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Hace veinte años, el Partido Popular que entonces dirigía el señor Aznar sumó sus votos en el Parlamento a la inefable condena del Alzamiento del 18 de julio de 1936 y se comprometió a honrar a todas las víctimas de la Guerra Civil. De aquellos polvos, estos lodos. Esta malhadada decisión rompió el espíritu de reconciliación de la Transición al deslegitimar a uno de los bandos sin hacerlo con el otro; lo llevó a cabo un partido heredero de la España nacional mientras que el Partido Socialista nunca ha renegado de su pasado guerracivilista. Por ello, por repudiable que sea, es todo menos sorprendente que este Gobierno espurio de socialistas, comunistas y separatistas haya llevado adelante una ley revanchista y, contra lo que dicen, sin parangón en ningún estado democrático de derecho, a la que se ha atrevido, además, a llamar «de Memoria Democrática».…  Seguir leyendo »

Félix Huarte Goñi nació en Pamplona, en una familia de modestos artesanos, en 1896. De niño ayudó a su padre, vendiendo los boletos de las sillas que se alquilaban en el paseo de Sarasate de esa ciudad y a los 14 años tuvo que dejar la escuela para ponerse a trabajar como mecanógrafo. Como era muy inquieto, en los ratos libres se hizo delineante y cinco años después se colocó en una empresa de construcción, donde aprendió el oficio y se especializó en el cálculo de estructuras. En 1927, con tan sólo 31 años y sin tener ni dos pesetas, constituyó una empresa constructora en Pamplona, Huarte y Malumbres, que después pasaría a ser Huarte y Cía.…  Seguir leyendo »

Uno de los historiadores e hispanistas más preocupados por la delimitación y esclarecimiento de la Guerra Civil española dejó escrita, en muy certeras páginas, esta reflexión: «Hay que evitar contar dos veces los mismos muertos». Lo hizo después de relatar cómo el 17 de septiembre de 1936, el denominado Tribunal Popular de Almería dictó sentencia contra 43 militares implicados en la sublevación del 18 de julio, que allí resultó frustrada. El fallo fue de 36 condenas a muerte, una cadena perpetua, cuatro absoluciones y dos sobreseimientos. El problema vino cuando llegado el momento de la ejecución de las penas impuestas, se comprobó que todos los condenados habían sido asesinados un mes antes en Cartagena.…  Seguir leyendo »

La frase de Abraham Lincoln que encabeza esta columna refleja a la perfección lo que ocurre con la Ley de Memoria Democrática que acaba de aprobar la coalición gobernante de socialistas, comunistas y terroristas.

Las mentiras que esta ley ampara no podrán tener éxito, pues además de ser una ley inconstitucional, lucha contra la memoria de muchos que saben que lo que pretende es todo mentira.

Efectivamente, esta ley no es sino un ejercicio de censura de la realidad histórica del período 1931-1983, con la vana pretensión de ganar una guerra que la izquierda perdió en los campos de batalla, y tratar de ocultar, al mismo tiempo, todos los crímenes de socialistas, anarquistas, separatistas y comunistas durante la II República, la Guerra Civil, el Franquismo y la Transición.…  Seguir leyendo »

La decisión de la familia Primo de Rivera de solicitar la exhumación de los restos de José Antonio al abad de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos antes de que el Gobierno decidiese profanar su sepulcro al amparo de la recién aprobada Ley de Memoria Democrática, debe entenderse, entre otras cosas, a la luz de lo que ha sido el proceder de las distintas instituciones en el único precedente existente en nuestro derecho, que es el proceso de exhumación –más bien profanación– de los restos del que fuera jefe del Estado español Francisco Franco Bahamonde.

