Numancia, Patrimonio de la Humanidad

Vivimos tiempos convulsos y sin referentes claros. La sociedad de las tecnologías, del conocimiento y de la información han hecho progresar la humanidad de forma encomiable, pero sin embargo estamos perdiendo nuestras raíces, nuestra identidad como pueblo, en definitiva el alma sobre la cual hemos de construir un sólido presente y un futuro seguro. Tanto a nivel global como local, es urgente recuperar valores y principios sólidos para construir y devolver la confianza a la sociedad. Buscar en lo mejor de nosotros mismos, y reivindicar la mejor herencia cultural, para armar un sólido edificio de progreso, un desarrollo sostenible e inteligente, y un amejoramiento de la democracia en bien del conjunto de la sociedad.

Casi 2.150 años después de su destrucción, Numancia representa hoy los valores más actuales de la libertad, el sacrificio y el honor de un pueblo que, en este caso, quiso morir para defenderlos. Representa la historia más remota de España, y un símbolo mítico y legendario de la historia universal.

Autores clásicos y modernos, como Diodoro, Strabon, Plutarco, Tiberio Graco, Apiano, Polibio, Cicerón, Horacio, Ovidio, Seneca, Juvenal, Ptolomeo, el anónimo de Ravena, Antonio de Nebrija, Ambrosio de Morales, Mosquera de Barnuevo, Miguel de Cervantes, José Martínez Ruiz «Azorín», Johann Wolfang von Goethe, Antonio Machado, Gustavo Adolfo Béquer o Gerardo Diego, han cantado el valor, la resistencia y la defensa de la libertad de un pueblo que quiso antes el sacrificio que la rendición y fue la misma Roma quien acrisoló y reconoció estos valores para la eternidad.

La gesta numantina permitió asimismo fijar el nuevo calendario de enero a diciembre, pues el general Escisión solicitó excepcionalmente al Senado adelantarlo de marzo a enero por cuestiones estratégicas; lo que el Senado finalmente fijó en reconocimiento a lo acontecido, pues marcaba la definitiva consolidación de los dominios de Roma en la península Ibérica y por tanto en su extremo atlántico.

Llevamos once años defendiendo Numancia y solicitando a los distintos gobiernos de la Nación que Numancia sea Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, con el aval de academias, universidades y expertos españoles y de medio mundo, y más de 12.000 firmas que lo demandan, sumando en estos momentos muchas más. En este último año y medio de continuos trabajos, la Junta de Castilla y León a través de su dirección de Patrimonio ha dado su respaldo y apoyo para que esta iniciativa se lleve a cabo, y el Gobierno a través del Ministerio de Cultura también lo considera así, por lo que seguimos trabajando para la formalización de lo anterior, así como para la elaboración del pertinente expediente.

Numancia es el alma de España, y es un clamor general reencontrar lo mejor de nosotros mismos, lo más arraigado de nuestra cultura y de nuestra historia, para extraer los enormes beneficios que ello representa en una sociedad moderna y con ilusión de ganar su futuro.

Como nos dijera el Parlamento Europeo, en un momento de nuestra larga andadura para defenderla, Numancia es uno de los símbolos más importantes de la historia y cultura común europea, y es además símbolo pionero del principio de la libertad, como precedente que devino en la Europa de los valores y de la democracia, acrisolados desde la antigua Grecia, Roma y el cristianismo, y cuyos fundamentos son las raíces culturales de nuestra existencia en Europa y la mejor guía para orientar el camino seguro de las siguientes generaciones.

Amalio de Marichalar, conde de Ripalda, es presidente del Foro Soria 21 para el Desarrollo. Sostenible.

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