Macrodatos y nuevos macronegocios

Muchas personas creen, desde hace un largo tiempo, que si el gobierno y el sector privado acordaran compartir sus datos más libremente y permitieran su procesamiento con los análisis adecuados, podrían surgir soluciones antes inimaginables a innumerables problemas sociales, económicos y comerciales. Tal vez no sean conscientes de cuánta razón tienen.

Incluso aquellos partidarios de la filosofía de datos abiertos que más se hacen oír parecen haber subestimado la cantidad de ideas y empresas rentables que esperan a ser creadas. Más de 40 gobiernos en todo el mundo se han comprometido con la apertura de sus datos electrónicos –incluidos sus registros meteorológicos, estadísticas delictivas, información sobre el transporte y mucho más– a empresas, consumidores y el público en general. El McKinsey Global Institute estima que el valor anual de los datos abiertos para la educación, el transporte, los productos de consumo, la electricidad, el gas y el petróleo, el cuidado de la salud y las finanzas minoristas llegarían a los 3 billones de dólares.

Estos beneficios adoptan la forma de nuevos y mejores productos y servicios, así como mejoras en la eficiencia para las empresas, los consumidores y los ciudadanos. Las opciones son muchas. Por ejemplo, utilizando los datos de diversas agencias gubernamentales, la Climate Corporation (recientemente adquirida por mil millones de dólares) ha tomado 30 años de información meteorológica, 60 años de datos sobre rendimientos agrícolas y 14 terabytes de información sobre tipos de suelos para crear seguros personalizados.

De manera similar, se puede acceder en tiempo real a información sobre el tránsito y el transporte público mediante aplicaciones para teléfonos inteligentes, para informar a los usuarios cuándo llegará el siguiente autobús o cómo evitar los embotellamientos. Gracias al análisis de los comentarios en línea sobre sus productos, los fabricantes pueden identificar las características que más atraen a los consumidores y desarrollar sus empresas y estrategias de inversión en forma acorde.

Hay oportunidades en todas partes. Montones de nuevas empresas de datos abiertos se están incubando en el Open Data Institute (ODI), en Londres, que se centra en mejorar nuestra comprensión de la propiedad de las empresas, la prestación de atención sanitaria, la energía, las finanzas, el transporte público y muchas otras áreas de interés público.

Los consumidores son los principales beneficiarios, especialmente en el mercado de productos para los hogares. Se estima que los consumidores que tomarán decisiones de compra mejor informadas en los distintos sectores pueden capturar anualmente un valor de 1,1 billones de dólares. Los agregadores de datos independientes ya permiten a los clientes comparar precios entre las empresas en línea y las tradicionales. Muchos también permiten que los clientes comparen calificaciones de calidad, datos sobre la seguridad (obtenidos, por ejemplo, de informes oficiales de accidentes), información sobre el origen de los alimentos, y las prácticas ambientales y laborales de los fabricantes.

Piensen en la industria del libro. Hubo un tiempo en que las librerías consideraban sus inventarios como un secreto comercial. Los clientes, la competencia, e incluso los proveedores rara vez conocían las existencias de las librerías. En la actualidad, por el contrario, las librerías no solo informan sus existencias, sino el momento en que llegarán los pedidos de los clientes. Si no lo hicieran, quedarían excluidas de los sitios de agregación de productos que han llegado a determinar tantas decisiones de compra.

El sector de la salud es uno de los principales objetivos para lograr nuevas eficiencias. Al compartir los datos sobre los tratamientos de una gran población de pacientes, por ejemplo, los prestadores de servicios de salud pueden identificar mejor prácticas que podrían ahorrar 180 mil millones de dólares al año.

La nueva empresa respaldada por el Open Data Institute, Mastodon C, usa datos abiertos de recetas médicas para diferenciar entre medicamentos caros patentados y variedades más baratas, cuyas patentes han «caducado»; esto aplicado a tan solo una única clase de drogas podrían ahorrarle 400 millones al año al Servicio Nacional de Salud británico. Mientras tanto, los datos abiertos sobre infecciones en hospitales británicos han conducido a la publicación de tablas de desempeño hospitalario, uno de los factores principales para la reducción del 85 % de las infecciones informadas.

También hay oportunidades para evitar enfermedades relacionadas con los estilos de vida y mejorar los tratamientos al permitir que los pacientes comparen sus datos con información agregada de pacientes similares. Se ha demostrado que esto motiva a los pacientes a mejorar sus dietas, ejercitarse con más frecuencia y tomar regularmente sus medicamentos. De manera similar, permitir que la gente compare su consumo eléctrico con el de sus pares podría llevarlos a ahorrar cientos de miles de millones de dólares cada año, ni que hablar de la disminución en las emisiones de carbono.

Esa evaluación comparativa de resultados es aún más valiosa para las empresas que buscan mejorar su eficiencia operativa. Las industrias del gas y el petróleo, por ejemplo, podrían ahorrar 450 mil millones de dólares al año si compartieran datos anonimizados y agregados sobre la gestión de sus instalaciones de exploración, producción, refinamiento, logística y comercialización.

Finalmente, el cambio hacia los datos abiertos es útil para diversos fines socialmente deseables, que van desde la reutilización de investigaciones con financiamiento público para para erradicar la pobreza, aumentar la inclusión y evitar la discriminación, hasta la difusión de los impactos ambientales y los datos sobre su cadena de aprovisionamiento por empresas como Nike.

Existen, por supuesto, desafíos debidos a la proliferación y el uso sistemático de los datos abiertos. Las empresas temen por su propiedad intelectual; los ciudadanos se preocupan por el uso y el abuso de su información privada. El año pasado, Telefónica, la quinta empresa proveedora de telefonía celular en el mundo, intentó aplacar esos temores con el lanzamiento de un programa de confianza digital para asegurar a sus clientes que las innovaciones en la transparencia se implementarán de manera responsable y sin comprometer la información personal de los usuarios.

El manejo sensato de estas cuestiones será esencial si queremos cosechar los 3 billones de dólares anuales que podrían producir los datos abiertos. Los clientes, los responsables de las políticas y las empresas deben trabajar juntos, no solo para acordar estándares de análisis comunes, sino para fijar las normas básicas de protección de la privacidad y la propiedad.

Nigel Shadbolt is a founder of the Open Data Institute. Michael Chui is a partner at the McKinsey Global Institute, specializing in big data. Traducción al español por Leopoldo Gurman.

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