Montenegro no es Cataluña ni Euskadi

Por Ricardo Angoso, periodista especializado en los Balcanes (EL MUNDO, 28/05/06):

En estos días, Montenegro se ha separado pacíficamente de Serbia, poniendo punto y final a lo que quedaba de Yugoslavia. El proceso comenzado en 1991, cuando Eslovenia, Croacia, Bosnia-Hercegovina y Macedonia, por este orden, iniciaron su andadura como Estados independientes tras no conseguir un acuerdo con Belgrado sobre la reforma del marco político-constitucional, ha concluido. La Yugoslavia formada por Tito por la fuerza en 1945, y mantenida durante años con puño de acero y sin contemplaciones, saltaba en pedazos tras algo menos de medio siglo de infuncional, tenso y desigual funcionamiento. Ahora le ha tocado el turno a Montenegro y finalmente el Estado yugoslavo ha desaparecido del mapa. Sin embargo, pese a algunos intentos nacionalistas por manipular la Historia, las diferencias entre los casos de Montenegro y Cataluña y Euskadi son muchas:

1. Montenegro gozó de largos periodos de autonomía, habiendo estado separada durante siglos del resto de los países de los Balcanes. No olvidemos que durante la época otomana, en que los Balcanes estuvieron bajo el dominio de la Sublime Puerta, Montenegro fue una suerte de principado autónomo a diferencia de Bulgaria, Grecia y Serbia, siempre bajo control turco. Cataluña y Euskadi sólo han gozado de la autonomía en los periodos en que España fue democrática.

2. Yugoslavia es un Estado que nace en el siglo XX; primero en 1918, bajo la forma de un «reino de serbios, croatas y eslovenos» y luego, tras la II Guerra Mundial, como una imposición militar del comunista Tito que consigue derrotar a todas las facciones que luchan en el suelo yugoslavo. España tiene una Historia de más de mil años.

3. El Estado yugoslavo nunca fue democrático ni respetó los derechos de las minorías. La oposición de Belgrado a democratizar la Yugoslavia postitista es la principal razón que la llevó a su proceso de destrucción. Incluso Montenegro, que en un principio comulgó con las ideas serbias para mantener un mismo Estado, acabó abandonando esa idea ante el escaso fervor e ímpetu reformista de Milosevic. España es un país democrático desde el año 1977.

4. Las divisiones dentro de Yugoslavia eran muy profundas, a diferencia de España. En Yugoslavia convivían varias religiones (católicos, musulmanes, protestantes y ortodoxos, fundamentalmente), varias lenguas (albanés, bosnio, croata, esloveno y serbio), dos alfabetos (cirílico y latino) y seis repúblicas diferentes en lo cultural (Bosnia-Hercegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia). La herencia política-cultural de la mayor parte de España es la misma.

5. La Constitución de 1974, que se hizo siguiendo las órdenes de Tito, dejaba abierta la posibilidad a la autodeterminación de las seis repúblicas que conformaban la antigua Yugoslavia.Lo único que han hecho las repúblicas que se han ido es aplicar dicho derecho al pie de la letra; ese planteamiento, no ha existido nunca en la historia del constitucionalismo español.

6. El referéndum del 21 de mayo en Montenegro tan sólo ha legalizado y legitimado una situación que ya existía de facto. Montenegro ya gozaba de una moneda distinta (el euro) que Serbia, manejaba sus relaciones internacionales con absoluta libertad, gestionaba sus propios puertos y aeropuertos y su economía era más o menos autogestionada por las autoridades locales sin contar con las autoridades federales. Nuestro país pertenece a la Unión Europea y en todas sus regiones se utiliza la misma moneda. Un marco de autonomía semejante no ha existido nunca en España.

7. La creación de Yugoslavia fue obra, esencialmente, de intelectuales, escritores y políticos nacionalistas del siglo XIX y finales del XX que soñaban con crear un gran Estado que uniese a todos los eslavos al sur de los Balcanes. La idea nunca fue aceptada democráticamente por los pueblos eslavos y ya antes de la II Guerra Mundial, con apenas unos años de existencia, el país estaba al borde de la guerra civil. Más tarde, incluso, Croacia se independizaría con la ayuda de la Alemania nazi y el resto del país sería ocupado por italianos y alemanes. España, como Estado, es una de las formaciones históricas más antiguas no ya de Europa, sino del mundo.

8. Durante toda su existencia, Yugoslavia fue ampliamente cuestionada por amplios sectores políticos que la consideraban un Estado autoritario, poco respetuoso con las minorías y con los derechos nacionales de las repúblicas e infuncional en lo económico. Tanto albaneses como croatas, eslovenos y bosnios intentaron en numerosas ocasiones reformar el marco político, pero no tuvieron éxito, y Tito acalló esas protestas, generalmente, con un baño de sangre.Históricamente, hasta la aparición de los nacionalismos vasco y catalán en el siglo XIX, la idea de España ha sido unánimemente aceptada.

9. El factor religioso ha tenido una gran importancia en el proceso de desintegración de la antigua Yugoslavia. Tanto Croacia y Eslovenia, como luego en Bosnia, este factor fue determinante a la hora de conformar una identidad nacional propia separada de la Serbia, que era ortodoxa. En el caso de Montenegro, no olvidemos que hay casi un 16% de la población que se considera musulmana y que ha votado masivamente por la independencia. Además, Montenegro siempre ha defendido la necesidad de tener una Iglesia nacional propia separada de la jefatura de Belgrado. Pese a que ambos pueblos son ortodoxos, los montenegrinos siempre han deseado un patriarcado propio y que la Iglesia sea autónoma de Belgrado.España es homogénea en lo religioso y todas sus comunidades son católicas.

10. Montenegro tiene una larga historia separada de la antigua Yugoslavia e incluso de Serbia. Su larga trayectoria como territorio autónomo durante siglos, su Historia diferenciada durante la II Guerra Mundial e incluso su geografía agreste y montañosa, que contribuyeron a aislarla del resto del país, hacen de Montenegro una región con una idiosincrasia y un carácter especial. Organizada socialmente en clanes, menos industrializada, muy rural y mucho más multiétnica y multicultural que Serbia, Montenegro tenía poco que ver con el territorio del que ahora se independiza.No ocurre lo mismo con las comunidades españolas, que conforman una misma unidad social, cultural, idiomática, económica y religiosa.