En primer lugar, y más importante, la actuación de la jerarquía de la Iglesia Católica, que, en lugar de hacer valer el principio de inviolabilidad de los lugares sagrados consagrados en el artículo 1.5 de los acuerdos Iglesia Estado de 1979 –los agentes del Estado no podían penetrar en los lugares sagrados sin autorización de la autoridad eclesiástica–, permitió la profanación del sepulcro de Francisco Franco, no sólo en contra de la voluntad de su familia –a la que negó el amparo solicitado– sino también de la máxima autoridad en la basílica de la Santa Cruz que denegó la autorización solicitada por el Gobierno, cumpliendo hasta el final su encomienda de custodiar los restos, firmada por el Rey de España el 22 de noviembre de 1975.…  Seguir leyendo »

Zapatero, de infausta memoria presidencial, aquel prescindible personaje que nos devolvió como actualidad a una guerra fratricida, abrió heridas que el paso del tiempo había cerrado e instaló el odio entre nietos que sus abuelos habían sanado, habrá recibido en Venezuela –allí viajó como un cobrador del frac–, con el alborozo del inane, la aprobación de un nuevo capítulo de su nefasta aportación a la realidad española: la Ley de Memoria Democrática, nacida de su invento, la llamada Ley de Memoria Histórica, en una innovación de su discípulo Sánchez, deseoso de superar a su maestro.

Aquella iniciativa de Zapatero no figuraba en su programa electoral de 2004 y tampoco la mencionó como objetivo en su discurso de investidura.…  Seguir leyendo »

Kant, Negrín y la memoria democrática

No hay ley que sea incontrovertible, máxime si esta quiere cerrar las heridas del mayor trauma experimentado por la sociedad española hasta el momento. Es el caso de la Ley de Memoria Democrática, pendiente de ser aprobada en el Senado. Se ha escrito mucho y de muy diverso signo sobre sus contenidos. Para reforzar el objetivo de reconciliación nacional que la sustenta, quizás no sobre apuntar otra posible lectura, surgida de la idea que lanzó Negrín en junio de 1938 y deducible del imperativo categórico de Kant (1785).

Ante todo, es justo subrayar que en el preámbulo de la ley se confirma la meta de “articular una respuesta del Estado para asumir los hechos del pasado en su integridad, rehabilitando la memoria de las víctimas, reparando los daños causados y evitando la repetición de enfrentamientos y cualquier justificación de violencia política o regímenes totalitarios”.…  Seguir leyendo »

Guerra de sordos

Desde los comienzos de la democracia, la Guerra Civil eclipsó el estudio de otras etapas, imponiendo la visión de un pasado español atrasado y violento. Nuestra historia era una lucha de sucesivas guerras civiles que culminaban en 1936. Su mayor reto a comienzos de los años 80 pasaba todavía por superar el debate, la guerra de cifras, de la naturaleza fratricida y violenta de los españoles. Los estudios locales y regionales, promovidos por las nuevas instituciones culturales autonómicas, siguieron durante años centrados en el recuento de víctimas como base de memoriales o actos conmemorativos.

Mantuvieron así una historia de las dos Españas que había que equiparar para superar, pero, sobre todo, para no herir a nadie.…  Seguir leyendo »

Un elemento clave, significativo y curioso de la arquitectura jurídico-política del franquismo fue la Ley de Sucesión de 1947, por la que el Estado español salido de la Guerra Civil se constituía formalmente en reino con Francisco Franco como jefe del Estado.

Dicha ley contenía un artículo 6 que decía:

"En cualquier momento el jefe del Estado podrá proponer a las Cortes la persona que estime deba ser llamada en su día a sucederle, a título de rey o de regente, con las condiciones exigidas por esta ley, y podrá, asimismo, someter a la aprobación de aquéllas la revocación de la que hubiere propuesto, aunque ya hubiese sido aceptada por las Cortes".…  Seguir leyendo »

“La gente se acostumbró a no tener ideas acerca del pasado”, llegó a afirmar Max Aub en su desgarrador diario La gallina ciega (1971), obra donde describió, de manera incisiva, su primera visita a España tras haberse exiliado en México poco después del final de la Guerra Civil. El escritor, nacido en París de padre alemán y madre francesa, dedicó casi la totalidad de su vida a desentrañar la historia de nuestro país desde un patriotismo que, acaso por la misma circunstancia del destierro, se exacerbó hasta conducirlo al dolor que se desvenda en esas páginas. Porque Aub era español; a pesar de dominar las lenguas que hablaban sus padres, decidió aferrarse al castellano para componer su literatura, y su principal preocupación fue tal vez analizar, imaginar y desmenuzar un conflicto bélico que, hasta hoy, sigue provocando desencuentros.…  Seguir leyendo »

