Mejor ambiente para una salud mejor

La exposición pasiva al humo de tabaco es una de las principales causas evitables de problemas de salud. Irlanda prohibió el consumo de productos de tabaco en la mayoría de los lugares de trabajo en 2004, con el objetivo de proteger la salud de los trabajadores y del público en general de la exposición al humo de tabaco ambiental. Dicha protección se estableció mediante la legislación integral de control del tabaco Public Health (Tobacco) Acts 2002 y 2004.

España inició su propio camino en el año 2005 con la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, que ayer fue modificada. El principal objetivo de estas modificaciones es garantizar un alto grado de protección a la exposición pasiva al humo de tabaco ambiental a toda la población y en particular a los trabajadores del sector de la hostelería y a los menores.

El Gobierno de Irlanda anunció inicialmente que adoptaría medidas para conseguir ambientes de trabajo libres de humo en enero de 2003. Esto permitió un periodo de adaptación y dio al público en general, empresarios y empleados una oportunidad para prepararse y adaptarse. En la misma línea, el Gobierno de España anunció previamente su intención de extender las prohibiciones a principios de este año. Este periodo se añade a los cinco años de vigencia de la Ley 28/2005, en los que la percepción de la sociedad española en relación a los riesgos asociados al humo del tabaco ha ido cambiando.

A pesar de los cambios que se han ido produciendo en Europa y en el Mundo, la legislación irlandesa continúa siendo líder y ejemplo a seguir en el control del tabaco. En este sentido, Irlanda ofreció una gran contribución a nivel mundial marcando el camino correcto y su experiencia ha sido analizada por multitud de estudios y de literatura científica.

La prohibición de fumar en lugares de trabajo propuesta en Irlanda tuvo una considerable cobertura de los medios y debate público. Muchas personas no estaban aún convencidas de que las medidas propuestas eran necesarias y funcionarían, a pesar de los claros y demostrados beneficios de salud pública que se derivarían de la introducción de la prohibición propuesta.

Como ocurre ahora en España, muchas de las preocupaciones surgidas en Irlanda en cuanto a la introducción de tales medidas vinieron del sector de la hostelería y en concreto de los tradicionales bares y pubs.

En Irlanda, como en España, era costumbre fumar en los lugares de trabajo hasta la prohibición, a pesar de la creciente preocupación sobre los efectos del humo de tabaco. En el caso español, la entrada en vigor de la Ley 28/2005 acrecentó esta preocupación. Ahora, unos seis años más tarde, se acepta el mensaje de que la exposición al humo del tabaco es un riesgo importante para la salud y la prohibición de fumar en los lugares de trabajo es ampliamente apoyada, tanto por fumadores como por no fumadores. En este momento se considera un avance con muchos beneficios, tanto para empresarios como para empleados y para la sociedad en general, el hecho de ser capaces de trabajar y compartir los momentos de ocio en un ambiente libre de humo de tabaco. Además, los beneficios para la salud han sido científicamente demostrados mediante las investigaciones realizadas sobre el impacto de tales medidas.

El consumo de tabaco es la principal causa evitable de enfermedad y sigue estando demasiado presente en nuestra sociedad. Tal y como ponen de manifiesto los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata a más de cinco millones de personas cada año y es el responsable de uno de cada 10 muertes en adultos. Aproximadamente, la mitad de los fumadores actuales morirá probablemente por alguna enfermedad relacionada con el tabaco.

Afortunadamente, estas legislaciones de espacios libres de humo y el trabajo hecho por nuestros servicios nacionales de salud junto con los esfuerzos hechos por la Unión Europea y la OMS están cambiando la situación.

Los datos de la Oficina Irlandesa para el Control del Tabaco (OTC) demuestran un impacto positivo inmediato de estas leyes en cuanto a la mejora de la calidad del aire en los lugares de trabajo, y una reducción de los niveles de monóxido de carbono en trabajadores del sector de hostelería. Por su parte, las políticas de salud pública contribuyen a reducir el consumo de tabaco, como se observó en España después de la introducción de la ley de control del tabaco en 2005.

Las políticas de ambientes libres de humo son positivas para la salud como se acaba de señalar y son además apoyadas ampliamente por la sociedad en general. Según el informe más reciente del Eurobarómetro, el apoyo a tales medidas está creciendo en toda Europa, con un 84% de los europeos a favor de la prohibición de fumar en oficinas y otros lugares de trabajo, un 77% a favor en restaurantes y un 61% a favor en bares y pubs. Además, estas actitudes favorables se incrementan después de la introducción de la prohibición.

Por eso queremos mandar un mensaje de tranquilidad a los que han expresado temor acerca de pérdidas económicas y de empleos, y reiterarles que las evaluaciones de los datos del sector de hostelería realizadas por investigadores independientes descartan un impacto negativo sobre el sector.

Finalmente, nos gustaría resaltar y concluir que las políticas de ambientes libres de humo de tabaco forman parte de los valores de salud pública y suponen una importante contribución al desarrollo social y económico de nuestras sociedades y deben mantenerse como un alto compromiso de nuestros Gobiernos.

Leire Pajín, ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad de España, y Mary Harney, ministra de Salud e Infancia de Irlanda.

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