Orientados hacia el futuro

No es otra la profesión mía sino demostrarme Agradecido y bienhechor con todo género de gente. Don Quijote

EL filósofo español Julián Marías, a quien tuvimos el honor de entregar el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el año 1996, decía en su intervención en el teatro Campoamor tras recoger el galardón: «Yo he acuñado la palabra “futurizo”: orientado hacia el futuro, proyectado hacia el futuro. Esa es justamente la condición humana. Y esto precisamente no se puede entender más que con métodos que han sido creados, que han sido organizados durante el siglo XX y con una participación particularmente importante de España en ello».

Esa orientación hacia el futuro de la que hablaba Marías es uno de los rasgos más destacados de la tarea que nuestra Fundación lleva haciendo desde que tuvo lugar la primera entrega de nuestros galardones. De esta forma, entendíamos entonces y entendemos ahora, treinta y cinco años después, nuestros objetivos, nuestro deseo de fortalecer los vínculos entre el Heredero de la Corona y el Principado de Asturias. Y el compromiso de sentar las bases de un futuro más abierto y prometedor es el que nos mueve asimismo a identificar y reconocer a quienes en cualquier lugar del mundo trabajan con este objetivo.

Francis Ford Coppola, Esther Duflo, Emmanuelle Charpentier, Jennifer Douda, Emilio Lledó, Leonardo Padura, Pau y Marc Gasol, la enciclopedia digital Wikipedia y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios son los nombres que se suman este año a la nómina de premiados que hemos ido conformando desde 1981 y que, sin lugar a dudas, constituyen nuestro mayor patrimonio.

Cuando vivimos tiempos de tanta incertidumbre y en los que resulta muy difícil mantener la confianza, cuando tantas convicciones se difuminan y tantas evidencias se han venido abajo, volvemos la vista hacia nuestros galardonados para encontrar en ellos una manera de actuar, de hacer las cosas, que, como afirmó el año pasado S. M. el Rey en el acto de entrega de los galardones, nos estimule y nos inspire, «pues la sociedad –manifestaba Don Felipe– necesita referencias morales a las que admirar y respetar; principios éticos que reconocer y observar; valores cívicos que preservar y fomentar». S e entregan este año los premios que llevan, por vez primera, el nombre de la Princesa de Asturias. Este cambio, consecuencia de la proclamación de S. M. el Rey el pasado año, no altera los objetivos de la Fundación. Ahora es Doña Leonor, la Princesa de Asturias, nuestra Pres i dent a de Honor, y Sus Majestades los Reyes presiden la ceremonia en su nombre. La continuidad que representa en el apoyo const a nt e de l a Corona y su identificación con los principios que nuestros premios reconocen siguen siendo fundamentales para la Fundación. Están en el origen de e sa ilusión en el por venir, para que nuest ra tarea y nuestra historia ayuden a los más jóvenes a encontrar caminos de esperanza.

La Fundación Princesa de Asturias cumple de ese modo su papel, entre los más destacados de esta clase de instituciones. Aspiramos a que su independencia, sus objetivos y su propia naturaleza nos aseguren la confianza de la sociedad, un valor fundamental para nuestro desarrollo. Confianza y futuro se convierten de ese modo en conceptos claves para nosotros. Y en argumentos que mueven a la Fundación a seguir haciendo su camino, gracias al apoyo y al compromiso de tantas personas que han comprendido nuestra tarea y que la consideran un destacado valor de las sociedades modernas y libres.

Nuestros galardonados nos hacen pensar en ese futuro con optimismo. Les damos las gracias y la enhorabuena. Y la bienvenida a Asturias, que los acoge siempre con afecto, admiración y respeto.

Matías Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación Princesa de Asturias.

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