Los tiburones están en peligro... y tú te los estás comiendo

¿Sabías que tú eres un depredador de tiburones? Sin saberlo es muy probable que los hayas comido. Quizá en una deliciosa torta de bacalao, una empanada de pescado o en una machaca.

En marzo de 2019, Oceana publicó los resultados de una investigación titulada #GatoXLiebre en la cual señalamos —a través de identificación de ADN— cómo algunos establecimientos comerciales en México engañan a los consumidores de pescado.

Uno de los hallazgos más preocupantes es que 11% de las especies que se ofrecen en el mercado, y que te venden como pescado, son en realidad especies de tiburones que se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN): martillo, zorro y sedoso.

A finales del año pasado también dimos a conocer los resultados de la investigación de ADN en el pescado vendido como bacalao. Más del 30% del “bacalao” que venden en establecimientos era otra especie, y en su mayoría eran tiburones. Ahí volvimos a encontrar al tiburón martillo, al zorro y al sedoso, además del toro y el de puntas de negras; todas son especies registradas en la lista de la UICN como especies amenazadas y vulnerables.

Para estas especies, así como para otras de las más de 100 que habitan los mares mexicanos, los mecanismos para garantizar su preservación son inexistentes. Mención aparte merecen el majestuoso tiburón blanco, el peregrino y el tiburón ballena, que, si bien son protegidos por leyes mexicanas que prohíben su pesca, no garantizan la preservación de sus hábitats ni regulan actividades de impacto ambiental como el turismo.

La relación de los seres humanos con los tiburones es mala. Aun cuando al año muere más gente por picaduras de abejas o mordidas de perro, que por un ataque de tiburón. La cultura popular y la industria del entretenimiento se han encargado de mostrarlos como unos asesinos despiadados. Esto provoca falta de empatía a la especie, lo cual se refleja en las nulas de medidas de protección para los tiburones.

Sin embargo, los tiburones —como los máximos depredadores marinos— son cruciales para la salud de los mares. Su existencia es fundamental pues mantienen el equilibrio ecológico y son un importante indicador de la salud de los océanos; su presencia es señal de que un ecosistema se encuentra en buen estado. Así, lo que parece una amenaza es, en realidad, una señal de vida y esperanza.

Por eso, cuando comemos pescado sin la información suficiente, promovemos inconscientemente el consumo de tiburón y dañamos nuestros mares; aun cuando no lo pidas, alguien decide que comas tiburón y te vende #GatoXLiebre.

Nuestro futuro como seres humanos está fuertemente vinculado a la salud de los océanos. Dependemos de ellos por la producción de oxígeno, la absorción de carbono, la regulación del clima y la proteína que nos brindan. Y todo eso lo ponemos en riesgo de manera constante por no estar informados sobre el pescado que consumimos.

¿Qué nos dice esto? Que en México no sólo no protegemos a las especies de tiburones amenazadas, además las comemos y quienes las comercializan mienten a los consumidores diciéndoles que es otra cosa. Así que, si has comido bacalao en México, es muy probable que ya hayas comido tiburón sin saberlo.

En este día internacional del tiburón, queremos recordar que urgen medidas de protección para las especies en mayor riesgo. Estamos en un momento donde no podemos darnos el lujo de sobreexplotar especies y llevarlas al borde de la extinción.

Los seres humanos tenemos una responsabilidad mayor, es momento de asumirnos como los guardianes de los mares y hacer grandes cosas por nuestro planeta. Una forma de hacerlo es consumir conscientemente; ahora que lo sabes, ¿permitirás que te den #GatoXLiebre o tiburón por bacalao?

Renata Terrazas es directora ejecutiva de Oceana.

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