La presencia del brazo político de ETA entre los actores que han pactado la última entrega de la ley de "memoria" se ha convertido en el argumento más recurrente para criticarla. No es para menos. Que aparezca como promotora de la "memoria democrática" una organización que pretendió -con las armas en la mano- la voladura de la Transición, que obstaculizó la consolidación de la democracia y acosó a quienes personificaban sus instituciones y a los representantes de los partidos constitucionalistas, y que hoy homenajea a los protagonistas de estos hechos, supone un alarde de poca memoria y ninguna democracia.

Pero siendo esto relevante, conviene apartar un momento el foco de Bildu, pues pudiera pensarse que sin Bildu, el texto de la mal llamada "memoria democrática" sería aceptable.…  Seguir leyendo »

La reconstrucción de la Europa de posguerra se asentó sobre un pacto de Estado para conocer y asumir su pasado, empezando por reparar simbólica y económicamente a las víctimas de la barbarie. Pacto que en España sigue siendo necesario para que la sociedad acepte la memoria como algo justo y necesario, no como algo político y partidista. Una posición consensuada que en nuestra historia reciente se consiguió en la Transición, a pesar de la incertidumbre, la amenaza involucionista, el peso de la violencia y el terrorismo. Las primeras menciones a una “transacción” pacífica y ordenada de poderes se dieron en los meses finales de la guerra civil, seguidas en parte del exilio, hubo que esperar a los años cincuenta para que se dieran las primeras réplicas al relato de la dictadura.…  Seguir leyendo »

El historiador es intérprete más que notario de lo que sucedió. Es decir, toma partido. Por poner un ejemplo, Ricardo de la Cierva y Hugh Thomas firman dos versiones distintas de los mismos hechos, pero ni uno ni otro consiguió retratar los sucesos de la Guerra Civil con totalidad, que es donde se ampara lo objetivo. Si cada individuo es poliédrico, qué podríamos decir de un grupo humano, por más equidistante que el historiador pretenda mostrarse.

El mero enunciado de los hechos, sin embargo, tiene que ser objetivo: la decisión de Franco, como jefe del Estado, de conceder títulos nobiliarios a su libre parecer, por ejemplo.…  Seguir leyendo »

Mucho se ha escrito ya sobre el nuevo Proyecto de Ley de Memoria Democrática, recientemente aprobado por el Congreso de los Diputados con los votos a favor de una parte de los socios parlamentarios del Gobierno (entre ellos, EH Bildu), el rechazo de Vox, PP y Ciudadanos y la abstención de ERC y BNG. Por tanto, se trata de un proyecto que ha dividido al Congreso en dos, lo que no augura nada bueno para su futuro; de hecho, el presidente del PP ya ha anunciado que lo derogará si llega a gobernar. Yo quiero hacer algunas reflexiones.

Conviene reconocer que legislar sobre la memoria histórica o la memoria democrática de un país con un pasado sucio (por usar la expresión con la que titula Álvarez Junco su último y magnífico libro) no es tarea fácil.…  Seguir leyendo »

Mitos y verdades de la Guerra Civil y de la dictadura de Franco

Vivimos un proceso de invención y apropiación del pasado. Lo llaman historia, memoria, pero en realidad es una batalla en torno a qué versión de los hechos debería prevalecer. Y para elaborarla y difundirla puede recurrirse tanto al recuerdo como a la omisión, la distorsión o el falseamiento. Es la confrontación entre la investigación histórica, las memorias enfrentadas y las posiciones ideológicas que alimentan pasiones y mentiras.

La historia de la Guerra Civil y de la dictadura de Franco continúa persiguiendo nuestro presente. Franco murió en la cama en noviembre de 1975 y tras su muerte nadie habló de crear comisiones de la verdad que investigaran los miles de asesinatos y las violaciones de derechos humanos cometidos durante la dictadura, ni se celebraron juicios contra los supuestos verdugos o responsables de esos actos violentos.…  Seguir leyendo »

Que Rajoy no tocara la Ley de Memoria Histórica o que Alberto Núñez Feijóo diga ahora que va a derogar la nueva Ley de Memoria Democrática son dos formas de no afrontar el problema: una por rehuirlo y otra por zanjarlo con una falta de argumentos que se puede interpretar como arbitrariedad, lo cual a la larga también resultaría ineficaz.

Lo mismo que cuando Bildu lleva hasta 1983 la vigencia de los métodos franquistas en la defensa de la democracia española, en una operación evidente de mantener viva su tesis del conflicto y con una derivada que afecta al núcleo mismo del PSOE (ellos sabrán).…  Seguir leyendo »

La historia proporciona los materiales para la construcción de la memoria colectiva, pero ello no significa que ésta sea el resultado del conocimiento de los procesos históricos. La variedad de posibilidades es muy amplia. Veamos algunas. Resulta posible que un acontecimiento de suma gravedad determine por sí mismo la formación de una memoria cuya incidencia se imponga a los intentos de reelaboración ideológica. También cabe que el referente quede borrado, bien porque la sociedad al cambiar se ha alejado del problema, bien porque una eficaz labor de propaganda desde el poder haya eliminado su visibilidad. Lo cual, por otra parte, no excluye que pueda renacer si respondía antes de su eclipse a demandas de suficiente fuerza por parte de un grupo social (como la resurrección del Ku Klux-Klan tras El nacimiento de una nación).…  Seguir leyendo »

En la cultura política de la izquierda española moderna se produce una cesura a comienzos del siglo XXI que deja atrás el tiempo anterior de la Transición. Hasta la llegada al poder del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, en 2004, su partido se había movido en los valores y objetivos materialistas; desde él, en consonancia con lo que ocurría en otros lugares y con la propia transformación de las sociedades postindustriales, cobraron protagonismo los posmaterialistas (identidad, realización personal). Pero más allá de ello, se advierte una mutación que afecta a la trascendencia: los antiguos parecían tener convicciones arraigadas y los modernos parecen tener unas que, si no les gustan, pueden cambiarse por otras.…  Seguir leyendo »

¿A qué huele la memoria?

Lo de Bildu en 'la dirección del Estado' no era una simple frase. Ha sido una constante de la Legislatura: así lo quiso la dirección del PSOE, desde el principio. En la investidura, buscando su abstención, Pedro Sánchez se mostró obsequioso con la portavoz Aizpurúa, a quien apenas replicó: «En esta disyuntiva entre democracia y legalidad, lo que debe prevalecer siempre es la democracia, incluso ante la más perfecta de las constituciones del orbe mundial y planetario». Silencio pétreo. Quien calla otorga, pensaría Aizpurúa. Desde entonces, van dos años votándole leyes a Sánchez. La última, la de Memoria Democrática. Aquí, Bildu no ha tenido que modular nada; se ha limitado a convalidar su propio discurso sobre la Transición.…  Seguir leyendo »

El Parlamento español ha tomado una iniciativa que, de forma harto lamentable, cabe calificar de histórica, a saber, acabar con la historia misma, cerrarla a cal y canto, dejando claro de una vez por todas que los buenos han ganado, que el fin de la historia ha llegado porque ellos están en el poder, lo que implica, además, que no solo tratan de dictar el pasado, sino que pretenden ponerle siete llaves al futuro: o nosotros y la verdad que hacemos ley, o el fascismo.

Con todo, lo más asombroso no está en ese pretendido cierre, que, entre otras cosas implica un imposible lógico, pues nada hay tan abierto como el juicio sobre lo pasado, mientras que esta malhadada ley llega a incluir multas de miles de euros para quienes se atrevan a publicar algo que no concuerde con la visión que se impone de forma tan autoritaria como impropia de una democracia, sino en que, además, este oportunista y chapucero fin de la historia sirve para modificar de manera arbitraria y cínica lo que sostiene de forma espontánea la mayoría  de los españoles, a saber, que ninguna contorsión del pasado reciente podrá hacer que acabemos viendo a los criminales de ETA como unos luchadores por la libertad.…  Seguir leyendo »