No culpen a la privatización de la crisis sanitaria en Madrid

Se está armando una buena con la apertura de los centros de atención continuada o Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP) en la Comunidad de Madrid. Algo que, no obstante, se veía venir.

Ayer un periódico de tirada nacional se echó la manta a la cabeza y se aventuró a especular que todo esto es fruto de una confabulación neoliberal que pretende, a través de los recortes en la sanidad pública (y aunque tales recortes no existen; al contrario, ahí están los presupuestos que lo demuestran) que se fomente “alguna forma de financiación pública de las pólizas privadas. Este es el conflicto de fondo”. Ni más ni menos.

No es la primera vez que las corrientes más extremistas nos intentan achacar la culpa de los problemas que ocurren con la sanidad pública. Allá por el año 2010, cuando empezaron los recortes presupuestarios fruto de la crisis económica, lo primero que se dijo es que la culpa la tenía la “privatización sanitaria”. Era una infamia y fue uno de los motivos por los que pusimos en marcha la Fundación IDIS. Para poner en valor la aportación que el sector privado aporta a nuestro sistema de Salud y tratar de acabar con tantas mentiras.

La pandemia ha dejado boqueando al sistema sanitario público que habíamos conocido. El incremento de la presión asistencial por la pandemia ya no es compensable con el grado de eficiencia que permite el modelo de gestión sanitaria pública tradicional. Y las consecuencias son que la asistencia a la población se va deteriorando cada vez más.

Que la Comunidad de Madrid es una de las comunidades con mejores indicadores de funcionamiento de su sistema sanitario público es algo que es fácilmente comprobable. Y, además, son mucho mejores que en otras comunidades donde la penetración del seguro privado es mucho menor.

"La sanidad privada en la CAM da una oferta de hospitales de altísima complejidad que compite de tú a tú con los hospitales públicos madrileños"

El aseguramiento privado en Madrid no tiene nada que ver con el funcionamiento de la sanidad pública, sino que viene de muy lejos. La sanidad privada en la CAM da una oferta de hospitales de altísima complejidad, universitarios y con investigación que, tal y como ha quedado demostrado en la pandemia, compite de tú a tú con los hospitales públicos madrileños. Los cuales, según varias organizaciones internacionales, están entre los mejores de España. Y, en algunas especialidades, entre los mejores del mundo.

Los problemas de la sanidad pública tienen que ver con un modelo, el de la gestión pública directa, que está acabado. Y los que forman parte de ella lo saben, y se agarran, con el apoyo de los partidos de la oposición (que no deben saber cómo “meterle mano” al éxito electoral de Isabel Díaz Ayuso) a un clavo ardiendo para tratar de mantener su statu quo.

Lo que pasa en la sanidad pública madrileña no es ajeno a lo que pasa en otras comunidades autónomas. Y, por supuesto, nada tiene que ver con el aseguramiento privado, ni porque haya recortes en la sanidad pública, ni porque haya conspiraciones para favorecer a la sanidad privada. Es un problema relacionado con la falta de eficiencia de un modelo de gestión que no sabe ni controla el horario que hacen los trabajadores o el rendimiento de las plantillas. Y esto lo saben aquellos que lideran estos movimientos que, ante el riesgo de ver cómo con el modelo actual ya no es suficiente, se revuelven para tratar de marcar distancia con unos cambios que son inevitables y ganar a la opinión pública. Lo malo es que esa misma opinión pública se cansa de que se la haga cautiva, amenazándola con no darle atención. O con la amenaza de que viene la privada, cuando quienes la critican son los primeros que la usan.

"Los empresarios de la sanidad privada somos los primeros que queremos que exista un sistema sanitario universal, accesible y equitativo para toda la población"

Yo le pediría a la CAM, como madrileño, luz y taquígrafos sobre lo que está sucediendo. Le pediría una auditoría de recursos humanos de lo que ocurre en cada hospital y cada Centro de Salud. Le pediría una auditoría de resultados y que saliera a la luz toda la verdad de lo que pasa con el funcionamiento de nuestra sanidad pública.

Dejen en paz a la gente que decide voluntariamente pagar un seguro sanitario con el que ayuda a descargar al sector público en recursos y en gastos. Dejen o déjennos en paz a los empresarios del sector sanitario privado. Lo único que hacemos, y en Madrid más que en ningún sitio, es colaborar cuando se nos ha pedido para que el sector público sea capaz de sacar adelante la demanda sanitaria de la población. Y no hemos fallado en ningún momento.

Además, somos los primeros que queremos y apostamos por que exista un sistema sanitario universal, accesible y equitativo para toda la población. Y eso sólo se puede hacer con una sanidad pública fuerte y que funcione de forma eficiente y coordinada. Así lo venimos demostrando desde nuestros inicios en la Fundación IDIS y seguiremos haciéndolo

Los problemas de sanidad pública son sus problemas y sus responsables los tendrán que resolver como puedan o quieran en función de lo que le interese de verdad el servicio que se quiera dar a la sociedad. No les quepa duda de que si cambiara el modelo de gestión, se auditara y se controlara de forma más empresarial, sería mucho mejor para todos.

Juan Abarca Cidón es presidente de la Fundación IDIS.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *