Más de siglo y medio velando por el orden y la ley

El pasado 13 de mayo se cumplieron 172 años de la fundación del benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, la institución española de seguridad pública más prestigiosa y antigua, con mayor demarcación territorial y número de efectivos desplegados dentro y fuera de nuestras fronteras. Son 172 años de historia ininterrumpida, desde 1844 hasta 2016, a caballo de tres siglos, en los que se han ido sucediendo toda clase de sistemas y régimenes políticos. En estos tiempos que todo es tan efímero, se trata de una proeza que no se puede entender sin conocer su razón de ser y sus orígenes, pues estos son los sólidos cimientos sobre los que se levanta una de las instituciones más valoradas por los españoles a lo largo del tiempo.

No sólo no desapareció como le ocurrió al resto de instituciones de seguridad pública de la época, sino que consiguió mantener incólume su identidad corporativa y lo que es más importante, su espíritu y sus valores fundacionales, sin dejar por ello de evolucionar y modernizarse. Todo lo cual, junto a su lealtad al poder constituido, han sido las claves de su éxito y su longevidad.

La Guardia Civil nació en el momento que España más lo necesitaba. Desde la Guerra de la Independencia todos los proyectos para crear una fuerza especial de seguridad pública de ámbito estatal, habían fracasado. El país padecía los más altos niveles de inseguridad ciudadana, mientras que las fuerzas del Ejército y de Milicias, dedicadas a la persecución de delincuentes en poblaciones y caminos, no conseguían solucionar tan grave problema.

La situación llegó a tal extremo que el propio ministro de la Guerra, Manuel de Mazarredo, dirigió el 31 de diciembre de 1843, al ministro de Gobernación, José Justiniani, una carta en la que tras exponer el perjuicio que causaba a los ejércitos la persecución de delincuentes de toda clase, en vez de dedicarse a su verdadero fin, concluía: «…, se hace preciso tratar de remediarlo, lo cual pudiera hacerse por medio de una fuerza pública que bajo dependencia inmediata del Ministerio de la Gobernación del digno cargo de V.E. y con la denominación que fuese más adecuada, se organizase convenientemente, relevase a las tropas de aquel servicio y se encargase de él en todos los pueblos, caminos y demás puntos de la superficie de la península».

Es decir, no existía entonces en España un cuerpo policial que garantizara la seguridad pública y se estaba pidiendo, exigiendo más bien, su creación. Fruto de esa imperiosa necesidad, el gobierno de González Bravo creó por real decreto el 26 de enero de 1844, en el seno del Ministerio de Gobernación, el Ramo de Protección y Seguridad. En su exposición de motivos se asumía que los lamentables antecedentes que había ofrecido el ramo de seguridad, motivaron la supresión por real decreto de 2 de noviembre de 1840, de la policía entonces existente. Pero se consideraba inexcusable que el gobierno pudiera «velar eficazmente por las personas y los bienes de todos». Consecuente con ello, se concluía que el ministro de Gobernación debía proponer, «con la urgencia que el servicio público reclama, la organización de una fuerza especial destinada a proteger eficazmente las personas y las propiedades».

Esa fuerza especial no sería otra que la Guardia Civil, al no existir entonces otro cuerpo policial de ámbito y despliegue estatal. Así, tan sólo dos meses después, el 28 de marzo, se dictó un real decreto creando el «Cuerpo de Guardias Civiles».

Tendría carácter civil y dependería de Gobernación, «con el objeto de proveer al buen orden, a la seguridad pública, a la protección de las personas y de las propiedades, fuera y dentro de las poblaciones», si bien, en cuanto a organización y disciplina, dependería de la jurisdicción militar. Comisionado el Duque de Ahumada para organizarlo, entregó el 20 de abril un detallado informe en el que expuso sus reparos. Fue tan convincente en su exposición y motivación que se le autorizó a redactar un nuevo proyecto. Éste marcaría de forma indeleble la naturaleza militar del nuevo cuerpo, frente a la civil inicialmente concebida.

El 3 de mayo el general Narváez asumió la presidencia del Consejo de Ministros y la cartera de Guerra, apoyando tan firmemente dicha propuesta que diez días después, se dictó un nuevo real decreto, verdadera partida de nacimiento de la Guardia Civil.

Tal y como comunicó entonces el jefe político de una provincia a sus alcaldes, «la Guardia Civil es el brazo de protección y seguridad que el Gobierno ofrece al hombre honrado, y lo es de persecución y de temor para el delincuente y de mal vivir».

En el CLXXII Aniversario de la Fundación de la Guardia Civil (1844-2016), cuando se cumplen 172 años velando por el orden y la ley, manteniendo el Honor por Divisa, pues una vez perdido no se recobra jamás.

Jesús Núñez, Coronel de la Guardia Civil y Doctor en Historia.

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