Cuando era niño y vivía en Kano, en el norte de Nigeria, mi maestro de Corán estaba paralizado por completo de la cintura para abajo. Un muchacho con quien crecí no podía usar sus piernas. Fui testigo de esto hace 50 años, y en aquel entonces no sabía que ellos estaban paralizados debido a la poliomielitis. Este tipo de cosas eran sencillamente algo natural en la vida de Nigeria. En ese momento, nunca me imaginé que todo ese daño se hubiese evitado con una vacuna de fácil administración – es decir, si estas personas hubiesen sido inmunizadas, se hubiese evitado la parálisis.
En las seis décadas que transcurrieron desde que se creó la primera vacuna contra la poliomielitis, se ha erradicado la enfermedad en la mayoría de los países de todo el mundo. Incluso países que enfrentan importantes obstáculos – como por ejemplo en la India, que tiene una población de 1,2 miles de millones de personas, donde la pobreza está desenfrenada y la infraestructura es inadecuada – se han librado de la poliomielitis.
Nigeria es uno de los tres únicos países – junto con Afganistán y Pakistán – que continúa siendo asolado por la poliomielitis. Kano es uno de los pocos lugares en el mundo donde se registraron tres cepas distintas de la enfermedad en el año 2012.
Pero Nigeria es también uno de los países más desarrollados de África. Aún más, es el mayor receptor de inversión extranjera directa en África (largest recipient of foreign direct investment) y prósperos emprendimientos nigerianos – como por ejemplo mi empresa – han comenzado a expandirse internacionalmente. Como resultado, Nigeria pronto superará a Sudáfrica y se convertirá en la economía más grande de África.
El éxito económico conlleva mayores responsabilidades. Los nigerianos no pueden desear ser quienes lideren a Africa, ya sea económicamente o en cualquier otra forma, mientras actúan con negligencia en cuanto a la eliminación de enfermedades prevenibles como la poliomielitis.
Estoy trabajando con el gobierno nigeriano y la Fundación Bill y Melinda Gates para tomar medidas necesarias y largamente postergadas para erradicar la poliomielitis en el país. En Kano – que en la actualidad tiene una de las tasas más bajas de cobertura de vacunación rutinaria en Nigeria, con un porcentaje menor al 40% de los niños vacunados – estamos trabajando para mejorar la atención primaria de salud y para ampliar el alcance de la vacunación rutinaria. Esperamos llegar a un 80% de cobertura de vacunación básica hasta el año 2015.
Los líderes religiosos y comunitarios de todo el país ya se han unido a este esfuerzo de crucial importancia. Ahora, los gobiernos estatales y los funcionarios también deben aprovechar esta oportunidad y ayudar a garantizar que este servicio esencial de salud llegue a todos los niños.
Los proveedores de vacunas necesitan apoyo, supervisión e incentivos adecuados para garantizar que ellos se desempeñen en la forma esperada. Con demasiada frecuencia, no se vacunan a todos los niños que forman parte de una familia determinada. Con un mejor mapeo de asentamientos que se pasaron por alto, un aprovisionamiento más estable de vacunas y con sistemas de distribución mejorados, se evitarían tales descuidos y se podría llegar a vacunar a más niños.
La vacunación es una de las mejores inversiones que puede llevar a cabo un país. Si se tiene la financiación adecuada, una infraestructura sólida y un compromiso genuino de los líderes del país, todos los niños en Nigeria podrían ser vacunados contra una serie de enfermedades.
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan está decidido a erradicar la poliomielitis en mi ciudad natal y a lo largo y ancho de todo el país. Con el apoyo suficiente de los socios internacionales, los nigerianos finalmente vamos a poder lograr este objetivo.
Aliko Dangote is the founder and Chief Executive of the Dangote Group and Chairman of the Dangote Foundation. Traducido del inglés por Rocío L. Barrientos.