Mayoría absoluta inesperada en Portugal: voto útil a la izquierda y fragmentación a la derecha

El Partido Socialista (PS) portugués obtuvo ayer una inesperada mayoría absoluta de diputados (117/230, con el 41,8% de los votos; 108 en 2019). En otras palabras, la inmensa mayoría de los sondeos publicados en las dos últimas semanas, en particular los últimos del 28 de enero de 2022, daban una situación de empate técnico entre el PS, en ligero descenso, y el PSD (centro-derecha, liberal), en constante crecimiento, así como un empate técnico entre la izquierda y la derecha. La imagen que ofrecían las encuestas era, por tanto, que todo estaba abierto, pero la mayoría absoluta era un espejismo improbable; podía haber una mayoría de izquierdas en el Parlamento, que requería acuerdos para formar gobierno, o una mayoría de derechas, ídem.

Sin embargo, aunque los votos de las dos circunscripciones de la emigración (con dos escaños cada una, generalmente repartidos entre el PS y el PSD) aún no se han contabilizado, ya sabemos hoy que el PS obtuvo una inesperada mayoría absoluta y gobernará en solitario. Los izquierdistas radicales perdieron muchos votos y escaños: el Bloque de Izquierda (BE) pasó de 19 a 5 diputados; los comunistas y su satélite los verdes (PCP-PEV), de 12 a 6, con el PEV fuera del parlamento y los comunistas, con una larga presencia, también; el Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN), de cuatro a uno; la excepción fue LIVRE, que mantuvo un escaño). En la derecha, la situación es más compleja. El PSD aumentó ligeramente sus votos: pasó de 79 a 76 escaños. El histórico partido de derecha conservadora, cercano a la democracia cristiana (el CDS-PP) se quedó fuera del Parlamento por primera vez desde 1975. Pero hay dos estrellas en ascenso: la derecha populista radical, Chega, que pasó de uno diputado a doce y ahora es el tercer grupo parlamentario. Y la Iniciativa Liberal, un nuevo partido, fuertemente liberal en las tres grandes dimensiones del liberalismo, que ha pasado de uno a ocho escaños.

Portugal sigue siendo una excepción en el sur de Europa tras la Gran Recesión: a pesar de la fluidez del sistema de partidos, su formato se mantiene cercano al bipartidismo imperfecto (PS y PSD suman el 83,9% de los escaños y el 69% de los votos), lejos de la fragmentación y el gobierno compartido típicos del sur de Europa. Pero, ¿qué explica esta inesperada mayoría absoluta para el PS? ¿Y qué hay de la incapacidad del PSD para liderar una mayoría alternativa de derecha? Aquí solo puedo lanzar algunas hipótesis explicativas que deben explorarse más a fondo con encuestas postelectorales y otros métodos.

La primera hipótesis es que las encuestas se equivocaron y nos engañaron. No lo creo: las encuestas portuguesas suelen tener un buen comportamiento en el tiempo, especialmente las más cercanas a las elecciones. Parece más plausible pensar que la situación de cercanía que dibujan las encuestas, con la posibilidad de que gane el PS o el PSD, con mayoría de izquierdas o de derechas, puede haber llevado a muchos votantes de la izquierda radical a concentrar su voto en el PS en el último momento, para evitar una victoria de la derecha (con privatizaciones, supuesta privatización de la sanidad, bajada de impuestos a las empresas, y después a los trabajadores, etc.).

La segunda hipótesis sería que la campaña electoral del PS habría sido un éxito y la del PSD desastrosa. Este no es el caso en absoluto. La campaña del PS fue un caso de estudio de lo que no se debe hacer: empezó diciendo que podía renegociar con la izquierda, luego que solo una mayoría absoluta daría estabilidad, y finalmente que aceptaría cualquier veredicto popular y negociaría con todos para gobernar, si fuera necesario. El PSD, por el contrario, siempre mantuvo las puertas abiertas para un gobierno de derechas, con acuerdos por escrito, y por tanto con una mayor estabilidad esperada.

La tercera hipótesis es que los partidos de la izquierda radical habrían sido penalizados por haber rechazado el presupuesto, mientras que el PS se habría beneficiado. Esta hipótesis tiene dos problemas fundamentales: por un lado, durante la legislatura 2019-2022, el PS rechazó un acuerdo de legislatura por escrito con el BE, que hubiera dado estabilidad a la legislatura, y se dedicó a hablar de entendimientos de izquierdas, pero votando mayoritariamente con el PSD en el Parlamento (alrededor del 60% de las votaciones; la simetría de lo que había ocurrido en la legislatura 2015-2019 en la que las izquierdas gobernaron unidas); por otro lado, el PAN ayudó a aprobar todos los presupuestos del PS entre 2019 y 2022, pero también tuvo graves pérdidas (3/4 del grupo parlamentario se esfumó). Por todo ello, la primera hipótesis me parece la más plausible, aunque tampoco se puede descartar que una parte de los votantes de la izquierda se haya adherido a la narrativa (propuesta por el PS y los grandes medios de comunicación) asociada a la tercera hipótesis.

André Freire, catedrático de Ciencia Política del ISCTE - Instituto Universitario de Lisboa y colaborador de Agenda Pública

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