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La reciente conmemoración del treinta aniversario del golpe de Estado del 23-F debiera haber hecho resurgir en la memoria de los españoles la importante y decisiva actuación de Adolfo Suárez en la transición de la dictadura a la democracia, que tuvo su punto culminante en el arrojo y la valentía con que encaró aquel desgraciado y absurdo suceso acaecido en la tarde del 23 de febrero de 1981 en el Congreso de los Diputados.

Cuando el agónico mantenimiento del antiguo régimen que había protagonizado el general Franco tocó a su fin con el relevo en la presidencia del Gobierno de Carlos Arias Navarro, nadie podía suponer que un hombre joven, a primera vista no dotado de las cualidades imprescindibles para encauzar un cambio político como el que requería España en aquel momento y que, además, se había destacado por el desempeño de diversos puestos en el, entonces, ya fenecido Movimiento Nacional de marcado carácter falangista, iba a ser, sin embargo, la persona que llevara a término la difícil tarea de pasar del régimen autocrático que había venido rigiendo los destinos de España durante cuatro largas décadas a la democracia que el pueblo español, mayoritariamente, ansiaba y que conllevaba la reconciliación nacional rota por la desafortunada guerra desatada en el año 1936.…  Seguir leyendo »

Por Marcelino Oreja Aguirre, de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (ABC, 15/07/06):

HACE treinta años, el mes de julio, tras la designación de Adolfo Suárez por el Rey como presidente del Gobierno, la transición democrática cobró un especial impulso y se iniciaron los pasos que culminarían en 1978 con la aprobación de la Constitución.

Pocos días antes Suárez, aún Ministro, pronunció en las Cortes un discurso para presentar el proyecto de Ley de Asociaciones. En sus últimas palabras, antes de una cita de Machado, mencionó una frase que hizo fortuna y que pocos podíamos imaginar que constituía todo un programa político que más tarde pudo poner en práctica desde la cabeza del ejecutivo: «elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es simplemente normal».…  Seguir leyendo »

Por Carlos Abella, autor del libro Adolfo Suárez, el hombre clave de la Transición (EL MUNDO, 05/07/06):

Desde el 3 de julio de 1976 ha pasado toda una vida de los españoles. La fecha debe figurar ya en la leyenda de las que han marcado la Historia de España porque aquel día, rodeado de una enorme expectación, Su Majestad el Rey Juan Carlos I evidenciaba la primera de las decisiones públicas que adoptó en su recién estrenado reinado, designando presidente del Gobierno a Adolfo Suárez.

No le conocían los españoles, pese a que había sido primero responsable de la primera cadena de TVE y después director general del ente RTVE, además de vicesecretario general del Movimiento.…  Seguir leyendo »

Por Jaime Lamo de Espinosa, catedrático y ex ministro de UCD (ABC, 03/07/06):

HACE treinta años, tal día como hoy, Adolfo Suárez era designado presidente del Gobierno. Hace treinta años, tal día como hoy, el Rey se jugaba su historia y la de España a un tiempo apostando por una persona de su generación a la que conocía bien, confiaba en sus capacidades y sabía que llevaría a cabo el proyecto de hacer una España de y para todos los españoles. Y hace treinta años, tal día como hoy, España comenzaba una nueva andadura.

Cuando, tras la deliberación preceptiva del Consejo del Reino, nada fácil como demuestran las notas manuscritas del propio Torcuato Fernández Miranda, éste afirmó: «Llevo al Rey lo que me ha pedido», el Rey dispuso de la terna y halló en ella el nombre deseado: Adolfo Suárez.…  Seguir leyendo »

En momentos de dificultad extrema para Adolfo Suárez, quienes hemos coincidido con él en momentos importantes para la historia de España -con la transición a la democracia y la elaboración de la Constitución-, hemos compartido esperanzas y hemos también discrepado en ocasiones, estamos obligados a dar testimonio de su aportación a la convivencia libre entre los españoles. Su figura cordial, dialogante, siempre dispuesta a intervenir para pacificar y para comunicar posiciones encontradas y distantes, ha generado simpatías generalizadas de todas las personas de bien y un sentimiento de gratitud por su entrega y por su esfuerzo ingente al servicio de la paz y de la libertad.…  Seguir leyendo »