para los nuevos retos. La falta de previsión ha provocado que tengamos un número insuficiente de médicos. Los sanitarios sufren sobrecarga de trabajo. Sobrecarga, en muchas ocasiones, inaguantable.

Lo que está pasando hoy lo habíamos predicho muchos. Era evidente que íbamos a tener un serio problema con el recambio generacional en las plantillas de los centros de salud. Desgraciadamente, nuestros gestores sólo buscan respuestas a corto plazo y no más allá de cuatro años, que es lo que suelen durar en el puesto.

Durante la elección de plazas de médico interno residente, muchos médicos jóvenes optan por especialidades hospitalarias, relegando la especialidad de medicina de familia a los últimos puestos en sus prioridades. Valoran el prestigio del hospital en detrimento de una atención primaria cada vez más desvalorizada.

Debido a la precaria situación en España, muchos médicos están emigrando a otros países de Europa. Nuestros profesionales están muy bien valorados en las naciones de nuestro entorno, y estas les dan condiciones laborales muy buenas: estabilidad en el trabajo, menor sobrecarga asistencial y mejores retribuciones, entre otras.

Debido a los problemas antes citados, tenemos difícil el cambio generacional del personal. Las jubilaciones, muchas de ellas anticipadas por el cansancio y el desánimo de los sanitarios, superarán ampliamente durante los próximos años las nuevas incorporaciones, lo que tensionará todavía más nuestros centros de salud.

No es de recibo sustituir la labor del médico por otros estamentos debido al déficit de facultativos. Si esto ocurre, como quieren las consejerías de salud de varias comunidades, la calidad del sistema bajará, desmotivará a los sanitarios que luchan por una atención de calidad y los pacientes sufrirán el deterioro de la atención primaria.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que el 25% del gasto sanitario se destine a atención primaria. Pero el gasto medio de las consejerías autonómicas ronda el 15%, lo que provoca un serio problema en la financiación de personal y medios.

La situación de la atención primaria es crítica. Con la sexta ola, los centros de salud están colapsados. No se han dimensionado las plantillas correctamente. La contratación de médicos es pequeña, por no decir nula, mientras que otros estamentos sí se han reforzado. Las consultas médicas tienen una lista de espera inasumible.

Los pacientes reclaman, con todo derecho, que les vea su médico de familia. Pero la sobrecarga en la consulta, las numerosas urgencias, los casos de coronavirus y otras enfermedades importantes (como el paciente pluripatológico y el crónico) hacen que las consultas se demoren, aumentando el descontento de los enfermos.

Los médicos saben que podrían haber tenido una buena solución si hubieran sido escuchados. Con una buena planificación de las plantillas, este problema podría haberse minimizado y permitido afrontar esta nueva ola con garantías. Pero nuestros gobernantes han preferido no apostar por la atención primaria. Tampoco han hecho una planificación acorde con el reto que supone la pandemia.

Los sanitarios, después de seis olas, estamos cansados de tanto esfuerzo personal. Las personas a las que les toca dirigir esta situación no están a la altura de las circunstancias. Empieza a cundir el desánimo. Aunque la vocación de servicio a nuestros pacientes nos hace seguir afrontando nuestras obligaciones.

En esta sexta ola, los centros de salud están colapsados. Es criticable que, después de 22 meses de pandemia, y sabiendo que hay una población no vacunada vulnerable (los niños), no se hayan tomado medidas para reforzar nuestros centros de salud.

Tenemos unos profesionales altamente cualificados y una red de centros de salud ampliamente consolidada, lo que hace que, en muchas ocasiones, la atención primaria no sea sólo la puerta del sistema, sino también la salida. Algo que evita el colapso de las urgencias y de otras especialidades hospitalarias.

Necesitamos que se apueste de forma clara y contundente por la atención primaria. Los profesionales estamos cansados de tantas palabras y de la falta de soluciones para la difícil situación por la que pasa la atención primaria.

Estas soluciones deben ser concretas y realizables en el tiempo.

Manuel Mozota Núñez es vicepresidente tercero de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

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