Los valores de España están en riesgo

Parece que no nos damos cuenta de la tela de araña que se está construyendo a nuestro alrededor y quizás el día que reparemos en ello estemos ya inmovilizados y dispuestos a ser cruelmente engullidos. En mi condición de demócrata convencido he debido aceptar para mi disgusto la formación de un gobierno de un irreconocible o distinto Partido Socialista coaligado con fuerzas populistas y neocomunistas bolivarianas que, además, para obtener una exigua mayoría, ha claudicado entregándose a grupos independentistas antisistema y filoterroristas con la única condición para unos de ostentar el poder y para otros la destrucción y desmantelamiento de España. Todo ello sin aludir a un diputado de Teruel que con su voto debe soñar que le rellenen el saco de oro para su maravillosa tierra sin reparar que desde el Falcon no se puede regar el territorio con monedas de escudo imperial.

En Foro España, donde defendemos los valores básicos universales, hemos recibido solicitudes y sugerencias de convocar a la ciudadanía a manifestarse por diversos motivos de gravedad que ya están presentando sus credenciales en el Gobierno de la nación, y siempre hemos respondido defendiendo una actitud de prudencia, pues de nada sirven acciones reivindicativas populares de corto alcance y escasa coordinación.

También en actitud expectante vamos haciendo una lista de aquellos hechos, decisiones o acciones de gobierno que poco a poco van acercándonos a un peligro inminente de la integridad del país, del respeto a nuestras instituciones básicas y a nuestras leyes y Estado de Derecho. Estamos permitiendo nombramientos, declaraciones y mesas de un supuesto diálogo humillantes, hasta la desesperación, para encender la mecha y que España explosione y se rompa en pedazos; y ahora, como una nueva vuelta de tuerca del garrote vil, han iniciado el proceso de destrucción de uno de nuestros valores más sagrados, como es el Patrimonio Nacional, que representa el cimiento de nuestra cultura y nuestra historia secular. El proceso de destitución y toma de posesión al frente del Patrimonio Nacional ha sido tan despreciable como para poder afirmar, como anécdota, que cuando antes de salir en el BOE el nombramiento y cuando el titular saliente llegó a su despacho para ejercitar el protocolo de entrega, se lo encontró ya ocupado por la nueva titular, desposeído ya de su coche, secretarias y personal de confianza. La prisa por la toma de la plaza merece una pública repulsa, pero esas son las formas que parece que el nuevo Gobierno aplica.

Y en clave de anécdotas, el representante de las Reales Academias en el Patronato del Patrimonio Nacional parece que recibió una simple llamada de no se sabe quién para comunicarle su cese por cambios en la estructura. En fin. Sin palabras.

Pues sí, dejemos a España huérfana de nuestro Patrimonio Nacional y ya no quedará ni nación, ni país, ni referencias ni, por supuesto, Corona. No quedará nada. Así de simple.

La ética y los valores esenciales del individuo nos proporcionan la llave de la convivencia en una sociedad ya de por sí convulsa y desubicada por una veloz evolución aparejada a una no menor destrucción de nuestro propio hábitat, pero si perdemos los valores de nuestra tierra, de nuestra cultura o de nuestra historia, se hundirá el suelo que pisamos y nos mantiene erguidos, perderemos el refugio de los hogares que habitamos y con ellos el alma; y lo que es peor, no nos quedará nada en lo que creer.

Hace ya tiempo que entendí lo que era clamar en el desierto, pero hoy, desde esta tribuna, quisiera hacer un llamamiento a asociaciones, fundaciones, grupos y colectivos sociales, así como a la ciudadanía en general, para que como españoles enarbolemos la defensa de aquello que es de todos, que es nuestra cultura, que es nuestra historia, como es el Patrimonio Nacional. Nuestros antepasados y todos aquellos que nos han legado con su esfuerzo y con su sangre tamaña riqueza no merecen un desprecio semejante, pues ellos, desde la historia, removerán los cimientos de nuestra estabilidad y todo se desmoronará.

No podemos permitir que nada ni nadie viole o violente aquello que es nuestro, que es de todos y simplemente lo tenemos en depósito. Debemos advertir que quien intente despojar a los españoles de su cultura, su historia y sus emociones se va a encontrar con el muro de la ciudadanía, que va a manifestar su contundente repulsa y condena. Ya sabemos cómo hacerlo y pongo mi nombre el primero de la lista. ¿Alguien más se apunta?

Mariano Gomá es presidente de Foro España de los Valores.

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